"EL TUNA" FORNAROLI AGUARDA CON PACIENCIA EL MOMENTO DE "PINCHAR" LA PELOTA

"Estoy esperando el clásico"

Es momento de sequía para el delantero tricolor Bruno Fornaroli, que después de una fulgurante aparición con dos goles consecutivos en las primeras fechas ahora lleva cuatro sin convertir, a la par del discreto momento del equipo. Pese a ello el juvenil le es fiel a su apodo (el «Tuna», por sus «pelos parados» cuando era niño) y guarda reservas para lo que se viene, sin importarle cuántos o quiénes acechan su posición, manteniendo el optimismo y la confianza en sus condiciones.

El salteño es uno de esos futbolistas cuyo nombre se repite desde hace varios años entre los hinchas tricolores, fundamentalmente entre quienes siguen a las divisiones formativas, mientras esperan su llegada a Primera; hace dos años comenzó a ser seguido «con lupa» después de anotar 50 goles en el campeonato de Quinta División (2005), compartiendo protagonismo con Martín Cauteruccio (que hizo 53) y Mathías Cardaccio, en un equipo que arrasaba rivales.

Sin embargo, su presentación ante su hinchada se dio en un clásico de Tercera, cuando «pizarreó» arrodillándose encima de la pelota en el borde del área aurinegra, jugada que terminó en empujones y manotazos por la actitud del salteño: «Ya lo había hecho una vez en Cuarta en Las Acacias y se armó lío, y en ese clásico de Tercera, en el Estadio de nuevo, se armó un revuelo bárbaro… No sabía que iba a hacerlo, pero se dio…yo había hecho el primer gol y en ese momento Daniel Enríquez (que era el técnico) me dice que me quedaban diez, que tratara de «pinchar» el partido, de tenerla, y que después me sacaba, entonces se me ocurrió: ‘Antes de salir voy a hacer algo’, lo hice y se armó flor de lío.

Después se comentaba mucho en el vestuario entre nosotros, porque a la gente de Nacional le gustó mucho e incluso la gente me reconocía por eso, porque parece que para el hincha tiene más valor capaz que todos los goles que había hecho. Esa es una jugada que es particular, que es mía… Entonces dije que en el primer clásico que jugara en Primera lo iba a hacer y lo hice delante de Paolo Montero; me dijeron varias cosas…me llevé un par de comentarios complicaditos… Pero bueno, mala suerte.»

 

Semana inolvidable

Llegó a los tricolores en 2001 con 13 años, para jugar en Séptima; tuvo como técnicos a Alejandro Garay, Ricardo Perdomo, Daniel Enríquez, Tony Gómez y Gustavo Bueno, hasta que fue convocado por Carreño para el plantel principal. Pero no todas fueron rosas: estuvo a punto de ser cedido a préstamo antes de este Apertura.

«Un día, después de un entrenamiento vino Enríquez a hablar, a decirme que mis posibilidades iban a ser remotas, que se venía un campeonato corto, que no había copas internacionales y que seguramente no iba a jugar. En cuanto terminó, inmediatamente, le dije que no, que no me iba. Estaba enojado, claro, pero prefería quedarme en Tercera igual; yo dije: ‘De acá no me voy sin jugar’, y pensé en tres razones: primero porque Nacional era mi casa y yo soy hincha, segundo porque quería demostrar mis condiciones y tercero porque también quería mostrarle al técnico que podía ser útil para el equipo.

El martes, antes de empezar el campeonato, me entero de que tengo que ir a hacer fútbol con la Tercera; hablé con Daniel y le pregunté qué pasaba porque estaba desorientado…creía que podía jugar aunque iban a venir varios delanteros, y me dijo que yo ya lo sabía… Quería que me enojara con él y no conmigo, que siguiera entrenando fuerte como hasta ese momento. El miércoles nos fuimos a Canelones y el jueves de mañana entrenábamos en Los Céspedes unos pocos, porque el grupo principal iba de tarde al Parque Central. Entonces me llamó Pablo Fuentes para ir de tarde, y me sorprendió, pero sabía que había problemas con los transfer (el de Pereyra). Vino Perdomo y me dijo; ‘Mirá que vas para adentro’. Creía que me estaba jorobando, pero eso me cambió todo: era la chance que estaba esperando, dije. ‘Tiene que ser mi oportunidad’, e hice dos goles en ese entrenamiento.»

 

Mucha autocrítica

Lo que sigue es historia conocida: un gol ante Fénix en el debut y uno frente a Wanderers en la segunda fecha, jugando además muy bien y retirándose ovacionado del Parque, antes de que llegara este divorcio con la red: «Mi sueño era debutar y hacer un gol, y me salió bien; la segunda vez tenía todavía mucha más confianza, y cuando salí muy aplaudido, ahí en el Parque con nuestra gente… es lo mejor que he vivido hasta ahora.

Después vino Defensor, un partido muy complicado, y varios partidos en que no tuvimos buenos resultados, pero yo creo estar haciendo las cosas bien; soy muy autocrítico, me analizo mucho, por eso como no está llegando tanto la pelota intento salir a buscarla para tener un poco más de contacto. Sí, me siento preocupado porque no estamos generando el fútbol que todos queremos, y tampoco tenemos la cuota de suerte necesaria, no hemos ligado nada, como con Juventud, que lo metimos abajo del arco y la pelota no entró.

Ahora con «El Chengue» en la cancha lo mío no es lo mismo que venía haciendo, pero hay que adaptarse al equipo y a la forma de jugar, un poco más tirado por afuera, que no me sienta mal aunque quizá me gustaría más por adentro.»

Bruno Fornaroli es la gran apuesta de los tricolores para este segundo semestre.

Es uno de los juveniles que acaparan las miradas, mientras espera volver a convertir en los próximos juegos y en uno en especial: «Entre los momentos más importantes en mi carrera recuerdo cuando hice el gol con la Selección a Venezuela en el Sudamericano sub 17 (en Bolivia) y la salida del Parque el otro día, pero mi gran momento espero que sea ahora en el clásico… Es lo que estoy esperando.» *

 

Bruno Fornaroli Mezza

Nacimiento: 7/9/87 en Salto

Desde los 4 años jugó al baby fútbol en Ferro Carril de Salto.

A los 13 llegó a Nacional para iniciar el camino en formativas.

Vivió 3 años en el Parque Central, hasta que comenzó la remodelación.

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