Revolución educativa: El modelo finlandés
Por: Edgardo Martínez Zimarioff (PC) y Enrique Ortega Salinas (FA)
Dentro de poco presentaremos públicamente nuestro proyecto completo de Revolución Educativa. Mientras tanto, no podemos dejar de poner la atención en Finlandia, un país donde sólo un 8 % de sus alumnos no llega al final de sus estudios obligatorios. Su población, cerca de cinco millones y medio de personas, no es mucho mayor que la nuestra.
Finlandia apuesta fuerte a la educación y destina cerca del 12 % del PBI a la misma; pero cometeríamos un grueso error si creyéramos que sus llamativos resultados obedecieran a un mero incremento presupuestal. Este modelo podría resumirse en los siguientes puntos:
1. Involucramiento de la familia en el proceso educativo. El 80 % de las familias concurren a las bibliotecas el fin de semana. El Estado colabora de diversas maneras para que los padres puedan asistir a sus hijos en dicho proceso.
2. Los niños inician la Primaria a los 7 años y más de la mitad de los que tienen entre 4 y 5 años no asiste a guarderías, por lo que pasan más tiempo inicial con su familia.
3. La jornada escolar va desde las 08.30 a las 15 horas, con un paréntesis para el almuerzo, que es gratuito.
4. Hasta el quinto grado los alumnos no son calificados, ya que se evita la competencia entre ellos. El concepto de superación no pasa por un sistema de notas.
5. Los materiales de estudio son aportados por el Estado.
6. Los aspirantes a maestros deben superar altos niveles de exigencia.
En Uruguay, la mayoría de las familias se desentiende del proceso educativo de sus hijos. El promedio de padres que concurren a las reuniones de escuelas o liceos es bajísimo. Habrá que estudiar cómo revertir esta situación, ya que como ha dicho el reverendo Jesse Jackson (EE.UU): “Un sistema escolar que no tenga a los padres como cimiento, es como una cubeta con un agujero en el fondo”.
Investigadores, políticos y docentes visitan con frecuencia a este país para comprender cómo diablos hacen lo que hacen y les llama la atención que:
1. Las clases se enfocan en enseñar a los alumnos a pensar, investigar, practicar y extraer conclusiones.
2. Los estudiantes se involucran en su propio proceso de formación bajo la premisa “aprender depende ti”. Los profesores son, entonces, facilitadores; es decir, especialistas con un excelente nivel de capacitación para ayudar al estudiante a construir su propio edificio de conocimientos. Se fomenta el autoaprendizaje.
3. Mientras que un profesor estadounidense pasa en promedio unas 1.100 horas en el aula, un profesor finlandés pasa solo 600; poco más de la mitad.
4. Pese a que Estados Unidos invierte 8.700 dólares por año por cada alumno y Finlandia solo 7.500, un estudio realizado hace unos años por la revista Newsweek situó a Finlandia en el primer puesto de calidad educativa, mientras que a EE.UU en el lugar 26.
5. Los finlandeses comienzan la escuela más tarde y asisten menos horas a clase, tienen muy pocas tareas domiciliarias y las evaluaciones son también escasas. ¿Cómo se explica su alto rendimiento?
6. Prácticamente, ningún alumno queda rezagado. Entre repeticiones y abandono escolar, no se llega a un 1 %.
7. Los grupos tienen un máximo de 24 alumnos.
8. Los profesores tienen una gran autonomía para realizar investigaciones y proyectos con sus alumnos.
9. El Estado proporciona en forma gratuita la alimentación, atención sanitaria y los materiales de estudio.
10. Hay una especial atención a los estudiantes con dificultades de aprendizaje.
En Uruguay se están multiplicando las escuelas de tiempo completo, pero no tanto para aumentar el rendimiento académico, sino para intentar solucionar un problema social, sobre todo en las llamadas zonas de contexto crítico. Muchos niños están más seguros y mejor alimentados en la escuela que en sus propios hogares.
Sin embargo, y a contrapelo de lo que hace Corea del Sur, que logra también excelentes resultados pero a costa de la felicidad de los niños, tal como informa la OCDE, Finlandia nos está gritando que hay otro camino. La presión por lograr la excelencia puede provocar angustia y tragedias. Como ya señalamos en la nota anterior, Corea tiene una altísima tasa de suicidios estudiantiles. Finlandia, en cambio, se preocupa de que las familias tengan no solo un alto nivel de vida, sino tiempo para compartir. Tiempo para estar con los seres queridos, tiempo para distenderse y recrearse… Los finlandeses están orgullosos de su modelo educativo y los profesores son profesionales gratamente reconocidos en la escala social.
La clave está en que los alumnos estudien por el placer de aprender y no por la obligación de saber. Puede que la presión permita obtener en algunos países buenos resultados, pero en el fondo y a la larga, toda presión genera resistencia.
En nuestra próxima entrega hablaremos de cómo cambiar nuestro modelo educativo apuntando al desarrollo de la inteligencia, complementando valores con competencias laborales. La potenciación de las habilidades del intelecto debe basarse en el entusiasmo por aprender. La buena noticia es que es posible lograrlo.
El modelo finlandés apoya la investigación e integra de inmediato las tecnologías más recientes. Será un buen comienzo para Uruguay si adopta estas dos premisas. Otro punto es que los profesores finlandeses participan de un plan de formación continua; los de Primaria tienen en promedio unos 10 días de capacitación al año y los de Secundaria, 20.
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