Niños y adolescentes tratados en clínica de diálisis son atendidos por docentes especializados
Treinta niños y adolescentes que reciben tratamientos semanales de diálisis son atendidos, en la propia clínica, por un equipo de docentes integrado por una maestra especializada y tres itinerantes, así como por maestros comunitarios, con el propósito de mantener del vínculo con los aprendizajes y evitar el consecuente rezago educativo.
En ese contexto, dichos educadores coordinan la revinculación de los alumnos con la escuela, trabajando con estrategias adaptada a las necesidades y demandas de los beneficiarios. Los menores son dializados en la clínica tres veces por semana durante cuatro horas, lo cual les impide concurrir con asiduidad a sus respectivos centros escolares.
La idea es garantizar el acceso a la educación y minimizar los eventuales efectos del rezago educativo, particularmente de menores que se trasladan del interior a la capital como consecuencia de la terapia a la cual son sometidos.
El programa, denominado “Niños de garra charrúa”, fue presentado por las autoridades del Consejo de Educación Inicial y Primaria (CEIP), de la Asociación de Trasplantados del Uruguay (ATUR), de la clínica de diálisis DIAVERUM Uruguay y del Gobierno Departamental de Canelones.
Vínculo con el aprendizaje
Actualmente, unos 30 niños y adolescentes se dializan mientras toman las clases. El docente trabaja con grupos reducidos de tres o cuatro alumnos, dado que pueden pertenecer a distintos niveles educativos. Obviamente, la propuesta curricular se ajusta a la actividad que venían desarrollando en la escuela.
Los maestros de educación especial respaldan a los niños durante el período en que reciben diálisis tanto en el centro DIAVERUM como en el caso de las peritoneales, que cuentan con el apoyo de maestros itinerantes en sus propios domicilios.
Además, en las instalaciones de la clínica los niños realizan actividades físicas especiales adaptadas a su condición de salud, propuesta a cargo de profesores de Educación Física.
El consejero del CEIP, Maestro Héctor Florit, explicó que, una vez que finalizan el proceso de atención sanitaria con acompañamiento docente, maestros comunitarios realizan un seguimiento y articulan las actividades llevadas a cabo por el docente especializado con la propuesta tradicional en el aula. “Con este apoyo, se mantiene la actividad curricular y el vínculo con el aprendizaje, lo cual favorece la evolución de la enfermedad. El vínculo afectivo y el interés por la actividad es tan importante como el contenido programático”, explicó.
El Integrante de la Asociación de Trasplantados del Uruguay Jorge Lamela indicó que el proyecto “Niños con garra charrúa” está enfocado en niños que reciben tratamiento de diálisis peritonial. “Este proceso los lleva a tener muchas horas en un centro hospitalario. Así nace todo este proceso, que hoy es una realidad”.
Por su parte, el Gerente de DIAVERUM Pablo Presso consideró que la iniciativa es “un anhelo hecho realidad. Hace muchos años que estamos queriendo satisfacer esta necesidad de los niños vinculada a la educación. Con la colaboración de ATUR que vino a vernos y a través de la ANEP y la Intendencia de Canelones, logramos que esto se haya puesto en marcha”.
La maestra Cecilia Pintos, que trabaja en el proyecto, destacó que se trata de “una experiencia pionera. Fue todo un desafío y lo sigue siendo, porque la enseñanza es eso. En este caso concreto, el desafío es aun más grande”.
El profesor de Educación Física Piero Cestari explicó que el proyecto consiste también en realizar actividad física. “Se trata de una población que, por su situación, es muy sedentaria. Entonces, se aprovechan los momentos en que son dializados para realizar ejercicios sistemáticos”.
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