MAÑANA SERA OTRO DIA, TELEVISION URUGUAYA PARA URUGUAYOS

El lujo de la pobreza

Ese es el caso de Detaquito Films, una productora uruguaya que por estos días está a punto de presentar a su hijo pródigo: un programa de televisión donde la ficción es el eje conceptual. El próximo viernes 19, a la hora 22, Mañana será otro día verá la luz en pantallas de Canal 4, convirtiéndose seguramente en el hecho más importante de este año, destacándose además que en el proyecto están vinculadas 40 personas, entre actores y técnicos. Un milagro de nuestros tiempos.

Que un equipo de filmación recorra la ciudad en busca de la locación perfecta a los efectos de darle el mejor marco a una idea visual es poco menos que una rareza en nuestro medio. Mañana será otro día es una teleserie, aunque parezca ilusorio, nacional.

La trama, más allá de la historia de amor que le da la estructura, está originada en una oficina de colocación de personal. «Cuenta la vida de quienes van a buscar trabajo y de quienes trabajan ahí», dice Oscar Estévez, su director. Más allá de cierta dosis de locura que puede implicar el llevar adelante un proyecto de estas características en un país que tiene una televisión que por definición, le ha dado siempre la espalda a la creación nacional, este ejemplo es para destacar.

«Quizá uno esté loco, pero por no considerar esto como una locura. Nosotros con Jorge (Muniz, actor y productor de la serie) siempre vivimos este proyecto como algo posible y si bien alguna gente del ambiente audiovisual lo consideró como una locura, uno no puede ser negativo antes de encarar un proyecto. Ya fue muy duro hacer un piloto que funcionara como primer capítulo», asegura Estévez.

Dado el proverbial escaso interés de nuestros canales por producir ficción, es resaltable que Mañana será otro día pueda tener lugar en la grilla de programación de Canal 4. Esa situación, originada en las pesadas estructuras que mueven nuestra TV, es siempre un impedimento en el momento de concebir una buena idea artística y además, que capte el interés de los anunciantes.

Sobre el punto, el responsable de la tira reconoce que «el fin no justificaba los medios. Queríamos que el producto fuera vendible y lo hicimos. Logramos un producto que nos parece interesante. Yo estudié, me he preparado y conozco a mucha gente del ambiente y me consta que es difícil entrar a los canales. No lo fue para mí, aunque tuvimos unos meses de negociaciones, pero no me puedo quejar, es el primer proyecto que presento y es el primero que me aceptan. Sé que es muy difícil que en el estado en que está el país se pueda dar una oportunidad como esta».

Asimismo, Estévez tiene una experiencia basada en algunos trabajos documentales y videoclips, y trabajó en algunos cortometrajes como asistente. En este proyecto, que le está insumiendo casi todas las horas del día, el director de Detaquito Films estima que el trabajo podrá llegar hasta fin de año. «Estamos convencidos, nosotros y el canal, de que esto va a funcionar y podremos llegar a los 26 capítulos».

En cuanto a las dificultades que se plantean por unificar los criterios artísticos con los comerciales, ecuación que puede llevar al fracaso a un buen proyecto, el director reconoce que el secreto es «hacer las cosas en su justa medida. Nosotros sabemos que si esto camina desde el punto de vista comercial, vamos a poder decir las cosas que queremos decir y además, podremos darle trabajo a 40 personas. Tenemos claro que lo comercial es muy bienvenido. Es obvio que la televisión se mueve en torno a ese tema, necesariamente tenemos que vender para sostenernos».

Cuando se habla del modelo de televisión que impera en nuestro país, es general la convicción de que estamos frente a una de las peores del globo. Eso no es nada nuevo cuando desde siempre se ven las mismas caras, los mismos planteos que rozan lo prehistórico, la falta de propuestas y un conformismo enfermizo que lleva al más absoluto adoquinamiento, fundamentalmente en el terreno de las ideas.

Para el responsable de Detaquito Films «tenemos la suerte de que en estos momentos hay mucha gente joven preparada en las universidades o en las escuelas de cine que maneja algunas buenas ideas y tiene ganas de renovarse. El tema es poder entrar. Yo no tuve ese problema, pero sé que no es lo normal. Yo creo que en la medida en que se le dé mayor cabida a esa gente, el nivel de la producción audiovisual en este país va a mejorar» .

Una historia reconocible

A grandes rasgos, se puede decir que Mañana será otro día reúne una serie de cotidianidades muy propias de Montevideo, pero sin olvidar a la gente del Interior, manejando de esa manera una cierta uruguayez que será un efectivo vehículo para transportar la idea general.

Las diferentes problemáticas sociales se sufren de la misma manera en todo el país, eso ya es conocido por todos. «Hay mucha gente que no tiene un futuro en el Interior y llega acá encontrándose con otro mundo, no tienen trabajo, trasladando los problemas que tenía afuera», reflexiona el artista.

Respecto al reparto que le dará vida a esta serie, se estableció que los papeles protagónicos estarán desarrollados por gente como Pepe Vázquez, Virginia Ramos, Germán Milich, Rogelio Gracia y Jorge Muniz. Dentro del elenco se destacan también las figuras de Jorge Bolani, Susana Castro, María Mendive, Imilce Viñas, Delfi Galbiati, Pablo Estramín, entre otros, por lo que cabe pensar que el material humano es de la mejor calidad.

En su entorno se encontrará un equipo técnico de alrededor de 40 personas. Cabe ponerse a pensar qué empresa puede contar con tal número de empleados en el Uruguay de hoy. En cuanto a un eventual apoyo oficial, se está esperando por una reunión definitoria con el ministro de Educación y Cultura, Antonio Mercader, además de mantener fundadas expectativas respecto a la ayuda que pueda provenir de la Intendencia de Montevideo.

Esa ayuda se da por descontada y se vuelve de importancia fundamental, ya que se trata de un proyecto bastante más caro que los 500 dólares que valen los habituales enlatados que engalanan nuestra pantalla.

Estévez reconoce además que han recibido innumerables muestras de apoyo desde los más diversos ámbitos. «Nos ayudó mucha gente, desde la ORT hasta un contador que no nos quiso cobrar», sostuvo. Ojalá que la idea sirva, más allá de demostrar de que aquí se pueden generar proyectos de esta índole, para que los canales, de una buena vez, se den cuenta de que apostar por un buen producto nacional puede llegar a ser viable. La gran interrogante es saber cómo reaccionará el público, el juez definitivo de toda obra artística. *

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