Fanático de los transgénicos lucha por Monsanto

Giorgio Fidenato, presidente de los Agricultores Federados de Italia lucha contra la prohibición del maíz transgénico MON810, propiedad de Monsanto. En la Unión Europea este maíz es el único transgénico admitido, y Fidenato lucha para que esto no cambie.

El agricultor expresó a Silvia Gianelli de IPS, “Quiero cultivar organismos genéticamente modificados porque quiero alimentar a mi familia con productos biotecnológicos”. El presidente de Agricoltori Federati agregó, “De ninguna manera quiero comer alimentos orgánicos porque creo que no son saludables ni nutritivos”.

Existe una norma en la UE que contiene una cláusula de salvaguardia que habilita a los estados miembros a prohibir el cultivo de un OGM (organismo genéticamente modificado) si constituye un riesgo para la salud humana o el medio ambiente.

Seis naciones europeas ya han hecho uso de dicha cláusula de salvaguardia para frenar la expansión transgénica, que actualmente ocupa una superficie equivalente al tamaño de Roma.  Actualmente en Europa hay cultivadas 129.000 hectáreas con maíz transgénico, de las cuales el 90% se encuentran en España.

El pasado año tres ministros italianos – Salud, Políticas Agrícolas y Ambiente – firmaron un decreto para prohibir el MON810 en el territorio. Si bien Alemania, Austria, Francia, Grecia, Hungría y Luxemburgo han tomado la decisión permanente anti-transgénicos, la medida tomada en el país mediterráneo es temporal.

Fidenato relató a IPS “Mi primera cosecha, en 2010, me fue confiscada por las autoridades”, y agregó “ya planté en tres parcelas este año y me denuncié por ello”. Además de la convicción de la insalubridad de los alimentos orgánicos, la lucha del agricultor tiene un trasfondo social y argumenta que “porque a la mayoría no le gustan los transgénicos, yo tampoco puedo comerlos”.