Las diez historias criminales que estremecieron al Uruguay
En «Cosecha de sangre», la escritora Ivette Trochón reconstruye minuciosamente diez episodios criminales que conmovieron profundamente al Uruguay del siglo pasado, a los cuales enmarca en ajustadas reconstrucciones de época.
La autora, que es docente de historia e investigadora, ha desarrollado una profusa carrera que incluyó varias obras de su especialidad y dos títulos referentes: «Las mercenarias del amor: prostitución y modernidad en el Uruguay 1880-1932″ y «Las rutas de Eros: la trata de blancas en el Atlántico Sur 1880-1932″.
Su indudable inclinación y vocación por la pesquisa le ha permito incursionar en variados escenarios temporales, que ha condensado con singular rigor documental en su producción creativa.
La génesis de «Cosechas de sangre» fue el programa televisivo homónimo, que fue precisamente guionado por la autora, quien, en el curso de sus investigaciones, descubrió una veta temática apasionante y susceptible de ser adaptada al formato literario.
En este revelador libro, la autora narra diez historias independientes entre sí, que conmovieron a la opinión pública y a la prensa del siglo pasado.
Trochón inicia su periplo en 1923, con el caso de la degollada de la Rambla Wilson, uno de los crímenes más emblemáticos e impactantes que registra la memoria colectiva.
Fiel al estilo que la identifica, la narradora recrea a la Montevideo de la época, que por entonces recibía a una nueva ola emigratoria procedentemente de Europa, aún impactada por las secuelas de la tragedia de la Primera Guerra Mundial.
Esa sociedad cambiante, dinámica y marcada por hitos fundamentales como la inauguración de la estatua ecuestre de José Artigas y el comienzo de la construcción de Palacio Salvo, resultó fuertemente estremecida por el brutal asesinato de una empleada doméstica.
Trochón se interna en los entretelones de esta historia real, que suscitó reacciones colectivas de estupor y desconcierto, por la violencia del crimen y el misterio que rodeó a la identidad de la víctima.
Aunque se trata de un episodio bastante conocido y abundantemente reconstruido en títulos análogos, la investigadora conforma un relato impactante y conmovedor, que abunda en detalle sobre la pesquisa, en testimonios y en reveladoras versiones de prensa.
Obviamente, en esa época, en la cual no existía la televisión y la radio tenía un desarrollo bastante incipiente, el auge de las publicaciones escritas marcaba claramente las pautas en materia informativa.
No menos removedor es el caso de los asesinatos en Yerbal, que, en 1928, empañaron el festejo por la consagración de la selección uruguaya de fútbol en las competencias olímpicas de Amsterdam.
Esta es una historia sórdida y oscura ambientada en el bajo capitalino, donde numerosas meretrices se vendían al mejor postor, con el propósito de ganar el sustento diario.
Ivette Trochón corrobora la extrema complejidad de la investigación del horrendo asesinato de una prostituta, que fue ultimaba con inusual ferocidad en la habitación de un lenocinio.
En ese marco, reconstruye las diligencias policiales y judiciales destinadas al esclarecimiento del crimen, aludiendo, asimismo, al traumático perfil psicológico del matador.
El crimen de la estancia «La ternera», acaecido en 1929, en Treinta y Tres, es, sin dudas, uno de los cuadros más reveladores de este libro, por las particulares connotaciones que rodearon a este episodio.
De algún modo, la coyuntura política de extrema desconfianza devenida de la frágil transparencia de las elecciones que le habían permitido a Juan Campistegui llegar a la presidencia, generaba persistentes tensiones.
Según lo corrobora la autora, el propio crimen tuvo colaterales implicancias políticas, por la participación del influyente estanciero José Saravia (hermano de caudillo blanco), quien fue acusado de ser el autor intelectual de un homicidio por encargo.
El sorprendente desenlace del caso revela hasta qué punto no siempre la justicia es justa y el indudable peso del poder económico y social que ostentan las clases dominantes.
Transitando por los azarosos territorios de un tiempo de acontecimientos políticos que quedaron impresos en la historia, Ivette Trochón restituye la memoria del denominado affaire Salvo-Bonapelch, acaecido en 1933.
El crimen no tuvo ninguna conexión con el golpe de Estado que ungió a Gabriel Terra como dictador, con el apoyo de sectores conservadores de ambos partidos tradicionales y de la oligarquía.
Sin embargo, lo que hace a este episodio un caso singular, es que el autor fue un personaje de la alta sociedad muy allegado al mítico cantor Carlos Gardel.
En ese raudo itinerario a través de nuestro pasado, la autora reconstruye un episodio que desnuda de las prematuras fracturas de nuestra sociedad: el caso de El Cacho, emblemático infanto juvenil que asoló a Montevideo a mediados de la década del cincuenta.
Esta narración tiene un fuerte acento testimonial, en tanto confirma la falsedad del discurso oficial y la fragilidad del mito de nuestra democracia ejemplar.
En efecto, hace más de medio siglo, nuestro país ya exhibía fuertes asimetrías sociales, caldo de cultivo para el desarrollo de una infancia y adolescencia marginada y propensa al delito.
Como hoy, se alzaban voces reaccionarias e irresponsables que reclamaban mayor represión y hasta la rebaja de la edad de inimputabilidad, en lugar de proponer adecuadas medidas de contención y transformaciones conducentes a construir una sociedad más justa e incluyente.
La desaparición y posterior asesinato de Paulette Donatti de Alberzoni, registrada en 1956, pretexta otro ilustrativo periplo por la crónica roja, en un caso que conmovió, como pocos, la sensibilidad pública de la época.
Sin embargo, dos de los episodios narrados que tuvieron más visibilidad pública, son el misterioso asesinato del nazi Hebert Cukurs, cuyo cuerpo fue hallado en un balneario de Canelones, y el feroz tiroteo protagonizado entre pistoleros argentinos y policías, que tuvo como escenario el céntrico edificio Liberaij.
Ambos casos, registrados en 1965, merecieron gigantescas coberturas de prensa, lo cual aportó un importante apoyo documental.
Incluso, la muerte del represor de la SS, cuya presencia en nuestro país parece haber pasado inadvertida para las autoridades de la época, revela en forma inequívoca- que agentes extranjeros operaban impunemente en nuestro país.
Las dos últimas historias narradas el triple homicidio del Barrio Sur (1989) y el caso Pablo Gonçálvez (1993), son quizás, por su proximidad en el tiempo, las que permanecen más frescas en la memoria colectiva de los montevideanos.
Ilustrado con abundantes fotos, «Cosecha de sangre» es un plausible y atractivo trabajo de investigación, que indaga -con prolijo rigor documental- en la naturaleza de la violencia.
El trabajo tiene la intrínseca cualidad de situar al lector en cada época, corroborando la multicausalidad del fenómeno de la delincuencia y, en algunos casos, el indudable peso del poder político, económico y social en la dilucidación de los casos judiciales
(Editorial Fin de Siglo)
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