Cámara de la Torre de las Comunicaciones grabó a sospechosos del "empalamiento" de la mujer
María Mabel Pintos era una mujer con problemas psiquiátricos que había estado internada en dos oportunidades en el Hospital Vilardebó. Debidamente contenida por la medicación recetada por los médicos, se comportaba como una persona de apariencia tranquila que nunca tuvo problemas ni con las personas de la pensión de la calle Buenos Aires, ni con otros vecinos.
El jueves 29 de abril, la señora Pintos salió de la pensión alrededor de las diez de la noche para nunca más volver. A las cuatro de la madrugada del otro día un taxista la vio semidesnuda recostada a una volqueta en la esquina de Paraguay y Venezuela. El obrero del volante pensó que se trataba de una prostituta, sin imaginar qué era lo que estaba pasando en ese momento.
Dos horas más tarde un cuidacoches encontró el cuerpo totalmente desnudo en el mismo lugar y de inmediato dio aviso a la Policía. También se hizo presente la jueza Vera Barreto y varios medios de prensa que rodearon el cadáver sin poder dar respuesta a la manera en que la mujer había dejado de existir.
Una autopsia que impactó
El cuerpo de la infortunada mujer fue llevado de inmediato al Instituto Técnico Forense, cuyos galenos comenzaron a revisar minuciosamente su zona vaginal por donde se visualizó la penetración de un objeto contundente. Uno de los médicos observó con atención la clavícula izquierda de la víctima. La piel estaba estirada, como si se tratara de un bulto. El profesional tocó la zona y mirando a sus colegas comentó espantado: «Esta mujer fue empalada».
La revisión posterior permitió determinar que efectivamente uno o más individuos le habían introducido por su zona genital un palo de escoba de más de 60 centímetros que le atravesó los ovarios, luego los intestintos, el diafragma hasta incrustarse en la clavícula.
Los forenses determinaron que la mujer murió a causa de un lento pero profuso sangrado, estimando que la misma estuvo por lo menos durante dos horas sufriendo una terrible agonía.
En forma paralela, los investigadores policiales realizaron una serie de indagaciones y detuvieron a varias personas, entre ellos los habitantes de la pensión donde residía la fallecida. Cuatro peruanos que vivían allí también fueron interrogados. Pero no se llegó a nada.
La Torre vigía
Desde el viernes hasta ayer no había indicio alguno que permitiera dar con los responsables del ataque sin precedentes, empero en las últimas horas la jueza dispuso que le fueran entregadas las grabaciones de una de las 20 cámaras de vigilancia de la Torre de las Comunicaciones.
La magistrada fue informada por la Policía de que dicha cámara «barría» el perímetro sobre la calle Paraguay de punta a punta. Al ver con atención la grabación digital la jueza pudo observar que a determinada hora un vehículo maniobraba próximo a la zona donde se encontraba la volqueta, a cuyo lado fue encontrado el cadáver. Aunque la distancia es mucha, se intenta efectuar un acercamiento digital que se está procesando en estos momentos y que permita más información del rodado en cuestión.
Por lo menos tres individuos se encontraban a bordo del vehículo, cuyas características aún no han trascendido. *
Compartí tu opinión con toda la comunidad