Debate sobre barrios privados en Canelones: Intendente restringe propuestas que amenazan el entorno
Los vecinos organizados buscan evitar la destrucción de un paraje natural, frente al intento de una inmobiliaria (relacionada con La Tahona) de construir un gigantesco barrio privado para compradores de alto poder adquisitivo.
En los humedales del Solís Chico, la calma aparente se ve interrumpida por las preocupaciones sobre un proyecto inmobiliario. Un desarrollo residencial privado planea levantarse en el área, generando reacciones encontradas entre los residentes locales y la administración municipal encabezada por el Intendente de Canelones, Marcelo Metediera.
Este proyecto ha revitalizado el debate sobre la sostenibilidad y regulación de los barrios privados en el departamento, marcando una divergencia significativa con su predecesor, Yamandú Orsi.
Orsi, ahora devenido en candidato presidencial del Frente Amplio, ha sido el blanco de críticas porque, durante su finiquitada administración, se aprobaron decenas de proyectos inmobiliarios para compradores de alto poder adquisitivo, muchos de los cuales fueron criticados por el impacto ambiental y el daño al entorno natural.
Mientras el Intendente Metediera considera su rol en esta encrucijada ambiental, el proyecto del Solís Chico se ha convertido en un punto de discusión clave. Inicialmente aprobado bajo su mandato como intendente interino, la viabilidad del proyecto está ahora en duda. Este paquete inmobiliario, respaldado por el grupo La Tahona y operado por Solvy SA, se encuentra en revisión debido a preocupaciones por su impacto potencial en el ecosistema del cangrejal adyacente.
Metediera ha manifestado que no permitirá avanzar el proyecto hasta discutir las inquietudes ambientales en la próxima reunión de la Comisión de Cuenca. Subrayando que el diseño actual requiere alteraciones para asegurar su sostenibilidad, el intendente comunicó su intención de abordar estas cuestiones junto a las organizaciones sociales involucradas.
Las demandas locales y la perspectiva del buffer ecológico
El debate se intensifica alrededor de las demandas por un «buffer» de 50 metros para proteger el hábitat del humedal, aunque la actual normativa canaria solo requiere 10 metros. La controversia se extiende dentro de la comunidad, donde activistas locales y académicos han abordado el tema con argumentos sólidos, resaltando los riesgos de una construcción tan cercana al ecosistema.
A pesar de las garantías de un estudio biológico que alega la ausencia de impacto sobre el cangrejal, la inquietud persiste y se exige mayor precaución. El Intendente Metediera, reconociendo la preocupación pública, ha expresado la necesidad de un replanteamiento del desarrollo, incluida la potencial reducción de lotes para mitigar ecosistemas sensibles adjuntos.
El ecosistema está en riesgo ante el “desarrollo” de las inmobiliarias
La habilitación de un proyecto inmobiliario en una delicada área del cangrejal en la desembocadura del arroyo Solís Chico ha activado alarmas entre los residentes de Las Vegas-Lomas del Solís. La Intendencia de Canelones enfrenta críticas de la Comisión de Vecinos, quienes advierten sobre el impacto negativo de este desarrollo en la biodiversidad local.
Yamila Castro, arquitecta y parte integrante de la comisión, expuso meses atrás las preocupaciones de la comunidad con respecto al proyecto liderado por Leandro Añon, conocido por desarrollar La Tahona. Los vecinos descubrieron las obras cuando vieron que a principios de mayo comenzaron a intervenir el terreno, removiendo árboles y vegetación, según un comunicado de la comisión.
Castro explicó que los vecinos supieron del proyecto tras ser testigos de estas intervenciones. “El proyecto actual fue presentado en 2022 y obtuvo viabilidad en enero de este año. Nos enteramos porque empezaron a talar y a hacer movimientos”, dijo Castro sobre el avance de las obras sin conocimiento de la comunidad.
La comisión solicitó información al municipio y, tras recibir documentación con estrictas condicionantes ambientales, los residentes buscan que se respeten las normativas que incluyen una zona de protección de 50 metros alrededor del humedal, tal como estipula el Plan Costa de Oro.
Intervención gubernamental y preocupaciones ambientales
Tras concertar una reunión con los promotores del proyecto en mayo, se descubrió que el plan contemplaba la construcción de 68 viviendas en un predio privado. Los planos del desarrollo se presentaron posteriormente, generando mayor preocupación en la comunidad. La Arquitecta Castro detalló que las reuniones con el gobierno local aún no han provisto claros resultados.
Se llevó a cabo una instancia crucial con la Comisión de Cuenca del arroyo Solís Chico el pasado 4 de julio. «El intendente manifestó que el expediente no se movería hasta tener una resolución o intercambio», señaló Castro, destacando la postura cautelosa del jefe comunal Marcelo Metediera ante la situación.
Un informe del Centro Universitario Regional Este subraya la relevancia ambiental del área, identificada como una clave para la desembocadura del arroyo. El plan Costa de Oro especifica zonas de protección que no se respetan en el proyecto actual, como afirman los opositores al desarrollo.
Las regulaciones prohíben acciones que alteren el área sin aprobación municipal, lo que ha llevado a la comisión de vecinos a abogar por la intervención del Ministerio de Ambiente. Sin embargo, la Intendencia de Canelones argumenta que la dimensión del predio no justifica tal intervención al medir menos de 10 hectáreas.
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