Maradona invitó a Fidel Castro para su despedida del fútbol

El ex jugador argentino Diego Maradona quiere que el presidente cubano Fidel Castro, de quien luce un tatuaje nuevo en su pierna izquierda, sea su invitado de honor en el partido-homenaje, el próximo 10 de noviembre en Buenos Aires, que por otra parte marcará el retiro definitivo de las canchas del astro argentino.

«Yo sé que tiene cosas mucho más importantes que un partido, pero le invito de toda corazón (…). Es el primero en la lista de invitados», declaró Maradona en diálogo con Reuters y el diario estatal Granma.

«Para la leyenda viviente, cualquier cosa (…). Que sepa que lo necesito», añadió el ex futbolista, de 40 años de edad, que ofreció incluso enviarle a Castro un avión para que viajara a la capital argentina y presenciara el partido donde Maradona –junto a una legión de destacados futbolistas argentinos y extranjeros– volverá a deleitar a los aficionados.

Maradona ha dado muestras de gratitud en forma permanente hacia el pueblo cubano y específicamente hacia Fidel Castro, a quien incluso homenajeó recientemente haciéndose un tatuaje de su rostro en su pierna de oro, coincidentemente la izquierda.

Recordemos que Maradona llegó a Cuba invitado por el propio Castro, en enero de 2000 para un tratamiento médico después de sufrir una grave crisis cardíaca atribuida a las drogas y a su sobrepeso.

En la isla caribeña, el ex jugador lleva una vida más tranquila y ha mejorado su salud, algo que ha sido un buen golpe publicitario para los servicios médicos cubanos.

«Acá, volví a respirar aire, volví a vivir (…). La medicina cubana me tiene como me tiene ahora», dijo Maradona, que corre a diario y golpea un saco de arena para prepararse para el partido homenaje.

Un doctor colombiano que le atiende esta semana, Edward González Saavedra, señaló que su evolución era «excelente» y que creía que «para el partido va a estar en muy buen estado», añadió.

Maradona liderará un equipo de estrellas internacionales contra la selección argentina y confía en la asistencia de grandes veteranos como el francés Michel Platini, el brasileño Romario o el argentino Gabriel Batistuta. También han sido invitados los atletas cubanos Iván Pedroso y Javier Sotomayor.

 

El retiro de la casaca 10 de la selección argentina

 

Después de este encuentro homenaje, la casaca número 10 será oficialmente retirada de la selección argentina por lo que en el partido contra Uruguay por las Eliminatorias para el Mundial, ya no estará en la cancha, decisión que ha causado cierta controversia en la vecina orilla, en virtud de que se piensa que las generaciones futuras, podrían tener el sueño de vestir la emblemática casaca 10 que usaron grandes jugadores y específicamente Maradona.

«Que yo sea dueño de la camiseta 10 significa muchísimo para mí, con todos los grandes que hay en Argentina, que hubo y que habrá», dijo Maradona, quien llevó a su país a la victoria del Mundial de México en 1986 y que acabó su carrera brillante a finales de los 90 tras escándalos con las drogas.

«Es un orgullo (…). Yo soy un tocado por Dios», añadió, en el modesto bungalow del centro de salud La Pradera, donde vive desde hace 21 meses.

Sobre las perspectivas de Argentina en el Mundial de 2002, Maradona se mostró optimista. «Argentina está muy sólida (…) muy fuerte», precisó al tiempo que sostuvo que había que apoyar a Brasil para lograr la clasificación. «Tenemos que hinchar para Brasil.»

En la entrevista, Maradona descargó como siempre «la artillería pesada» contra el sistema de gobierno de su país al tiempo que elogió el del país isleño.

El ex jugador señaló que le gustaría seguir viviendo en ese país porque «Cuba tiene salud y educación, que es el futuro del pueblo (…). Me da mucha pena ver mi país quebrado, robado y con un futuro negro totalmente.»

Sin embargo, también señaló que estaba apenado porque no había recibido respuesta de las autoridades cubanas sobre la posibilidad de comprar una casa. «Eso me deja un poco triste», señaló, aunque inmediatamente agregó estar «eternamente agradecido a Fidel».

Finalmente señaló que estaba «un poco muerto adentro sin mis hijas, pero también hay que poner en la balanza que sin mí, ellos viven más tranquilos», añadió. *