Atacante de Florida no recibió la ayuda psicológica solicitada tras regresar de la guerra en Irak
La familia del atacante que abrió fuego en el aeropuerto Fort Lauderdale de Florida causando la muerte de cinco personas denunció que el joven no recibió la ayuda psicológica solicitada tras regresar de la guerra de Irak, de donde aseguran regresó con un marcado cambio en su comportamiento.
Bryan Santiago, hermano del exmilitar que cometió el pasado viernes el ataque en el aeropuerto de Fort Lauderdale de Florida, Estados Unidos (EE.UU.), que terminó con la vida de cinco personas y dejó heridas a otras seis, declaró que las autoridades de ese país no proporcionaron el tratamiento psicológico que su familia solicitó tras regresar de la guerra en Irak.
Santiago, quien reside en Peñuelas, un municipio del sur de Puerto Rico, señaló este domingo en declaraciones a la prensa que su hermano era una persona tranquila antes de unirse a la Guardia Nacional de Puerto Rico y viajar a Irak, desde donde regresó con un marcado cambio en su comportamiento.
Según su testimonio los desequilibrios emocionales de su hermano eran tan fuertes que le aconsejó que buscara ayuda psicológica o en alguna iglesia.
«El Gobierno sabía»
Esteban Santiago llegó a estar ingresado en un hospital psiquiátrico tras exponer a la Oficina Federal de Investigaciones (FBI, por sus siglas en ingles) sus problemas, pero que fue dado de alta apenas cuatro días después, dijo su hermano. En ese sentido señaló que»en cuatro días ninguna persona cambia», y explicó que su hermano perdió a dos amigos cercanos en Irak, a lo que se unió poco después el fallecimiento de su padre.
También recordó que Esteban llegó a decir que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) quería que se infiltrara en el grupo terrorista autodenominado Estado Islámico (Daesh en árabe), algo a lo que nunca estuvo dispuesto.
“La culpa es de ellos. El Gobierno Federal sabía cuál era su situación”, aseguró y remarcó que todavía no comprende cómo es posible que las autoridades estadounidenses le dejaran portar armas a una persona que acababa de salir de un centro psiquiátrico.
«Él escuchaba voces, decía que lo estaban persiguiendo, que la CIA le mostraba videos para que cometiera actos terroristas», comentó Brayan por lo que afirmó que «ellos tenían conocimiento de su actitud, de su cambio de mente, de pensamiento. Hay personas que nunca han ido al Gobierno a pedir ayuda y cometen barbaridades como estas, y cuando lo evalúan entienden que no está bien de la cabeza. Qué más de una persona que fue de antemano a explicarles la situación. Ellos sabían que algo iba a pasar».
Para Brayan la tragedia pudo haberse evitado si su hermano hubiera permanecido en el centro psiquiátrico el tiempo que hubiera sido necesario. A su vez contó que Esteban no viajaba a Puerto Rico desde el año 2014.
El FBI confirmó que el pasado mes de noviembre Esteban entró en una oficina de esta agencia federal en Anchorage, estado de Alaska (norte) donde residía, y manifestó que el Gobierno de EE.UU. controlaba su mente y lo obligaba a ver vídeos del grupo Daesh, y que oía voces.
Las autoridades estadounidenses creen que en la matanza que desató en el aeropuerto de Fort Lauderdale Santiago actuó solo y armado únicamente con una pistola semiautomática de 9 milímetros.
Durante el tiroteo, el atacante agotó las municiones que traía consigo, y luego se echó en el suelo a esperar ser detenido por las autoridades.
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