HUMANIDAD

Oficialmente hay una nueva era: vivimos en el antropoceno

Aunque está claro que actualmente vivimos en él, los científicos han debatido durante mucho tiempo cuando comenzó el antropoceno, la época del dominio humano sobre el planeta.

Abril de 1493: los reyes católicos Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla reciben a Cristobal Colón que llega de América. Trae esclavos y joyas robadas a los aborígenes
Abril de 1493: los reyes católicos Fernando II de Aragón e Isabel I de Castilla reciben a Cristobal Colón que llega de América. Trae esclavos y joyas robadas a los aborígenes. Foto: Universal History Archive

La era antropocena se refiere al período en que los humanos han tenido un impacto global medible en los ecosistemas de la Tierra.

¿Comenzó con el advenimiento de la agricultura hace unos 10.000 años? ¿Con la revolución industrial? ¿Con las primeras explosiones de armas nucleares en la década de 1940? El debate es largo y denso.

El Grupo de Trabajo Antropoceno (AWG), un panel de internacional de científicos, votó recientemente para reconocer oficialmente la época y sugirió iniciarla a mediados del siglo 20, según publica la revista Nature.

Ahora están trabajando para determinar un «pico» o alguna característica que describa de forma más exacta su inicio.

Entre las propuestas están las pruebas de bombas de hidrógeno en la década de 1950 o el aumento de la producción industrial y el uso generalizado de productos químicos agrícolas.

«El Antropoceno funciona como una unidad geológica de tiempo, proceso y estratos», dice Jan Zalasiewicz, presidente del AWG y geólogo de la Universidad de Leicester, Reino Unido. Zalasiewicz no estaba seguro de esa conclusión cuando el AWG comenzó su trabajo hace una década. Pero la votación actual muestra que el grupo ha llegado principalmente a un acuerdo sobre la idea de la unidad geológica. “Es distinguible y distintivo», asegura.

El inicio del antropoceno

En cierto momento, los debates apuntaban a que la era antropocena comenzó en el año 1610, según explican Simon Lewis, ecologista del University College de Londres, y Mark Maslin, geólogo de la Universidad de Leeds. Ellos aducen que los datos recogidos han apuntado de forma fehaciente que en ese año se vio un «pico» de en impacto al planeta por parte de la humanidad.

Dos marcas globales aparecen en 1610: el intercambio de polen de los cultivos importados del «Nuevo Mundo» (América) hasta Europa al tiempo que se constató una baja en los niveles de dióxido de carbono en los núcleos de hielo de la Antártida que datan de esa época. Ambos eventos son el resultado directo de un mayor comercio y transporte de animales y plantas a través del Océano Atlántico, una barrera que previamente había mantenido separados el Nuevo y el Viejo Mundo durante millones de años.

En el caso de la caída global del dióxido de carbono, Lewis y Maslin creen que esto es el resultado de la muerte de millones de indígenas a raíz de las invasiones europeas en América: hasta 50 millones de nativos americanos murieron después de la colonización, principalmente como resultado de enfermedades infecciosas como la viruela o bien por asesinato. A medida que su número disminuía, la pérdida resultante en la agricultura permitió que los bosques volvieran a crecer en las Américas. Estos bosques expandidos limpiaron la atmósfera de dióxido de carbono.

Lewis y Maslin sostienen que en esa época se dio por primera vez un impacto significativo en el medio ambiente como resultado de la acción humana, y que por ese se debe considera el año 1610 como el inicio del antropoceno.

«Nosotros, los humanos, ahora somos un poder geológico, tan cambiante como un golpe de meteorito. Históricamente, la colisión de los mundos viejo y nuevo marca el comienzo del mundo moderno», concluyó Lewis.

 

 

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