DEL CIELO AL INFIERNO EN MENOS DE SEIS MESES

Luis Jonne espera una revancha

Por FRANCISCO CONNIO

En el ´98 la prensa deportiva uruguaya hablaba maravillas de un espigado volante que desparramaba fútbol por la canchas montevideanas enfundado en una camiseta albiceleste. Luis Jonne era el eje y uno de los símbolos del Cerro ganador del «Culaca» González, llegando a obtener el torneo del ascenso en forma aplastante. Su categoría lo había llevado a una citación a la Selección celeste del «Pichón» Núñez, Ya no era un proyecto, era una auténtica realidad. En el ´99 en la vuelta de Cerro al círculo de privilegio su talento deslumbró a Nacional, quien se lo llevó por medio año. Sin embargo en esa mezcla de ilusiones que genera un pase a un grande, paradójicamente comenzó su declive. Pese a los buenos antecedentes jugó en cuentagotas con la casaca alba. No fue tenido en cuenta y ese desencanto desembocó en que a fin de año debió cargar el bolso con sus sueños y volver a Cerro en préstamo. Lo aceptó sin objeciones, seguro que «su» casa sería el trampolín para poder volver a despegar. Sin embargo en mitad del torneo y cuando su titularidad no estaba confirmada plenamente, tuvo otro golpe duro. Fue desplazado al banco de suplentes y de ahí a una inesperada licencia a cuenta de volver a conversar al término del Apertura. Sin embargo el almanaque deshojó los días y aquel espigado y prometedor futbolista debió mantenerse en forma entrenando con jugadores libres. Hoy mastica la rabia, se acomoda a las circustancias y revela una rebeldía justificada…

— Luis ¿se hace difícil esta espera?

–Sí, porque realmente creía que me iban a llamar enseguida que terminara el Apertura. Al menos así me lo habían planteado. Me dijeron que íbamos a volver a hablar de mi situación, pero pasaron los días y sigo sin novedades.

–¿Te sorprendió esta situación que se dio con la institución donde creciste futbolísticamente?

–Me dolió muchísimo, porque uno quiere de corazón a este club. Fue donde me inicié y sentirme desplazado así, realmente molesta un poco. Hoy me pongo a pensar que entonces uno nunca fue tenido en cuenta para poder arreglar un problema, ya que de lo contrario nos hubiéramos sentado a conversar y quizás hubiesemos llegado a un acuerdo

–¿Asumís una cuotaparte de responsabilidad o creés que fue una decisión unilateral e injustificada?

— Quizás tengo parte de responsabilidad y se puede justificar en algo que Jorge González me haya licenciado en el Apertura, pero sinceramente no esperaba que me fuera a licenciar durante todo el año.

–¿Sabés que no vas a ser tenido en cuenta en el resto de la temporada?

–No me lo dijeron directamente y lo que sé es por trascendidos de prensa. Pero aparentemente debe ser así ya que ni siquiera me llamaron para hablar del tema.

— ¿Sentís que no se te dio la oportunidad como esperabas?

— Sí, porque jugué muy pocos partidos en el año. Yo venía de seis meses sin jugar en Nacional. En realidad de los 18 partidos jugué sólo cinco. Recuerdo que jugué 20 minutos contra Peñarol, después ante Racing y Rocha, donde me expulsaron. Posteriormente jugué contra Nacional, Danubio y Rentistas. Después me sacaron la titularidad. No jugué ante Liverpool, Bella Vista, Villa Española. Y después junto a Correa y Mauricio Ruiz nos licenciaron.

–Sin embargo hubo una situación interna que te tuvo como uno de los principales protagonistas…

–No, si me responsabilizaron de alguna situación interna se equivocaron conmigo. Cuando «reventó» el tema donde se decía que estábamos «boicoteando» al técnico muchos me responzabilizaron a mí de que era uno de los que lideraba al plantel. Incluso cuando se dio esa situación fui claro y encaré al técnico para decirle lo que pensaba, pero ni cerca de generar una situación que ameritara mi exclusión del plantel. Yo no lideré ni formé parte de ningún grupo. Mucho menos boicotear a un entrenador porque no es mi estilo.

–¿Pediste explicaciones al técnico cuando decidió licenciarte?

–Sí, pero me dijo que era un decisión que ya se había tomado y que si quería, lo llamara en quince días para hablar. Creo que no era lo correcto por lo que decidí esperar. Pero esa espera se alargó demasiado…

–Llegaste a estar nominado a una Selección uruguaya y cuando pasaste a Nacional eras uno de los jugadores mas promocionados. Sin embargo no fuiste tenido muy en cuenta, ¿te sentiste desplazado?

–No porque cuando fui a Nacional sabía que iba a un equipo con buenos jugadores y que podía ser difícil ganarme un puesto por más que me tenía mucha confianza. Pero en ese club encontré muy buenos jugadores y mejores personas.

Creo que no se dieron las cosas como pensaba. Pero bueno, la cuestión era no bajar los brazos, seguir con la cabeza tranquila sabiendo que lo que estaba haciendo estaba bien. Pero luego en Cerro las cosas se complicaron.

–Por más que ahora seas llamado por Cerro, ¿realmente tenés ganas de seguir en esta institucion?

— Como te dije, Cerro es mi casa, me siento como parte de esta gran familia pero hay situaciones que te hacen replantear las cosas, realmente en estos momentos estoy dudando, pero no por mi cariño a la institución sino por mi propio futuro profesional.

–¿Cuál es tu condición contractual en este momento?

–Soy jugador de Cerro, una parte de Nacional y otra del Grupo Casal. Pero independientemente de ello, lo que deseo es estar de la mejor manera para volver a demostrar que soy el mismo de siempre.

Luis Jonne espera aunque se le haga eterno. La oportunidad de volver a jugar puede estar en un llamado de teléfono. Mientras tanto la bronca se mezcla con la amargura. Sin embargo se tiene fe para salir adelante.

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