El fracaso de las islas artificiales de Dubái: ¿Son buena idea estos proyectos?
Un grupo de islas artificiales forman palmeras y un mapamundi frente a las cosas de Dubái, pero a 20 años del inicio de este elefantiásico proyecto, se encaminan a la debacle económica y al hundimiento.
Está en la discusión nacional, tanto en la ciudadanía como en las esferas políticas, un estrambótico proyecto presentado para crear una isla artificial frente a la costa de Punta Gorda, en Montevideo, que se ha topado con el beneplácito del gobierno liberal de Luis Lacalle Pou pero con el rechazo anticipado de la Intendencia de Montevideo por temores de gentrificación y fuerte impacto ambiental.
No solo la mera idea genera ruido, sino que también surgen dudas sobre la empresa JIRKEL S.A., que fue creada hace solamente un año y que pretende hacerse de ese terreno ganado al mar para la construcción de torres ultra lujosas para clientes de alto poder adquisitivo y para el amarre de 300 yates y barcos.
36 lotes podrán ser explotados por la industria inmobiliaria para la instalación de proyectos privados. El costo total del proyecto es de unos US$2.000 millones y tomaría unos 10 años en concretarse, dicen desde la compañía, pero también se ha hablado de un monto actualizado de US$2.200 millones.
Este tipo de ideas no es nueva, y no siempre salen bien. Lo primero que viene a la mente es la experiencia de Países Bajos, que ha ganado miles y miles de kilómetros cuadrados al mar por medio de la creación de diques y terraplenes artificiales, pero también hay que mencionar el más paradigmático y catastrófico de los casos: las islas artificiales de Dubái.
El proyecto arquitectónico más grande de la historia de la humanidad reciente fue anunciado con el inicio del milenio, y contemplaba la creación de las islas Palm Jumeirah, Palm Jebel Ali y Palm Deira, así como los archipiélago falsos El Mundo y El Universo.
De todos, el mundo es el más grande: es grupo de 300 islas que forman el mapa del mundo. Sus 9,34 km² han sumado 232 kilómetros de costa. A pesar de que el proyecto se inició hace 17 años, aún está por terminar y es el que más problemas ha tenido. El Universo aún está en duda pero originalmente se proyectaba que estaría list entre 2023 y 2028.
En veinte años, numerosos problemas diferentes han provocado retrasos en las obras: impagos, deudas, problemas legales, un impacto ambiental irreparable, e incluso el hundimiento de algunas islas en el mar que ya estaban previamente prevendidas. A pesar de todos estos imprevistos que han amenazado la viabilidad del proyecto, la empresa estata Nakheel, encargada del proyecto, no se da por vencido.
Cabe destacar, eso sí, que la crisis financiera de 2008 tuvo un impacto importante en el proyecto en general, pero la cronología de los hechos es mucho más larga e intrincada, y no fue solo ese año el que tuvo pésimas ventas: en 2018, las ventas inmobiliarias cayeron 46% en el primer trimestre del año, pero desde 2014 venían cayendo en el entorno del 15%.
Numerosos proyectos han tratado de relanzar El Mundo, como por ejemplo la empresa filipina Revoution Precrafted que quiere invertir US$3.200 millones en la construcción de apartamentos de ultralujo y un hotel. Pero el problema es que la empresa marítima Penguin Marine ha advertido desde 2010 que este grupo de islas artificiales corre el riesgo de hundirse, primero porque está hecho con arena que se dragó del fondo del mar en la misma zona, provocando fosas en los alrededores que cambian el flujo de las aguas. Esa arena está, poco a poco, regresando a su lugar original. Y segundo, porque los océanos podrían subir varios centímetros por el derretimiento de los polos, debido al cambio climático, algo que no fue contemplado hace 20 años cuando se diagramaron los primeros planos.
Destrucción de la biodiversidad
Según las conclusiones obtenidas de los estudios ambientales presentados por la investigadora Bayyinah Salahuddin, las playas de Dubái pierden entre 10.000 y 15.000 metros cúbicos de arena cada año. La construcción de Palm Jumeirah, que ha afectado el flujo natural del viento, ha provocado que las mareas aumenten este índice de erosión. El resultado es que los depósitos de sedimentos marinos se han movido 40 kilómetros en un período de cinco años.
De hecho, según información de la NASA, Palm Jumeirah también se estaba hundiendo a un ritmo de cinco milímetros por año. Algunas de las islas están a solo 2 metros por encima del nivel del mar y las estimaciones de la Agencia Ambiental de Abu Dhabi han calculado que, en el peor de los casos, el nivel del mar en el área podría aumentar hasta 9 metros.
Todo el movimiento provocado durante la construcción ha afectado a la biodiversidad marina, sepultando criaderos de ostras y provocando daños irreparables en los corales del fondo marino.
Al día de hoy, el Estado se ha gastado más de 115 mil millones de dólares en esta obra que, presumiblemente, terminará sumergida de nuevo en las aguas del golfo.
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