La COP 22 se desarrolla en Marrakech para concretar el Acuerdo climático de París

Este lunes inició en Marrakech, Marruecos la 22 sesión de la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas sobre cambio climático (COP22) con el llamado a la «justicia climática» entre los pueblos.

Allí la presidenta saliente de la anterior cumbre climática desarrollada en París en diciembre de 2015, Ségoléne Royal, ministra francesa de Medio Ambiente subrayó que la cita constituye una oportunidad «para inventar un mundo que viene y concretamente para conseguir una justicia climática». Y aseguró que la cumbre hará énfasis sobre el continente africano, que es el que más sufre los efectos del cambio climático.

Antes de ‘pasar la posta’ al marroquí Salahedin Mezuar, ministro de Asuntos Exteriores de su país que presidirá la COP22 Royal agradeció que actualmente cien países hayan ratificado el Acuerdo de París que entró en vigencia el pasado 4 de noviembre y cuenta con el compromiso de dos de las más grandes potencias y responsables de las emisiones de carbono como Estados Unidos y China.

Mezuar por su parte manifestó «París nos dio un compromiso global con el cambio climático y la COP22 en la ciudad norafricana nos dará una acción climática más ambiciosa». En ese sentido destacó «todos debemos afrontar el desafío de apoyar a los países más vulnerables en la lucha contra el cambio climático, subrayó tras instar a la comunidad internacional a comprometerse con iniciativas concretas y acciones».

Acuerdo de París

El Acuerdo de París fue adoptado el 12 de diciembre de 2015 en París por los 195 países signatarios de la Convención Marco de la ONU sobre cambio climático y la Unión Europea, en el transcurso de la 21 Conferencia de las Partes (COP21).

Este acuerdo es el primero de carácter global contra el cambio climático y tiene como meta principal mantener el calentamiento global menor a dos grados Celsius.

El mismo fue activado el pasado 4 de noviembre, once meses más tarde de su declaración y 30 días después de que al menos 55 países que sumaran el 55% de las emisiones globales de CO2 ratificaran su compromiso de hacerle frente al cambio climático.

El acuerdo pretende evitar que el clima continúe golpeando a las poblaciones más vulnerables y se provoquen olas de calor tan largas como devastadoras, un incremento exponencial de los ciclones naturales, sequías y hambruna e incremento del nivel del mar en las urbes costeras.

Para eso se prevé que cada país fije su meta de reducción de las emisiones de carbono, y formar un fondo de 100.000 millones de dólares para las naciones emergentes que no tienen la posibilidad de comprometerse económicamente y ayudarlos a desarrollar políticas sostenibles y amigables con el clima.