En EE.UU. 64% del agua embotellada es de tubería, asegura estudio
Algunas cuestan hasta 2.000 veces más por litro, a pesar de que ha sido agua que salió de la canilla en una fábrica y fue procesada para parecer de manantial.
Las empresas de agua embotellada han dependido de prácticas de comercialización predatorias y exorbitantes esfuerzos de cabildeo para vender su producto en todo el mundo, bajo la inexacta creencia de que el agua empacada es más limpia y más segura que el agua corriente, una noción que le cuesta a los hogares estadounidenses alrededor de US$ 16.000 millones por año.
En un nuevo informe titulado «Take Back the Tap», la ONG Food & Water Watch (Observatorio de alimentos y agua) explica que el 64% del agua embotellada proviene de fuentes municipales de agua corriente, lo que significa que los estadounidenses a menudo sin darse cuenta están pagando por agua que de otra manera sería gratis o casi gratis.
Este estudio se hizo en Estados Unidos, un país en donde se consume 149,3 litros per cápita de agua en botella. Un galón cuesta alrededor de US$9.50, casi 2.000 veces el precio del agua común de tubería.
Industria predatoria
«Cuando las embotelladoras no están vendiendo agua municipal, están bombeando y vendiendo recursos hídricos comunes que pertenecen al público, dañando el medioambiente y agotando los suministros de agua de la comunidad», se lee en el estudio.
Esta industria tiene una enorme huella ambiental: en 2016 utilizaron alrededor de dos mil millones de kilos de plástico para envases, que requirió un aporte de energía de al menos 45 millones de barriles de petróleo.
Nestlé, por ejemplo, una de las más grandes del mundo en el rubro, agotó los escasos suministros de agua de California durante su reciente sequía histórica, consumiendo agua que podría haber sido utilizada por casi 2.200 hogares por año.
Aunque las compañías de agua embotellada y los grupos de cabildeo para la industria, como la Asociación Internacional de Agua Embotellada (IBWA), promueven sus productos como más saludables que el agua de la canilla, el estudio encuentra que los intentos de los estadounidenses de evitar contaminantes al depender del agua embotellada también están equivocados: la mayoría los estadounidenses no se dan cuenta de que el agua potable que obtienen del grifo -por una fracción del precio del agua embotellada- viene con más garantías que el agua embotellada, ya que el gobierno federal exige controles de seguridad rigurosos en el agua del grifo municipal que en aquella se se comercializa en botellas.
La industria con frecuencia apunta a grupos de bajos ingresos, poblaciones afroamericanas y comunidades de inmigrantes, en general personas que pueden haber carecido o aún carecen de acceso a agua potable, para sus campañas de mercadeo. En 2014, Nestlé gastó más de US$5.000 millones en publicidad de su marca Pure Life, y de ese dinero, US $3.800 millones estuvieron destinados a anuncios de televisión en idioma español.
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