Piden a la ONU reconocer el medio ambiente limpio como un derecho humano

John H. Knox, relator especial de la ONU sobre los derechos humanos y el medio ambiente, pronunció un fuerte discurso el pasado 5 de marzo ante la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra. En este insta a la ONU a consagrar un medio ambiente sano como un derecho humano.

Knox, quien ha pasado los últimos cinco años investigando la correlación entre los derechos humanos y las preocupaciones por el cambio climático, ahora exige una resolución de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) que los conecte de forma oficial.

«Los Estados tienen que garantizar un entorno seguro, limpio, saludable y sostenible para respetar, proteger y cumplir los derechos humanos, y estos a su vez deben respetarse, protegerse y cumplirse, a fin de garantizar un medio ambiente seguro, limpio, saludable y sostenible», Knox escribió en su declaración.

Knox apuntó además a que 100 países ya han reconocido el derecho a un medio ambiente saludable en sus constituciones. A pesar de ello, la ONU aún no lo ha hecho.

Una de las razones por las que Knox puja por una resolución formal es que sirva para presionar a los gobiernos para que defiendan a los activistas que protegen los recursos naturales y comunitarios, los cuales están expuestos a la violencia y la intimidación en muchas partes del mundo. Decenas de activistas y ecologistas han muerto a manos de grupos delictivos que ven sus intereses en peligro.

 

Cuidar el planeta es peligroso para la salud

Según un informe de los medios The Guardian y Global Witness, al menos 197 defensores de la naturaleza perdieron sus vidas solo en 2017. «Si no podemos protegerlos, entonces, ¿cómo podemos proteger el medio ambiente del que todos dependemos?», Dijo Knox en entrevista con The Guardian.

En el informe del relator se detalla que un ambiente insalubre afecta especialmente a los niños, ya que aún se están desarrollando y tienen muy poco control sobre lo que sucede en su entorno. La contaminación y otros peligros matan unos 1.5 millones de niños menores de cinco años cada año en todo el mundo.

«No cabe ninguna duda de que el daño al medio ambiente interfiere con una serie de derechos de los niños, incluidos sus derechos a la vida, la salud y el desarrollo, la alimentación, la vivienda, el agua y el saneamiento, el juego y la recreación», concluyó Knox.