Nicolás Albertoni: China es un escenario de oportunidad para Uruguay, no nos salvará ni nos invadirá
El doctor en Ciencia Política y Relaciones Internacionales Nicolás Albertoni, expresó -en entrevista con LARED21- que a China no es que le interesa solo Uruguay, sino ampliar sus vínculos con América Latina, y Uruguay es un eslabón más. En ese vínculo que busca China en la región, Uruguay es un eslabón, un país puerto, un país respetado a nivel internacional, con instituciones y democracia.
Uruguay y China avanzan en conversaciones para firmar un Tratado de Libre Comercio (TLC). Para el especialista Nicolás Albertoni “los acuerdos comerciales no son buenos por sí mismos, hay que negociarlos bien y nuestro país tiene muy buenos técnicos en el Estado para que eso suceda”
Nicolás Albertoni es Doctor en Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales por la Universidad del Sur de California. Tiene una Maestría en Economía y otra en Política Internacional. Es Profesor de la Universidad Católica del Uruguay. Cuenta con varios libros sobre la inserción internacional del país. Sus columnas sobre estos temas han sido publicadas en el New York Times y el País de Madrid. Es hoy uno de los principales internacionalistas dentro de las filas del Partido Colorado
-Uruguay avanza hacia un Tratado de Libre Comercio con China (TLC). El estudio de prefactibilidad ya está hecho, y una delegación china estuvo en Montevideo reunida con autoridades de gobierno ¿Una primera evaluación?
Es un escenario de oportunidad para Uruguay. Soy de los que “no pegan el grito ni para un lado, ni para el otro”, ni China nos salvará, ni nos invadirá. Es el inicio de un proceso de negociación, que tendrá como eje el potencial acuerdo. Lo importante acá es ver un gobierno decidido a avanzar y pasar de las intenciones a las acciones concretas en materia de inserción internacional.
-Es un escenario de oportunidad para Uruguay. Soy de los que “no pegan el grito ni para un lado, ni para el otro”, ni China nos salvará, ni nos invadirá. Es el inicio de un proceso de negociación, que tendrá como eje un potencial acuerdo. Efectivamente la presencia de una autoridad china se ve con buenos ojos, una persona que mira con mucha atención América Latina, o sea puede llevar el mensaje bastante traducido. Me parece un buen paso. Hay otro elemento importante, hoy es el mercado más importante para nuestro país, representa el 28% de las exportaciones. El otro elemento, estamos dejando en competitividad, es decir en incremento de precios en China, unos 240 millones de dólares. Por otro lado, vemos un MERCOSUR que es muy importante para nosotros, efectivamente lo ha sido en sus inicios como mercado, pero que también ha tenido enormes desafíos de su agenda externa. Un elemento a modo de contexto, en los últimos años, porque algunos les gustará o no el MERCOSUR, lo cierto es que, con ciertas imperfecciones, busca ser una Unión Aduanera. Y tiene ciertos formalismos que hay que tenerlos en cuenta, pero cuando vamos, y “rascamos” un poquito los cumplimientos del Arancel Externo Común, que es básicamente el que nos hace una Unión Aduanera, ha tenido en el caso de Brasil cerca 200 excepciones en los últimos años, en el caso de Argentina 80 excepciones y Uruguay escasas 17 excepciones, si tomamos los últimos 10 años, “somos los buenos de la clase” que estamos necesitando abrirnos al mundo. De alguna forma queremos decirle al bloque (regional) no es que no nos sirva, ni que queremos darle la espalda, queremos dinamizar, porque a un país como el nuestro, se nos va la vida con la inserción internacional. Obviamente tiene que ser cuidada, y con cautela, no soy de las pasiones, ni para un lado, ni para el otro, esto va a ser una negociación comercial y los acuerdos comerciales, no son buenos por sí mismos, hay que negociarlos bien. La oportunidad es clara, y la señal por parte de una autoridad china en nuestro país es positiva.
-¿Uruguay está preparado para esta negociación con una potencia como China, sí está preparado su Estado y sí están preparadas sus empresas?
