ARTES ESCÉNICAS

“Viejo, solo y puto”: llega la premiada obra del argentino Sergio Boris al Teatro Solis

El próximo fin de semana, sábado 13 y domingo 14 de febrero, llega “Viejo, solo y puto” a la sala principal del Teatro Solís. Esta obra, dirigida por Sergio Boris, recibió las mejores críticas y fue galardonada con varios premios.  

sergio-borisEl Teatro Solís recibirá los días 13 y 14 de febrero, a las 21.00 horas, la obra “Viejo, solo y puto”, del argentino Sergio Boris. En su carrera artística dirigió cuatro obras teatrales (La Bohemia, El sabor de la derrota, El perpetuo socorro, El cadáver de un recuerdo enterrado vivo) y como actor se desempeñó bajo la dirección de Ricardo Bartís, Pompeyo Audivert, Alberto Ure, Sergio Renán y Luciano Suardi. En cine trabajó en 17 películas.

En esta ocasión llega a Uruguay con “Viejo, solo y puto”, que se presenta desde 2012 en festivales nacionales e internacionales de gran reconocimiento. Su primera presentación fue en el Festival de Rafaela, en 2012, y al año siguiente desfiló por el Festival Internacional del Mercosur (Córdoba), FIBA Festival Internacional de Buenos Aires, Next Festival La Rose des Vents (Francia) y Theatre de la Vignette (Francia).

En 2014 estuvo en Kunstenfestivaldasarts (Bélgica), De Keuze Festival (Holanda), Temporada Alta Girona (España) y en Théatre Garonne (Touluse, Francia). El año pasado tuvo una participación en Théatre La Commune (París, Francia).

Hasta ahora la obra recibió el premio a mejor director del Teatro XXI (GETEA), a mejor actor David Rubinstein y mejor espacialización a Gabriela A. Fernández. También fue destacada en los Premios Teatros del Mundo 2012 en dirección, actor (Patricio Aramburu), iluminación (Matías Sendón) y escenografía (Gabriela A. Fernández).

Las entradas pueden conseguirse a 320 pesos o 450 pesos en Tickantel o boletería del Teatro.

Argumento

“Luego de más de una década estudiando Farmacia y Bioquímica, Daniel llega recién recibido a la farmacia, históricamente atendida por su padre y su hermano Evaristo. Esta noche el padre está jugando al póker por plata con sus amigos veteranos y parece que ya no va a volver al negocio nunca más. Daniel viene a controlar los asuntos de la farmacia, haciendo valer el peso de la firma.

Pero no es una noche cualquiera. Es noche de festejo que se improvisa con cerveza caliente, un poco de pizza y fondo de cumbia. Claudio, el agente de propaganda médica, su hermano Evaristo y un par de travestis, asiduas clientes a la hora de inyectarse hormonas femeninas, lo agasajan por haberse recibido.

Todo transcurre un sábado a la noche como una previa antes de ir a bailar a El Mágico, la disco tropical de la zona. Mientras esperan esa salida bolichera que nunca arranca, se destapan botellas, se ruegan fármacos y las pasiones se toman como vienen, con chupones y trompadas. Las hormonas que inyecta el farmacéutico en las travestis trabajan como un relato sobre lo que no se puede dejar de hacer: inyectar y quedar prendado.

Cuerpos deseantes y viciosos moviéndose dentro de un laberinto químico. Una celebración en la que después de una disputa territorial entre chicas, se desata furiosamente el amor”.

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