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Da Silva propuso proyecto de ley para blindar a la industria cárnica contra alternativas alimenticias

El proyecto de ley pretende prohibir la producción y elaboración de carnes en laboratorio que no provengan de animales vivos.

Sebastián Da Silva, senador del Partdo Nacional.
Sebastián Da Silva, senador del Partdo Nacional.

El senador por el Partido Nacional y empresario del agro, Sebastián Da Silva, ingresó al Parlamento un proyecto de ley que tiene como fin proteger a la carne de origen animal, prohibiendo totalmente la importación, producción y comercialización de las nuevas carnes creadas en laboratorio.

Da Silva se pone del lado del campo con un proyecto de ley que, según dice en su exposición de motivos, pretende “mejorar” las condiciones económicas de la producción de productos cárnicos y de origen animal. Estas multimillonarias industrias están tratando de colocar legislaciones en todo el mundo para tratar de frenar el rápido avance de este tipo de productos.

La carne cultivada en laboratorio se refiere a la carne desarrollada a partir del cultivo de células animales y no mediante la cría y matanza tradicional de animales vivos. A diferencia de las hamburguesas vegetales que se elaboran con proteínas vegetales, la carne de laboratorio no es una imitación de la carne, sino una creación real que busca proporcionar una alternativa más sostenible y ética para la producción de alimentos.

Además de proteger a la industria cárnica, Da Silva dice pretender en su proyecto de ley que buscan evitar “confusión” en los consumidores y que no caigan en “errores”. En esa misma dirección apunta el artículo 292 de la Ley N° 19.924, de 18 de diciembre 12 de 2020, que obliga a los productores de alimentos a base de planta (conocidos en inglés como plant-based) que indiquen claramente en sus empaquetados que están totalmente elaborados con ingredientes vegetales.

¿Qué es la carne cultivada en laboratorio?

La carne cultivada en laboratorio, también conocida como carne cultivada o carne sintética, es un tipo de carne producida mediante técnicas de ingeniería de tejidos. En lugar de criar animales vivos para obtener carne, se toma una muestra de células madre de un animal vivo y se cultivan en un entorno controlado en el laboratorio.

El proceso de producción de la carne cultivada en laboratorio se puede dividir en cuatro etapas:

Extracción de células madre de un animal vivo: Se toma una muestra de células madre de un animal vivo. Las células madre son células que se pueden convertir en otros tipos especializados de células que se encuentran en el organismo, como células sanguíneas, hepáticas o musculares.

Cultivo de células madre en biorreactores: Las células madre se introducen en grandes tanques llamados biorreactores que contienen medios de cultivo. Estos recrean un entorno similar al que las células encontrarían en el cuerpo del animal y les proporcionan los nutrientes necesarios para multiplicarse.

Diferenciación de las células en los componentes de la carne: El medio de cultivo se cambia para permitir que las células madre se diferencien en los tres componentes principales de la carne: músculo, grasa y tejido conjuntivo.

Creación del andamio para dar forma a la carne: Las células diferenciadas se separan y se disponen para crear el tipo de carne deseado. Esto se logra utilizando un andamio comestible que ayuda a mantener la organización de las células y les proporciona nutrientes adicionales para su desarrollo. La estructura del andamio juega un papel crucial en la formación de la carne, ya que determina su forma final, ya sea un filete o carne picada.

El bien de la industria contra el bienestar animal

Principalmente, las personas que buscan dejar de comer carne lo hacen motivados por la empatía con los animales. Hasta ahora, y por siglos, gran parte de la humanidad ha sido vegetariana o incluso vegana. Desde que se discuten las implicaciones éticas del consumo de carne, muchas personas que aman comer carne se inclinan a aquellas opciones plant-based que sepan igual o imiten la textura y el sabor de los de origen cárnico.

Quienes defienden la carne de laboratorio también creen que es mejor en temas de seguridad alimentaria debido a que se producen en entornos controlados y estériles. Así las cosas, es más fácil evitar la contaminación con bacterias que causan enfermedades como la E. coli o la Campylobacter, que generalmente provienen del intestino del ganado.

Por ahora no está claro si la producción de carne de laboratorio es más sostenible, o si lo ética y ambientalmente correcto es seguir optando por los productos a base de plantas. Estudios aseguran que la reducción de la ganadería disminuiría las emisiones de metano que contribuyen al cambio climático, y esto se ha vuelto muy mala publicidad para las industrias cárnicas y láctea.

Aunque la carne cultivada en laboratorio se sigue considerando carne, aquellos que se niegan a comer carne por razones de bienestar animal pueden optar por consumirla cuando se produce de esta manera.

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