otros tiempos

En 2017 Álvaro Delgado proponía un plan para bajar los combustibles. ¿De qué trataba?

Siendo senador, el secretario de Presidencia de Lacalle Pou había enviado un proyecto a Tabaré Vázquez para bajar los precios de los combustibles. Ahora, la actual administración los ha aumentado cuatro veces.

Álvaro Delgado, secretario de Presidencia. Foto: Presidencia de la República
Álvaro Delgado, secretario de Presidencia. Foto: Presidencia de la República

El secretario de Presidencia, Álvaro Delgado, fue senador por sector Todos del Partido Nacional en el periodo pasado. Desde su despacho en el Parlamento, había presentado en el año 2017 un plan “para bajar los combustibles” al entonces presidente Tabaré Vázquez.

Según consta en su página web www.alvarodelgado.uy, Delgado y un grupo de técnicos enviaron el documento a Vázquez con copia a Carolina Cosse, quien ostentaba el cargo de ministra de Industria, Energía y Minería. Los blancos aseguraban ese año que “los actuales niveles de precios internacionales de crudo y tipo de cambio, sumado a la mejor situación financiera de Ancap, permitirían una rebaja importante en el precio al público de los combustibles en Uruguay”.

“Si a esto se le agregan una serie de medidas que se proponen y que requieren únicamente de voluntad política, el precio del gasoil podría reducirse aproximadamente en $8 y el de la nafta en $6”, rezaba el texto.

Simultáneamente, el exministro de Economía, Danilo Astori, buscaba la forma de bajar el precio del gasoil. “Estamos en el estudio de una rebaja del precio del gasoil que esperamos dar a conocer en próximos días”, dijo en declaraciones a Radio Uruguay entonces.

Delgado y sus técnicos proponían la reestructuración del Fideicomiso del Transporte “A través de un decreto firmado por el presidente Vázquez en septiembre de 2006, se estructuró un fideicomiso con el objetivo de subsidiar al transporte colectivo de pasajeros. Para esto se estableció que una porción del precio del gasoil se destinara al fideicomiso y desde allí se distribuyeran los fondos al transporte colectivo. Con este mecanismo, hay una transferencia de fondos de todos los consumidores de gasoil hacia el transporte colectivo”, analizaba el documento, que proponía directamente “mantener el fideicomiso pero modificando la fuente de financiamiento del mismo”.

También sugerían eliminar los topes de deducción de IVA al gasoil. Recordaron que en 2007, por iniciativa del PN, se aprobó una ley que quitó el impuesto IMESI al gasoil sustituyendo la tasa mínima del IVA por la básica, lo que permitió a los sectores productivos deducir la carga fiscal del combustible.

El secretario de Presidencia también planteaba rebajar la mezcla de biocombustibles al mínimo establecido por ley, sacrificando el impacto ambiental de esa idea. La legislación ordena un 5% de etanol en la gasolina pero Ancap había subido en 2016 a 9% el etanol y a 5,3% el biodiesel. “Llevar la mezcla al mínimo implica un ahorro para Ancap de cerca de US$ 35 millones, fundamentalmente en el precio de la nafta”, aseguraba la propuesta.

En cuarto lugar el exlegislador pensaba que era pertinente eliminar la llamada Tasa de Inflamables. “La Intendencia de Montevideo cobra actualmente una tasa sobre el combustible que es despachado por Ancap desde las plantas de Montevideo. Esta tasa ha sido cuestionada por no tener contrapartida y el propio intendente Daniel Martínez ha manifestado la inconveniencia de la misma. Por este concepto la Intendencia recauda más de US$ 10 millones, encareciendo el precio final tanto de la nafta como del gasoil”, decía.

Adicionalmente, el político nacionalista quería que el gobierno cambiara el sistema actual y refinara crudo en base a la demanda de nafta: “Durante muchos años Ancap ha tenido un desequilibrio entre las cantidades de derivados producidos y la demanda de los mismos, provocando que sea necesaria la importación de gasoil y la exportación de excedentes de nafta (…) Si bien en los últimos tiempos no ha sido necesaria la exportación de naftas, es importante la fijación de una regla que asegure niveles de producción que sean eficientes para la empresa. Por eso se propone que Ancap fije una regla donde los niveles de refinación de petróleo estén en función de la demanda de nafta y todo el faltante de gasoil sea importado”.

Por último, sugirió la separación del negocio del cemento. “El negocio de Cemento Pórtland en Ancap ha perdido más de US$ 230 millones en los últimos 17 años. A esto se deben agregar US$ 300 millones de pérdida por el deterioro de los activos tanto de Cemento Pórtland como de Cal”, se leían en el documento más adelante.

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