Julio C. Grauert: un olvidado de la historia oficial

 

Uruguay, año 1933. El presidente Gabriel Terra con el apoyo de Luis A. de Herrera da un golpe de Estado. José Batlle y Ordóñez había fallecido en 1929. Se instalaría la censura, la represión, la destitución de los funcionarios públicos opositores al régimen conservador.

Julio C. Grauert, abogado, líder de la agrupación Avanzar, diputado y discípulo de Pepe Batlle, retornaba con los dirigentes Guichón y Minelli de un acto realizado en el teatro Escudero, de Minas, en recuerdo al fundador del Batllismo y claro rechazo a la dictadura que usurpa el poder.

Luis Hierro Gambardella recordaba en 1987 para la publicación Reflexiones del Batllismo los sucesos de Pando: «Detenido el auto en la carretera de Pando, la Policía le hizo fuego con balas dun dun, con balas que se abrían al tocar el destino, lo que le produjo heridas muy graves, conjuntamente con Guichón. Pero a Grauert lo dejaron en la comisaría de Pando cubierto con una arpillera, no lo llevaron al hospital hasta que ya había contraído una septicemia, de modo que fue una muerte lenta provocada por la desidia vengativa de las fuerzas policiales…» «Los detuvieron y además los balearon. A Minelli gravemente. A Guichón lo hirieron en la cadera y a Grauert en la pierna, pero su herida fue gravemente infectada porque estuvo horas, a pesar de la insistencia de sus amigos y profesionales médicos. Cuando fui al hospital ya estaba con septicemia, ya al borde de la muerte».

El 26 de octubre de 1933 fallecía Julio C. Grauert, líder de una agrupación renovadora, con fuerte acento social y progresista, creador de una aguerrida vanguardia en la lucha de las ideas, con firme orientación antimperialista.

Este hecho y este personaje de la historia nacional son poco conocidos. Quizá no les convenga recordarlo a los cultores de la historia oficial. A los que se han aliado con los adversarios de Grauert y Batlle y Ordóñez. A los que han llevado al pueblo uruguayo a esta brutal crisis neoliberal.

Las posiciones de Grauert y su agrupación Avanzar eran claras y continuadoras del verdadero Batllismo. Decía: «La democracia no es más que una fórmula vacía si se pretende aislarla del problema económico». Concebía la función de un partido político: «Debía… dentro de los planos de la democracia política, transformar la estructura de la sociedad uruguaya».

Como luchador social, Grauert tenía claro que: «No hay libertad política si no hay libertad económica. Ninguna de las libertades, por sí sola, puede subsistir si no actúa y funciona la libertad económica. Y la democracia política de nada vale si no se impregna de esta instrumentación para obtener la distribución de los bienes sociales».

Difusor del pensamiento y la obra de Pepe Batlle, trabajaba con pasión para que la sociedad fuera una gran familia sin excluidos ni marginados. Como lo expresaba su maestro: «La sociedad, como una gran familia debe asegurar a cada uno de sus miembros los medios necesarios de subsistencia… de tal modo que en todo momento, cada hombre pueda tener la fuerza, la salud y el tiempo necesario para darse una dirección en la vida sin que se vea forzado a someterse por la miseria».

Hoy, la multitud de ciudadanos que está firmando para evitar la privatización de Ancap, de alguna manera está haciendo un homenaje silencioso a Grauert y a muchos otros luchadores sociales de los más distintos orígenes que lucharon por un Uruguay más justo, más humano, con un Estado redistribuidor de la riqueza y protector de los sectores más desvalidos de la sociedad. *

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