Inversión extranjera directa se desplomó 31% en 2023 en Uruguay
Uruguay experimenta una caída del 31% en inversión extranjera en 2023, lo que genera cuestionamientos sobre cuán atractivo ha sido el país en ese lapso.
Uruguay ha experimentado un marcado descenso en su ingreso de inversión extranjera directa (IED) durante el año 2023, tras dos años consecutivos de crecimiento. Este cambio se observa en un contexto más amplio que afecta a América Latina. El informe destaca que empresas españolas, finlandesas, argentinas y brasileñas son las principales inversoras en el país.
En conjunto, América Latina recibió un total de US$ 184.304 millones en IED durante el año pasado, lo que representó una caída anual del 9,9%. Este descenso también se reflejó en Uruguay, que ha visto una disminución considerable en el flujo de capital extranjero, rompiendo así la tendencia ascendente que había caracterizado al país en años anteriores.
Un panorama cambiante para la inversión
Un informe elaborado por el Instituto Uruguay XXI documenta que, a pesar de la reciente caída, Uruguay se ha posicionado como un destino atractivo para inversionistas extranjeros. En los años recientes, el país ha sido capaz de consolidar su imagen como un lugar confiable para realizar inversiones, lo que contrasta con los resultados de 2023.
Desde el año 2001, los flujos entrantes de IED en Uruguay mostraron un crecimiento constante, alcanzando un pico histórico en 2013. Sin embargo, entre 2016 y 2018, el país enfrentó una contracción debido a los préstamos que las empresas locales realizaron a sus matrices en el extranjero. Después de esa caída, volvió a iniciar un ciclo positivo a partir de 2019, que alcanzó su máximo en 2022.
Cifras y factores determinantes
El informe detalla que en 2023 Uruguay recibió un total de inversión extranjera directa neta por US$ 2.262 millones, marcando una disminución del 31% en comparación con el año anterior. Sin embargo, los aportes de capital netos, que son considerados el componente más genuino de la IED, resultaron positivos, totalizando US$ 501 millones.
En términos de reinversión de utilidades, este aspecto alcanzó US$ 544 millones, experimentando una caída significativa en relación con el año anterior. Esto se interpreta como un ajuste natural luego del rebote observado en los años posteriores a la pandemia. Además, los préstamos entre empresas vinculadas se mantuvieron en valores positivos de US$ 1.217 millones, lo cual muestra la volatilidad inherente a esta categoría de inversión.
Posicionamiento y percepciones
El Índice Global de Oportunidades del Instituto Milken clasifica a Uruguay como el segundo mejor país de América Latina para invertir, lo que subraya su atractivo en este ámbito a pesar de los recientes desafíos. El stock total de IED en el país fue de US$ 37.701 millones el año anterior, constituyendo el 49% del Producto Interno Bruto (PIB), una cifra relevante para analizar su economía.
El informe aclara que España es el país que acumula la mayor parte de la inversión en Uruguay, alcanzando el 18%. Le siguen Finlandia con el 13%, Argentina con el 12% y Brasil con el 10%. Otras naciones que contribuyen son los Países Bajos, Estados Unidos, Chile, Singapur, Suiza, Canadá, Alemania e Islas Vírgenes, con porcentajes de inversión que oscilan entre el 8% y el 1%.
Las inversiones provenientes de empresas españolas se enfocan principalmente en proyectos de generación de energía, con énfasis en la energía eólica. Asimismo, existe un creciente interés en el sector de servicios, con especial mención a las áreas financieras y fintech. Otra parte significativa de las inversiones se destina a la industria alimentaria, el turismo, la producción agroindustrial y el comercio.
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