La árbitra Bibiana Steinhaus: “Arbitro porque mi rendimiento me lo permite, no porque soy una mujer»
La árbitra alemana es una de las más importantes del Mundial Femenino de Francia 2019, pero también la única mujer en arbitrar regularmente en una de las mejores ligas de hombres del mundo, la Bundesliga.
La árbitra alemana Bibiana Steinhaus es la única mujer del mundo que dirige de forma regular en un gran campeonato masculino, la Bundesliga.
En su carrera como jueza ya ha dirigido los partidos más prestigiosos en categoría femenina: la final del Mundial (2011), la final de los Juegos Olímpicos (2012) y la final de la Champions (2016/2017), pero desde 2017 también lo hace en el fútbol masculino.
“Arbitro porque mi rendimiento me lo permite, no porque soy una mujer. Esto marca una gran diferencia. Nunca he hecho de esto un objetivo de mi emancipación, lo hago porque me gusta”, explicó una de las figuras más reconocidas del Mundial de Francia 2019.
“Hizo falta que mi padre, árbitro también, me convenciera para ser árbitro, hice la formación con 15 años y a los 16 dirigí mi primer partido”, contó quien en su adolescencia quería ser futbolista.
Además de árbitra ella es Policía, y cuenta que recibe un gran apoyo de sus colegas y jefes para poder combinar ambas profesiones.
“Normalmente trabajo en Pascua, Navidad y las fiestas porque durante toda la temporada mis colegas y mis jefes me dan los fines de semana libres para arbitrar, por lo que creo que es muy importante devolver lo que me dan”, explicó.
Sobre cómo es arbitrar sola junto a hombres en el torneo alemán dijo que se ha adaptado y se siente cómoda: «solo espero el respeto necesario y el reconocimiento”, dijo.
“No anuncio lo que no estoy preparada a hacer, no intento impresionar y, principalmente, los jugadores tienen más contención ante una árbitra que hacia mis colegas masculinos”, reconoció.
En el pasado mes de mayo ella había asegurado que su condición de mujer no le agrega más presión en el campo, aunque al principio sí que sintió mucha más atención mediática.
«Aquello sí supuso una gran presión», dijo sobre el primer partido de Primera que pitó, un Hertha Berlín contra Werder Bremen. «En el segundo la atención cayó en picado. ¡A nadie le importó!», dijo entre risas.
Para ella esa situación le demostró «que es algo aceptado, la gente quiere buenos árbitros sin importar el sexo, el tamaño, el pasado, la religión o la cultura. Si tienes calidad y pasión por hacer tu trabajo lo mejor posible, las puertas se abren. Y eso es lo que queremos en el fútbol».
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