Tres décadas de atropellos. Panamá y las “causas justas” del Imperio estadounidense
Transcurría el mes de noviembre de 1989 y durante un encuentro entre trabajadores de Nuestra América que se realizaba en Guadalajara, Jalisco, México, se analizó la situación que vivía Panamá bajo el régimen del general Manuel Antonio Noriega.
La nación centroamericana había celebrado el 86 aniversario de su Independencia, al separarse de Colombia. Los panameños eran amenazados desde hacía meses por George Herbert Walker Bush, entonces presidente de Estados Unidos.
El general Noriega estaba acusado por la administración estadounidense de tener vínculos con los cárteles de la droga colombianos, particularmente el de Medellín que dirigía Pablo Escobar Gaviria.
Los panameños en general siempre mantuvieron un vínculo con los colombianos. Actividades académicas, culturales y laborales de Colombia y Panamá se desarrollaron con éxito, especialmente durante el gobierno del general Omar Torrijos Herrera (1968-1981) quien era hijo de colombianos.
Panamá no logró plenamente su Independencia aquel año de 1903. Los gobiernos de Estados Unidos escogieron el territorio panameño para hacer grandes negocios con el Canal de Panamá. Impusieron gobiernos, como suelen hacerlo, amenazaron a los progresistas y estuvieron disgustados con el ascenso de Torrijos. Lo llamaron dictador y también lo acusaban de ser amigo de las insurgencias colombiana, nicaragüense y salvadoreña durante la década de 1970.
Operación Causa Justa
Bush, quien había sido dirigente de la Agencia Central de Inteligencia (CIA), tenía diseñada una operación criminal contra el pueblo de Panamá, aunque oficialmente decía que era a favor de los panameños para liberarlos de Noriega. A esa operación la denominó “Operación Causa Justa”.
En diciembre de 1989, hace tres décadas, intentaron convencer a pueblos y gobiernos de países en Nuestra América y el mundo, de que no quedaba otra solución para mejorar a Panamá que invadirla, bombardear e implantar la llamada democracia, de la cual han venido hablando por más de 60 años.
El miércoles 20 de diciembre de 1989 cuando el “espíritu de la Navidad” estaba en auge en diferentes ciudades de la Patria Grande se anunció la Invasión a Panamá.
En Guadalajara hubo protestas, sobre todo de estudiantes y trabajadores, algunos de los cuales, habían visitado Panamá en años recientes y simpatizaron siempre con la causa torrijista en defensa del canal interoceánico y la soberanía de la patria de Justo Arosemena y Ricaurte Soler.
La agresión de 26 mil soldados estadounidenses contra Panamá enlutó a más de 5 mil hogares. Se han nombrado comisiones gubernamentales e independientes entre 1995 y 2017 para aclarar y precisar todo lo que significó la invasión criminal imperialista.
Han sido tres décadas de atropellos contra el pueblo de Panamá, a pesar de que algunos gobernantes progresistas intentaron mejorar el rumbo y lograr la verdadera Independencia.
Recuperar la memoria histórica y enaltecer a los patriotas, hombres y mujeres panameños que resistieron ante este genocidio cometido en diciembre de 1989 es todavía una tarea que no termina de realizarse.
Este año de 2019, la Ciudad de Panamá celebró sus 500 años en medio de polémicas, porque en la nación existen grandes desigualdades, injusticias y además la corrupción es una enfermedad de la cual será difícil recuperarse.
Héctor Ávila, patriota panameño, vocero de la Comunidad del Barrio El Chorrillo, escenario de crímenes imperialistas y resistencia patriótica de Panamá, explicó en 2011, que miles de investigaciones sobre la invasión “han demostrado que la llamada ‘Operación Causa Justa’ tuvo la perversa intención de destruir parte de la nación y quedarse eternamente con el Canal y las riquezas panameñas”.
Un sector de la población panameña se encuentra de pie en lucha por la recuperación de los valores de su gran nación.
Los bolivarianos en Colombia, Venezuela, Ecuador, Perú y Bolivia, particularmente, acompañamos espiritualmente a los y las panameñas en este 30 aniversario para exigir Paz y Justicia Social y cumplir con los deseos de integración del Libertador Simón Bolívar, cuyo aniversario número 189 de su fallecimiento, se cumplió el pasado martes 17 de diciembre.
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