Sería buen ejemplo ver países como Chile y Costa Rica, que lo han podido hacer, con dimensiones y escalas diferentes, pero por lo menos comparables con nuestro país. Esos países han sabido equilibrar muy bien esas asimetrías. Estamos hablando de por lo menos dimensiones que en el contexto regional han podido adaptarse a ese mercado
-Sería buen ejemplo ver países como Chile y Costa Rica, que lo han podido hacer, con dimensiones y escalas diferentes, pero por lo menos comparables con nuestro país. Esos países han sabido equilibrar muy bien esas asimetrías. Estamos hablando de por lo menos dimensiones que en el contexto regional han podido adaptarse a ese mercado. También saber que esto se negocia con parámetros. Hay dos factores que protegen en una negociación comercial a un país pequeño de mercados como este. Primero es saber que hay excepciones que se pueden poner en los acuerdos, entre un 10 y 15% se puede dejar directamente afuera del acuerdo. Supongamos decir por ejemplo qué vestimentas y textiles, naturalmente están en el rango de los vulnerables, expuestos a la competencia y se los puede dejar afuera. Hay otro factor, que es lo que se llama las canastas de desgravación que cuando se negocia, porque no es que se “abra el mercado del domingo al lunes”, tengo la posibilidad como mercado de tener dos tipos de canasta de desgravación, una es por año, es decir este sector lo terminaré de abrir dentro de 15 años. Los horizontes son de 5, 10 y 15 (años), y la otra es escalonar la reducción arancelaria. Entonces empezaríamos mañana, supongamos que al sector textil no lo dejo afuera, empiezo con un 50%, es decir un arancel grande y lo voy escalonando al final, naturalmente tiene que acercarse a cero. O sea que, en esos dos elementos (textiles y vestimentas), en términos de bienes, porque el resto para el Uruguay es casi todo oportunidad, servicios, cooperación e inversiones, en los bienes es donde hay que cuidar los tiempos y negociar con mucha cautela. En el país hay excelentes equipos tanto en el MEF (Ministerio de Economía y Finanzas) como en Cancillería (Ministerio de Relaciones Exteriores), que han trascendido gobiernos, técnicos muy profesionales que saben cuál es la posición defensiva y ofensiva como se llama en estas negociaciones. Hay muy buen capital humano, estamos en condiciones de confiar. Además, hay parámetros, lo decía, no es que de domingo ha lunes China y Uruguay abren todos sus mercados y tendremos todos los productos chinos en nuestro mercado, no funciona así, entonces saber que estas negociaciones son con un parámetro que les da por lo menos a ambos países cierta claridad. Un punto final, fijémonos lo que pasa con esta canasta de desgravación, que se negocia a 10 y a 15 años, es terminar de desgravar el ingreso de productos chinos, evidencia que cuando a un sector le digo “mira en 15 años vas a tener que competir con esta economía”, dentro de los parámetros lógicos, no es que en el día de mañana los va a hacer competir de igual a igual a las textiles uruguayas con las textiles chinas, sectores con una potencialidad de competencia que trabajan incansablemente para innovar y para mejorar su productividad. Un efecto que arrastra a que se dinamice esos sectores, que es lo que se llama los efectos indirectos del comercio. Esos sectores empiezan a demandar al gobierno y empiezan a decir “señores en 15 años me tengo que desgravar, tengo que competir y necesito apoyo en innovación”, se genera un trato de demanda concreta, no es en el aire. La apertura, al final del día genera un diálogo gobierno y mundo del trabajo mucho más directo y concreto. De un lado se tironea no por tironear sino porque hay un horizonte de tiempo y un mercado concreto sobre cuál mañana se puede competir.
-¿Qué peligros se corren y más desde el punto de vista político de nuestra inserción en el MERCOSUR al iniciar un TLC con China?
El escenario es bastante positivo para Uruguay, es un mercado al que ya le exportamos y acá vamos a estar exportando de forma más barata
-Cuando hay oportunidades también hay riesgos, y más en un mundo tan incierto como el nuestro. El escenario es bastante positivo para Uruguay, es un mercado al que ya le exportamos y acá vamos a estar exportando de forma más barata. Hay factores que siempre hay que tener cuidado, es el mismo cuidado que han tenido Chile y Costa Rica y otros que han negociado. China está buscando su posicionamiento tecnológico, y su posicionamiento en infraestructura, y desde Uruguay no nos pondremos a decir que está bien o qué está mal, pero por lo menos en esos rubros, en el día de mañana, en la negociación, se debería tener ciertos cuidados, por lo menos saber que detrás de eso debe existir una estrategia país clara en materia tecnológica y de infraestructura. Se aceptarán infraestructuras “en tales y cuales condiciones”, porque ahí obviamente las escalas son diferentes. No diría que existen “muchas más nubes en el camino”, en un mercado como el nuestro en el que de alguna forma nos vamos a posicionar de forma lógica, porque somos un mercado de 3 millones, un barrio de una ciudad de China. Del lado de la negociación, no van a pretender imagino, imponer que en el día de mañana se acepte sí o sí el ingreso de una tecnología, como sí lo han hecho con mercados más grandes. Espero que esa dimensión de imposición no esté del lado de China. Acá lo que se presenta es un mercado que necesita acceso preferencial y naturalmente estaremos abiertos a cooperación bilateral. Uruguay también tiene mucho para dar en términos tecnológicos.
