ENTRADA LIBRE

Carlitos Páez presenta su libro “Desde la cordillera del alma” y LARED21 conversa con él  

Este jueves 28 de enero a las 20.00 horas en el Espacio Cultural WSW de Punta del Este (Av. Roosvelt esquina San Remo), Carlitos Páez presenta su tercer libro, Desde la cordillera del alma. “La historia de los Andes sigue vigente después de 40 años”, asegura Carlitos en diálogo con LARED21, e invita a todos a participar de la presentación.

Carlitos Páez nació en Montevideo en 1953, hijo mayor del artista Carlos Páez Vilaró y Madelón Rodríguez. En 1972, el famoso accidente aéreo en un viaje a Chile dio un giro completo a su vida y lo convirtió en uno de los 16 sobrevivientes que permanecieron 72 días en la Cordillera de los Andes.

Después del accidente, se dedicó al trabajo en el campo, trabajó en publicidad y fundó su propia agencia: Rating Publicidad. Desde 2002 realiza una intensa actividad como conferencista, lo que le ha valido más de 100 presentaciones al año, y dirige su empresa de consultoría en Comunicación y Relaciones Públicas.

Ya escribiste dos libros: “Después del día diez” y “Mi segunda cordillera”. ¿En qué se diferencia puntualmente “Desde la cordillera del alma”?

“Desde la cordillera del alma” engloba todo. El tema de los Andes, más mi problema con la droga, más la relación con mi padre… engloba todo. Las historias son todas un homenaje a la vida. Como digo yo: peleamos por la vida, tanto con el tema de la droga como con el tema de la cordillera. Me parecía que había puntos en común y que era bueno decirlos.

La editorial Planeta me invitó a escribir el libro a partir de una entrevista que compartí en Buenos Aires. Acepté y lo hice con un lenguaje franco.

¿Dirías entonces que es un relato autobiográfico?

Exactamente, sí. De lo que yo viví… Acá se habla mucho de cómo combatir la droga, pero no se habla de cómo salir de la droga. Me parecía bueno dejar mi testimonio. No digo que este sea el camino, solo digo que yo pude por ese camino. Y creo que es algo esperanzador para la gente que no puede salir, que es bastante. Porque el tema de salir de la droga es un tema complicado.

Cuando comparás la cordillera con las drogas, ¿te referís a la recuperación?

Sí, me refiero a la recuperación, al momento de reinsertarme en la sociedad. Es la etapa más difícil. Es durísimo dejar la droga… La mayoría de la gente recae, yo tuve la suerte de no recaer. Me habían dicho que uno de cada cien salía, es decir, que uno de cada cien cumplía un año libre de drogas. Y comprobé que era así, que el porcentaje de recuperación es mínimo. Aquello de la droga está presente en todos lados.

¿Eso es lo que te motiva a dar las conferencias? ¿Ayudar a los demás?

Sí, exactamente. Es un poco lo que yo hago… Doy muchas conferencias sobre el tema de la droga, y muchísimas sobre el tema de la cordillera. Ahora me voy a México, la semana que viene, para eso. La de los Andes es una historia que motiva a empresas, que habla del trabajo en equipo, de la capacidad de acción, de la toma de decisiones, de la tolerancia a la frustración… Es una historia que sigue vigente después de 40 años.

Y en este libro mostrás un punto de vista más maduro.

Y bueno, sí. Veo la cordillera con la perspectiva de los años, como una historia que le pasó a otro. Justo el otro día vi la película “Viven” y me impresioné yo mismo. De todas formas, recuerdo bien lo sucedido, pero desde el lado positivo. Tengo cinco nietos, dos hijos… La vida triunfó sobre la muerte. Ese es el gran tema, el gran titular. Creo que valió la pena nuestra lucha, para que triunfe la vida.

En un segmento del libro decís: “En la cordillera había descubierto que había vida fuera de casa y volver a la situación anterior al accidente fue muy frustrante para mí”. Parece un testimonio de soldado de guerra.

En la cordillera, cuando era un chico como era yo, malcriado, consentido, que todo lo hacían por mí… De pronto descubrir que podía salir adelante por mis propios medios me cambió. Me enfrenté a una situación límite y la superé, lo que para mí fue un aprendizaje. Y volver a lo anterior, por más que fue agradable, se sintió como retroceder. Esa es la realidad.

En cuanto a la relación con tu padre, decís que es un tema contradictorio.

Sí, digo, todos competimos con nuestros padres, pero competir con mi padre era bastante más difícil. Papá era un tipo muy particular. Pero bueno, como pongo en el libro, después de muchos años aprendí a darme cuenta de que él va por un carril y yo voy por otro carril, aunque no ha dejado de ser un conflicto en mi vida. Creo que muchos padecen la misma situación, y me pareció que era bueno contarlo.

Por su puesto que terminé teniendo una relación excelente con papá. Pero, a decir verdad, lo extraño mucho más como personaje que como padre.

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