Descubren clave de los peces eléctricos al generar un campo que no los electrocute

Científicos estadounidenses publican en el último número de la revista especializada Science, un estudio sobre la intrigante capacidad de los peces eléctricos, e identifican la moléculas “reguladoras” que hacen a estos animales tan particulares en sus armas cotidianas, consistentes en un solo músculo que han convertido a su vez en un órgano capaz de generar electricidad.

Las seis grandes familias de peces eléctricos conocidos, coinciden en el desarrollo del mismo órgano, algo que sorprendió a los investigadores, ya que en todos los casos la evolución de los animales se dio independientemente de los demás pese a lo cual tienen similitud en la función del sistema eléctrico, tanto para comunicarse, para navegar como para atacar y defenderse.

La primera descripción completa del genoma del pez eléctrico

Los investigadores de la Universidad de Austin, Texas, Universidad Madison, de Wisconsin, e Instituto Systemix, de Washington, lograron además en este estudio desentrañar el genoma de un pez eléctrico por primera vez.

El mapeo demuestra que los peces eléctricos han desarrollado su sistema a partir de factores genéticos, y que el órgano desarrollado necesita imprescindiblemente de agua, para lograr el efecto transmisor de la electricidad. Los peces son los únicos animales que han desarrollado esta forma de órgano, el que les sirve también de comunicador, ya que son todos fauna de ambientes oscuros, y operan al igual que los murciélagos con las ondas sonoras.

En algún momento hace más de 100 millones de años, los peces ampliaron el potencial eléctrico muscular de las células para convertirlas en electrocitos, otras células mayores capaces de organizarse en secuencias y provocar flujos masivos de carga positiva, que al encontrar un “polo negativo” y a voluntad, pueden inducirles corrientes de hasta 600 voltios.