Corea del Sur y Japón alcanzaron un histórico acuerdo sobre las esclavas sexuales coreanas de la Segunda Guerra Mundial

El tema de las esclavas sexuales coreanas reclutadas por el Ejército de Japón en la Segunda Guerra Mundial ha sido un constante generador de conflictos entre estos dos países asiáticos. Este lunes se ha firmado un acuerdo que conjura un avance decisivo para reparar las relaciones entre Corea del Sur y Japón.

El asunto, conocido como el de las esclavas sexuales, trata de unas 200.000 mujeres, mayoritariamente procedentes de Corea, que fueron obligadas a prostituirse en burdeles militares del Ejército Imperial Japonés durante las guerras de expansión por el continente desde inicios del siglo XX y hasta el fin de la Segunda Guerra Mundial.

“Este asunto ha herido profundamente el honor y la dignidad de muchas mujeres (…), el Gobierno japonés se siente sumamente responsable de ello», aseguró el ministro nipón, Fumio Kishida. También expresó «la disculpa y arrepentimiento de corazón» de parte del jefe de su Gabinete, el primer ministro Shinzo Abe, citado por El País de España.

Doce rondas de negociaciones fueron necesarias para que los países lleguen a una “resolución final e irrevocable”. El pacto fue firmado este lunes por los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países, en una reunión a puerta cerrada en Seúl. Este contempla las disculpas oficiales de Japón y una compensación económica a las víctimas, tal como había exigido el gobierno surcoreano.

Actualmente solo quedan 46 supervivientes de estos abusos, todas mujeres de más de 80 años. Corea del Sur llevaba años pidiendo una disculpa formal y una compensación para las víctimas, pero Japón defendía que todos los asuntos de su periodo de colonización del país (entre 1910 y 1945) habían sido aclarados con el acuerdo de 1965.

 

La compensación

A partir de este acuerdo, las 46 mujeres que fueron víctimas de esta tortura recibirán un fondo de compensación, gestionado por el gobierno surcoreano. Japón aportará 1.000 millones de yenes (unos 8.3 millones de dólares) de sus arcas públicas.

Es la segunda vez que se intenta dar una compensación económica a estas mujeres, pues en los años noventa Japón estableció el Fondo de Mujeres Asiáticas con este fin. De todas formas, en ese entonces muchas víctimas rechazaron la indemnización alegando que el proyecto estaba gestionado por ciudadanos japoneses, lo que demostraba un perdón a medias.