La memoria que no se calla. Aniversario de Bebe Sendic e Idea Vilariño

Dos gigantes que no solo están emparentados por la fecha de su pasaje a la inmortalidad sino que también lo están desde sus respectivas rebeldías, desde sus modos de plantarse ante el mundo, desde sus pensamientos libertarios, libres de dogmas y ataduras. Dos ejemplos de vida, cada uno a su modo y con sus herramientas, dos uruguayos que permanecen en la memoria popular.

La historia oficial insiste en posicionar a Idea como la desgarrada y sufriente poeta del amor y el desamor, -que lo fue, por cierto- ocultando sin embargo con contumacia su faz combativa y revolucionaria. Sus poemas a Cuba, a Vietnam, a Ernesto Che Guevara, a Jorge Salerno (muerto el 8 de octubre de 1969 en la toma de Pando junto a Ricardo Zabalza y Alfredo Cultelli) y su texto para la Guantanamera de Joseíto Fernández, son soslayados una y otra vez en un vano intento de ingresarlos en la niebla del olvido.

Poco cuesta imaginar a Sendic, ya Rufo y clandestino en una noche de otoño, en un paraje cercano a Bella Unión, o en los montes del Queguay escuchando por primera vez, casi con asombro, el texto de Idea en la voz de Los Olimareños: “Ya me voy pa’ la guerrilla, adiós, linda, no me llores. Dejo todos los amores que me llenaban la vida, dejé a mi madre querida y a mis hijos los dejé, dejo todo lo que amé, por irme pa’ la guerrilla. Ya me voy, ya me estoy yendo, tal vez no te vuelva a ver. Mucho te supe querer, pero, mi vida, yo entiendo, que la angustia y el dolor, la opresión y la miseria de los pobres de la tierra, están antes que mi amor. Ya no más pueblos de ratas y ya no más rancherío, ya no más viejos con frío ni más casitas de lata. Si los que tienen la plata y los dueños de la tierra no la reparten sin guerra, de ir a la guerra, se trata…”

Luego vinieron otros otoños, otras tempestades, otros fuegos y otras sombras. Pasaron los años, pasaron los años. En noviembre de 1983, desde la prisión, Bebe Sendic envió a su hija Carolina unas estrofas escritas en cautiverio que luego serían el eje de Cantares del Calabozo, un novedoso modo del Movimiento de Liberación Nacional Tupamaros de promover la lucha por la tierra a través de la música y el canto. “Al principio de la vida, todo es plan y fantasía, como el tren cuando se larga que reclama vía, vía. Busca y busca luz y luz en estudios y experiencias, al crecer, como una planta en el bosque de la ciencia. Más allá, más allá es el rol que clama y clama la insistente letanía. Desde el fondo de los siglos este grito guía y guía. Después vienen los contrastes, peripecias y zozobras. Como el mar, cuando desgasta con el golpe de ola y ola. Los caballos de la vida trotan, trotan todo el día, perseguidos, -trote y trote-, por lebreles que la hostigan. Pues la vida quita y quita lo que antes daba y daba, mucho, mucho se extravía. Pero al fin, como al principio todo es plan y fantasía¨.

En la madrugada del 28 de abril de 1989, en París y al amanecer, moría Raúl Sendic. Exactamente veinte años más tarde, otro 28 de abril, en 2009, en Montevideo al sur, fallecía Idea Vilariño. Dos gigantes de la vida, cada uno a su modo, dos ejemplos del amor a la humanidad, de la perseverancia en la lucha, dos sembradores de futuro. El tiempo pasa, sus legados permanecen… al fin y al cabo, como al principio, todo es plan y fantasía.

Aviso a los navegantes

Para escuchar con atención y para compartir. Un texto que no figura en antologías, una canción que puede escucharse en YouTube. Basta poner en el buscador Google las palabras Ya me voy pa la guerrilla Olimareños, para que aparezca una buena reproducción en una particularísima edición de Bolsidiscos Ayuí. Serie de los Pájaros Pintados, Monofónico.

La edición se completa con “Hasta siempre”, de Carlos Puebla, por los Olima. Una placa que sobrevivió al malón de la dictadura y que alguien subió gentilmente a la red.

En el otro caso, alcanza con poner en el Google Raúl Sendic todo es plan y fantasía. Como sucede con la Guantanamera con texto de Idea, hay varios sitios de Internet en donde escucharla y compartirla.