El primer avión de cáñamo del mundo: Más resistente que el acero y vuela con biocombustible de cáñamo
Viajar en avión es rápido y conveniente pero el impacto ambiental de este medio es sumamente alto. Por eso, esta empresa se ha propuesto echar a volar el primer avión totalmente ecológico en su construcción y combustible con que opera.
El avión es, por mucho, el medio más seguro para viajar en todo el mundo, pero también es uno de los más contaminantes.
Es por eso que la empresa Hempearth Group está desarrollando el primer avión del mundo construído totalmente de fibra de cáñamo. Este aeroplano se construye casi en su totalidad a partir de cultivos sostenibles, desde las paredes y asientos del avión hasta las alas y las almohadas.
La compañía Hempearth fue fundada en 2012 en Canadá y vende una variedad de productos orgánicos de cáñamo. Su inventario incluye tablas de surf de cáñamo, tablas de remo, aceites, cannabis e incluso un teléfono de fibra de cáñamo.
Esta es la primera incursión del cáñamo a nivel estructural en el mundo de la aviación. Cuando esté terminado, el avión podrá transportar a cuatro afortunados pasajeros y un piloto. Tiene una envergadura de 11 metros y funciona con Hempearth Hemp Jet A Bio Fuel, un biocombustible hecho de fibra de cáñamo.
La planta más versátil
La planta del cáñamo es una de las más sanas y versátiles del mundo. No solo por que su fibra es hasta 10 veces más fuerte que el acero, sino porque puede doblarse, moldearse, trensarse y manipularse mucho más fácil que el metal y otros materiales de construcción.
Es por eso que resulta especialmente versátil para la industria automovilística y, ahora, la aeronáutica. Es además menos tóxico que los materiales aeroespaciales tradicionales, como el aluminio y la lana de vidrio.
Su cultivo también es muy ecológico: requiere menos agua para crecer que el algodón e incluso devuelve los nutrientes al suelo en un proceso llamado fitorreeditación.
Finalmente, el cáñamo es más liviano que los materiales tradicionales de aviación. Como resultado, requiere menos combustible (en este caso, biocombustible de cáñamo) para alcanzar una gran altitud. El cáñamo tampoco requiere minería, ni fibra de carbono. Por lo tanto, casi no tiene impacto ambiental.
La empresa Hempearth tiene además una posición política: «Nunca vamos a trabajar con compañías fascistas asociadas con los militares, los Rockefeller, los Rothschild y el Complejo Industrial Militar», se lee en su web.
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