El Arca de Noé volverá a ser buscada en zonas de Armenia donde tocó tierra
El historiador ruso que en 2003 realizó la última de las expediciones de gran escala en la búsqueda del Arca de Noé, insistirá una vez más en su esfuerzo, en fecha próxima aún a determinar, en tanto está convencido que Noé fue mucho más que un personaje bíblico simplemente, y que hay suficientes pruebas de que la historia del Diluvio es real.
Para Andréi Poliakov, cuya última expedición lo llevó a la más alta montaña del “país de Noé” a 5.435 metros de altura, cuando Mesopotamia se vio azotada por una gigantesca inundación hace 5.000 años, surgió la historia, aunque resulta imposible determinar si fue realmente un diluvio universal.
“Cuando estuvimos en Najicheván, región azerbaiyana que significa ‘país de Noé’, un experto local nos enseñó la tumba de Noé, quien habría estado sepultado allí hasta 1983”, añadió el especialista, quien recordó que la saga aparece también en el Corán de los musulmanes y la Torá de los judíos.
“Existen muchos mitos. Lo que sabemos por los documentos sumerios es que Noé no fabricó el arca con sus propias manos, ya que carecía del conocimiento para ello, sino que lo mandó construir. Además, más que un barco, era un submarino a la antigua usanza”, entiende.
Temen haya sido encontrada por los soviéticos y desaparecida
El técnico ruso junto a su equipo, estuvo en el yacimiento de Durupinar, 30 kilómetros al sur de Ararat, donde se encuentra lo que algunos creen es el lugar donde quedó varada el arca cuando las aguas bajaron y dejaron volver a tierra a Noé, sus tres hijos, las esposas de estos y una pareja de cada animal, como relatan coincidentemente los distintos textos de las tres religiones.
Si Noé desembarcó en el monte Ararat –donde los turcos no permiten que se ascienda más, desde hace diez años- difícilmente quede algo del arca: el monte es en realidad un volcán y estalló en erupción en 1840.
Poliakov teme otra cosa además: que la primera expedición en búsqueda del Arca, que envió el zar Nicolás II, realmente la encontró, pero las fotos y los documentos sobre el asunto se perdieron durante los días de la revolución bolchevique, o más aún, fueron destruidos en su totalidad por orden de Trostky.
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