Punto de inflexión climático: ¿Metáfora útil u obstáculo para la acción?
Un nuevo estudio cuestiona la efectividad del término "punto de inflexión" para comunicar los riesgos del cambio climático, argumentando que genera confusión y desánimo en lugar de impulsar la acción.
Investigadores cuestionan la utilidad del término «punto de inflexión»
Un estudio publicado en la revista Nature Climate Change, realizado por investigadores de las universidades de Princeton, Carleton y Rutgers-New Brunswick, analiza el impacto de la metáfora «punto de inflexión» en la percepción y respuesta al cambio climático. El análisis abarca la literatura científica, incluyendo aspectos sociales y de gobernanza relacionados con el fenómeno. Los resultados indican una potencial ineficacia de este término para promover acciones concretas.
El estudio argumenta que la imprecisión y el uso frecuente inadecuado del término «punto de inflexión», tanto en fenómenos físicos como sociales, genera confusión. La connotación apocalíptica, lejos de impulsar la acción, podría estar teniendo un efecto contraproducente. La investigación explora la comunicación del riesgo climático y su impacto en la toma de decisiones. Se considera que la respuesta al riesgo percibido depende de múltiples factores, incluyendo el entorno social, la percepción subjetiva de la amenaza y la autopercepción.
El efecto de la «falsa alarma» y la necesidad de precisión
El concepto de «punto de inflexión» implica un umbral crítico que, al ser superado, desencadena transformaciones irreversibles en el sistema climático. Sin embargo, el estudio advierte sobre la imprecisión de este concepto y la posibilidad de generar una «falsa alarma». Si los efectos catastróficos no se materializan inmediatamente después de cruzar dicho umbral, podría erosionarse la credibilidad de los mensajes futuros sobre el cambio climático. La falta de precisión científica del término «punto de inflexión» es una de las preocupaciones centrales.
Robert Kopp, uno de los autores, destaca la importancia de cada fracción de grado de calentamiento global. Superar el umbral de 1,5 °C de aumento de la temperatura no significa el fin de la lucha contra el cambio climático, sino que exige intensificar los esfuerzos de reducción de emisiones. La investigación enfatiza que la acción debe ser constante, independientemente de si se alcanza o no un «punto de inflexión» simbólico. La lucha contra el cambio climático requiere un enfoque continuo y adaptativo.
La necesidad de mensajes precisos y motivadores
El estudio señala que la población responde mejor a amenazas tangibles e inmediatas, como incendios forestales o inundaciones, que a conceptos abstractos como los puntos de inflexión. Rachael Shwom, coautora del estudio, menciona que la acción política es más probable después de eventos concretos y focalizados. Es necesario adaptar los mensajes a la realidad de la población para promover una respuesta eficaz.
Elisabeth Gilmore, otra de las coautoras, destaca la necesidad de diferenciar los objetivos de política climática, como el límite de 1,5 °C de calentamiento, de los puntos de inflexión. La reducción de emisiones sigue siendo crucial, incluso si se supera este umbral simbólico. «Cada fracción de grado importa», afirma Gilmore, enfatizando la necesidad de una acción continua y contundente para mitigar el cambio climático. Las acciones deben ser proporcionales al aumento de la temperatura.
Diferenciar los objetivos políticos de los puntos de inflexión
El estudio concluye que los mensajes sobre el cambio climático deben ser precisos, motivadores y no alarmistas. Se debe enfocar la acción global en la mitigación de los daños actuales, evitando el fatalismo. El uso del término «punto de inflexión» podría ser contraproducente, generando confusión y desánimo en lugar de la acción necesaria para abordar este desafío global. Se debe apostar por una comunicación más clara, precisa y motivadora.
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