La Cámara de Comercio pretende evitar ajustes salariales por encima de los fundamentos de las actividades económicas

El Departamento de Estudios Económicos de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios del Uruguay presentó este miércoles 10 de agosto su resumen de la encuesta de actividad del comercio y servicios, correspondientes al segundo trimestre de 2016.

En el estudio se indica que queda de manifiesto que durante el segundo trimestre del año la actividad comercial en términos generales “continuó marcada por un escenario negativo, con caída en las ventas en términos reales para la mayoría de los rubros considerados, aunque se observa una leve mejora respecto a la situación del comienzo del año”.

Esto último lleva a que las expectativas de los empresarios para la segunda mitad del año auguren para el sector “un comportamiento similar a lo ocurrido un año atrás, momento a partir del cual comenzó a profundizarse el deterioro del comercio en general”.

A pesar de que la menor cotización del dólar han contribuido a “reducir levemente el nivel general de precios, continúan presentes presiones inflacionarias que impiden la recuperación de la capacidad de gasto de las familias y al mismo tiempo un deterioro en el nivel de competitividad de las actividades productivas, lo cual desalienta las posibilidades de las empresas a la hora de realizar inversiones y generar nuevas oportunidades de empleo”.

De esta forma, consideran que la realidad para las empresas actualmente “es compleja”, y al contexto de menor actividad, agregan la “persistencia de importantes desequilibrios macroeconómicos internos”, tales como: “Presiones inflacionarias, deterioro de las cuentas públicas, problemas de competitividad sistémicos, que no hacen más que minar las posibilidades de lograr un repunte de la economía más allá de los factores externos”.

Negociaciones salariales

Otro elemento crucial para la Cámara de Comercio y su futuro comportamiento, es el comienzo de las negociaciones salariales en la mayoría de los subgrupos del Comercio, para lo cual propone que se hace necesario trabajar en forma conjunta sector público y privado “evitando establecer ajustes salariales por encima de los fundamentos de las actividades económicas”.

“De lo contrario, la ecuación del empresario será cada vez menos rentable, terminando por erosionar el desarrollo de la actividad privada como motor de la economía a la hora de desarrollar nuevas inversiones y nuevos puestos de trabajo”, advierte la Cámara de Comercio en su informe.