Cientos de musulmanes rohingya huyen de la violencia en Birmania hacia Bangladesh

Cientos de personas del pueblo rohingya llegaron a Bangladesh el lunes tras huir de la violencia y la destrucción de sus hogares en el país vecino Birmania.

El ministro bangladeshí de Interior, Asaduzzman Jan, había asegurado el domingo que Bangladesh no permitiría a nadie entrar en su territorio, a pesar de que días el Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) solicitara a su Gobierno que mantuviera abierta la frontera con Birmania y permitiera el paso seguro a cualquier civil que quiera dejar el país vecino.

Por su parte algunos bangladesíes protestan contra la agresión de los rohingyas en Myanmar. Varios manifestantes se concentraron en la capital Dacca para formar una cadena humana y denunciar un genocidio contra ese pueblo. Los manifestantes, en su mayoría del Partido Nacional Awami, del Grupo Ciudadano y del Movimiento de Trabajadores Islámico, portaron carteles con lemas como «Stop al genocidio musulmán en Myanmar», «Myanmar Genocida» o «¿Por qué la ONU calla?», según informó el portal de noticias dhakatribune.

A su vez los protestantes también quemaron la imagen de la jefa de facto de Birmania y premio Nobel de la Paz, San Suu Kyi, por entender que no ha hecho nada por interceder a favor de los rohingyas.

Enfrentamientos en Rajine

La huida de las personas del pueblo rohingya y las protestas de los bangladesíes son producto de los enfrentamientos entre el Ejército birmano y hombres armados en el estado Rajine, de Birmania que es de mayoría rohingya.

Los enfrentamientos comenzaron el pasado 9 de octubre luego de que se registraran varios ataques que acabaron con la muerte de nueve guardias fronterizos. El Gobierno cree que un grupo de cerca de 400 musulmanes rohingya planeó y ejecutó los ataques y desde entonces ha desplegado al Ejército por todo el norte de Rajine, cerca de la frontera con Bangladesh bloqueando el acceso a la zona a los trabajadores y a la mayoría de los periodistas.

El Observatorio de Derechos Humanos (HRW, por sus siglas en inglés) informó el lunes de que más de 30 000 personas fueron desplazadas por la represión del Gobierno contra los rohingyas. Y adviertieron que la mitad de dicha cifra se registró en solo dos días, ya que helicópteros del Ejército se desplegaron en la zona y provocaron la muerte de decenas de residentes.

Tanto los activistas como los testigos presenciales confirman que las fuerzas del Ejército birmano están asesinando a los musulmanes rohingyas, saqueando sus bienes, violando a las mujeres e incendiando sus viviendas. HWR afirma que más de 400 hogares rohingya fueron quemados. Por su parte el gobierno de Myanmar dice que los rohingya están prendiendo fuego a sus casas para atraer la atención internacional.

Los rohingya son musulmanes que durante mucho tiempo han enfrentado la persecución y violencia en Birmania, como por ejemplo que no se les otorgue la ciudadanía y se los considere como inmigrantes indocumentados de Bangladés, a pesar de que hayan vivido en Myanmar por generaciones.

Democracy Now dialogó con dos refugiados rohingya que hicieron declaraciones al llegar a Bangladesh.

Por un lado Marium Khatoon contó “el ejército mató a mi esposo, incendió nuestro hogar y, como nadie nos ayudó para que pudiéramos salvarnos, huimos de nuestra tierra y hemos venido aquí”.

Mientras que Mohammed Hasim declaró: “como no podíamos tolerar sus torturas, cruzamos el río en grupo, en un bote, por la noche. A las cuatro ingresamos a Bangladesh”.