Granjas de energía solar y eólica podrían traer lluvias regulares al Sahara
Las instalaciones de granjas eólicas y solares a gran escala no solo tienen el poder de suministrar al mundo una inmensa cantidad de energía, sino que también tienen el poder de cambiar climas a escalas masivas, potencialmente para mejor.
Un nuevo estudio de modelado climático ha encontrado que la instalación de plantas eólicas y solares en todo el desierto del Sahara podrían aumentar significativamente la precipitación en la región y aumentar la vegetación, informa el portal científico Phys.org.
El Sahara es el desierto caliente más grande del mundo y está creciendo en superficie. Cubre una franja gigantesca del norte de África, lo que hace que gran parte del terreno sea inhabitable. Por lo tanto, cualquier aumento en las precipitaciones aquí probablemente sea algo bueno, especulaban los autores del estudio.
El estudio es uno de los primeros en modelar los efectos climáticos de las instalaciones eólicas y solares, al tiempo que considera los efectos sobre el crecimiento de la vegetación.
«Estudios previos de modelado han demostrado que las granjas eólicas y solares a gran escala pueden producir un cambio climático significativo a escala continental», dijo el autor principal, Yan Li.
De tierra árida a terreno fértil
Hay pocos lugares en la Tierra más ideales para instalaciones eólicas y solares a gran escala que el desierto del Sahara. Por un lado, hay mucha luz solar y mucho viento que se genera en las llanuras arenosas. También está muy cerca de Europa y Medio Oriente, que tienen una creciente demanda de energía. Además, las instalaciones eólicas y solares que cubrieron aproximadamente 9 millones de kilómetros de este terreno estéril podrían suministrar aproximadamente 3 teravatios y 79 teravatios de electricidad, respectivamente. Eso podría suplir las demandas globales de energía varias veces.
«Descubrimos que la instalación a gran escala de parques eólicos y solares puede traer más precipitaciones y promover el crecimiento de la vegetación en estas regiones», explicó Eugenia Kalnay, coautora del estudio. «El aumento de la lluvia es una consecuencia de las complejas interacciones tierra-atmósfera que ocurren porque los paneles solares y las turbinas de viento crean superficies de tierra más ásperas y más oscuras», añadió.
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