-¿Cuál es el verdadero interés de China de hacer un TLC con un país tan pequeño?
A China no es que le interesa solo Uruguay, sino que le interesa ampliar sus vínculos con América Latina, y Uruguay es un eslabón más. En ese vínculo que busca China en la región, Uruguay es un eslabón, un país puerto, un país respetado a nivel internacional, con instituciones y democracia
-La pregunta es válida, no hay que verlo en términos absolutos. A China no es que le interesa solo Uruguay, sino que le interesa ampliar sus vínculos con América Latina, y Uruguay es un eslabón más. En ese vínculo que busca China en la región, Uruguay es un eslabón, un país puerto, un país respetado a nivel internacional, con instituciones y democracia. Me estoy poniendo en la cabeza de los chinos, en todo caso habría que preguntarles a los propios chinos el interés, puede haber intereses de tipo cualitativo, porque es obvio que en términos de mercados, no le vamos a cambiar la vida a los chinos, pero allá ellos, nosotros tenemos que tener cuidado de saber dónde está el límite, entre el interés y el compromiso. Somos un país más para ampliar su vínculo con América Latina. También nos podemos preguntar porque se acercó a Chile o a Costa Rica, no hay que verlo en términos absolutos, somos un eslabón más e importante en la región.
-¿La inserción de China en África ha sido positiva para estos países?
-Habría que ver si esos niveles de desarrollo un tanto virtuales, que son empujados por una fuerza externa que viene, pero al final del día ¿qué queda para el país? Lo digo porque si es con mano de obra únicamente china o si la infraestructura genera una dependencia de deuda, efectivamente se logra un crecimiento o mejores rutas, pero también el triple de deuda, todo a veces es relativo. Si América Latina es la nueva África, ha estado en los análisis políticos y académicos. Cuando China entra a la OMC (Organización Mundial del Comercio) en 2001, es una nueva China multilateral, es un paso muy importante en el concierto internacional y empieza a tener más cercanía con los países emergentes en América Latina y en África. África y América Latina están en un estadio muy diferente, incluso en niveles de integración muy diferentes. Nosotros venimos de las políticas cepalinas (CEPAL), década de los 60 y 70, que generan cohesión social y económica con debilidades, porque seguimos siendo la región más desigual del mundo, es decir más que África. La cohesión de integración sería comparar cuestiones no tan directas, pensar que en el día de mañana puede tener las mismas pretensiones que puede haber tenido en África. Porque hay una lógica de integración y de lazos con el mundo. Por momentos, somos las Américas, Estados Unidos, Canadá y México y también tienen cierta cercanía, algunos le dirán el “patio trasero”, pero es una región con un posicionamiento geopolítico y económico diferente. Tampoco veo el miedo de decir ojo con terminar como África. Hay países en nuestro continente que ya tienen acuerdos con China, y ni China ni los países de la región, se han planteado esos niveles de compromiso o de dependencia estructural, que es posible que a algunos países africanos les haya sucedido con China.
-¿El balance para nuestro país es positivo?
Lo que tenemos enfrente es una oportunidad, y creo que necesitará debate político en los pasos concretos. Ahora dejemos que se pueda avanzar en la conversación y que se pueda negociar, y recordemos que no hay acuerdo implementado sin la ratificación de los parlamentos y sin el debate parlamentario
-Es positivo, desde la cautela de decir lo que tenemos enfrente es una oportunidad, y creo que necesitará debate político en los pasos concretos. Ahora dejemos que se pueda avanzar en la conversación y que se pueda negociar, y recordemos que no hay acuerdo implementado sin la ratificación de los parlamentos y sin el debate parlamentario. Es necesaria la transparencia de los procesos, pero hay ciertos parámetros, no se puede estar negociando con una potencia y contando cómo es su estrategia de negociación, pero al menos con los sectores implicados y con algunos sectores importantes de la sociedad civil, se puede ir compartiéndolo y transparentándolo, después esto pasará por los parlamentos. Lo positivo es la iniciación de una conversación con un mercado tan importante, pero deberá negociarse, tengo la confianza de que así será, de que hay buenos equipos, buenas intenciones y conocimiento de lo que Uruguay puede y no puede dar. Hay un tema comparativo, Australia y Nueva Zelanda lo han negociado y el mundo es finito. Si nosotros no vendemos, hay otro que venderá y a mejor precio. Hay que entender que un país como el nuestro, necesita vender y de forma competitiva, cuidándose de cómo eso derrama a nivel económico. Lo que vemos hacia adelante es positivo.
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