China contamina cada vez más: produce 12 millones de toneladas de carbón por día
China revive plantas de carbón que estaban apagadas para aplacar la gran crisis energética que atraviesa. Este combustibles es el más sucio y el más contaminante del mundo.
El carbón es el combustible fósil más sucio que existe y China lo quema más que el resto del planeta combinado, muy a pesar de los discursos de su mandatario Xi Jinping en la cumbre climática COP26 de Glasgow.
El gigante asiático vive una crisis energética y de desabastecimiento que movió al gobierno a pedir que se produzca más carbón que nunca antes por día: la industria carbonífera alcanzó su máximo de 11,93 millones de toneladas diarias esta semana.
Para tener una perspectiva, China está consumiendo en un solo día seis veces lo que necesita una central térmica de 500 MW durante todo un año.
Según datos de la misma Comisión Nacional de Desarrollo y Reforma del gobierno de Xi, los casi 12 millones de toneladas son 1,5 millones más de lo que se estaba produciendo en diciembre. La entidad explicó que el suministro de carbón para uso en centrales térmicas se seguirá acelerando.
En medio de un planeta en constante calentamiento y de países haciendo compromisos para reducir las emisiones, China parece no está muy enfocada en esto: el gobierno comunista pidió a toda la industria en su conjunto alcanzar acuerdos de suministro eléctrico de carbón a mediano y largo plazo.
Ganan unos y pierde el planeta
La crisis le vino como anillo al dedo a la alicaída industria carbonífera del gigante asiático ya que la demanda está superando la oferta y los precios se están disparando.
Adicionalmente, China está manoteando este producto por todo el mundo e importándolo para consumir y almacenar: las importaciones en octubre fueron de 26.943 millones de toneladas, un aumento interanual del 96,29%, según datos de la Administración General de Aduanas china.
Con estos datos es complicado creer los grandes esfuerzos de China por descarbonizar su economía. Y ahora se entiende más su ausencia en la cumbre del clima de Glasgow, en la cual el presidente Xi dio un escueto y poco relevante discurso pregrabado.
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