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El gobierno chino está recomenando bilis de oso para curarse de COVID-19, preocupando a ambientalistas

La Comisión Nacional de Salud de China publicó una lista de "tratamientos" recomendados para tratar el coronavirus que incluyen medicina popular poco científica.

Oso negro asiático. Foto: Wikimedia Commons
Oso negro asiático. Foto: Wikimedia Commons

Cuando la crisis del coronavirus estalló, el gobierno de China prohibió los mercados de animales exóticos de donde salió el mortal y devastador coronavirus COVID-19.

El virus paralizó China y el mundo por una razón: el vector del virus fue, posiblemente un murciélago o un pangolín, que en el país asiático se consiguen en estos mercados donde la bromatología y la higiene son una ligera sugerencia que nadie toma.

En decenas de países se investiga para llegar a encontrar una vacuna y un tratamiento efectivo para esta pandemia pero, ¿qué sugiere el gobierno chino?

La Comisión Nacional de Salud de China publicó una lista de «tratamientos» recomendados para las personas infectadas con COVID-19 entre los que figura un producto un tanto particular y, claramente, nada científico: bilis de oso. 

Tan Re Qing

De acuerdo con publicaciones de National Geographic y la agencia de noticias oficialista china Xinhua, la Comisión recomienda la inyección de Tan Re Qing, un preparado que contiene bilis de oso, para tratar casos graves y críticos de COVID-19.

En la lista se incluyen desde procesos médicos occidentales con fuerte asidero científico hasta rituales de la medicina tradicional china que carecen totalmente de este.

La bilis de varias especies de osos, incluidos los osos negros asiáticos y los osos pardos, se ha utilizado en la medicina tradicional china desde al menos el siglo VIII. Contiene altos niveles de ácido ursodesoxicólico, también conocido como ursodiol, que está clínicamente probado para ayudar a disolver los cálculos biliares y tratar la enfermedad hepática.

El ácido ursodesoxicólico ha estado disponible como una droga sintética en todo el mundo durante décadas.

Sin embargo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) dice que aún no existe una cura para el COVID-19, aunque algunos medicamentos como analgésicos y jarabes para la tos pueden ayudar a mitigar la fuerza de los síntomas.

Los practicantes de la medicina tradicional china suelen usar Tan Re Qing para tratar la bronquitis y las infecciones de las vías respiratorias superiores.

Nat Geo habló con Clifford Steer, profesor de la Universidad de Minnesota en Minneapolis, quien ha estudiado los beneficios médicos del ácido ursodesoxicólico. No conoce evidencia de que la bilis de oso sea un tratamiento efectivo para el nuevo coronavirus. Pero, dice, el ácido ursodesoxicólico es distinto de otros ácidos biliares en su capacidad para mantener las células vivas y puede aliviar los síntomas de COVID-19 debido a sus propiedades antiinflamatorias y su capacidad para calmar la respuesta inmune.

Ambientalistas preocupados

Ya es de por sí difícil luchar contra el comercio ilegal de animales en países como China, donde el mercado negro de especies exóticas sobrepasa incluso al de armas o algunas drogas.

Promulgada en 1989, la ley de protección de la vida silvestre de China considera a los animales salvajes como un recurso para el beneficio de los humanos. En 2016, se modificó para legitimar aún más el uso comercial de la vida silvestre, afirmando explícitamente que los animales se pueden usar libremente en la medicina tradicional china.

La Agencia de Investigación Ambiental (EIA), una organización sin fines de lucro con sede en Londres, Inglaterra, se enteró desde antes de la publicación de este documento por parte de los mismos traficantes ilegales, quienes empezaron a publicar en redes sociales chinas que el gobierno estaría incentivando el uso de bilis de oso para tratar el coronavirus. «Vimos cómo los traficantes estaban cooptando esta recomendación del gobierno para publicitar sus productos ilegales como un tratamiento», dijo Aro White, vocero de EIA.

La bilis ilegal de osos salvajes se produce en China, dice, y también se importa de osos salvajes y cautivos en Laos, Vietnam y Corea del Norte. En grandes granjas se mantienen a decenas de osos atados en jaulas con heridas abiertas en sus vientres por las cuales se accede a la vesícula biliar, de donde se extra el líquido.

El comercio ilegal persiste a pesar de que los osos negros asiáticos, una de las especies más comúnmente usadas por su bilis, están protegidos del comercio internacional bajo la Convención sobre Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres.

 

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