Los trabajadores en la historia del cine
Este viernes 1 de mayo se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de los Trabajadores. Seleccionamos una lista de películas emblemáticas que han tomado a los trabajadores, sus luchas y sus realidades cotidianas como tema central.
El cine de corte social, centrado en la clase obrera, sus luchas y sus realidades cotidianas, nació junto con el cine. Hace 120 años los hermanos Lumière se encargaron de filmar La salida de los obreros de la fábrica, grabando desde la puerta de la fábrica, el momento en que se terminaba el turno de los trabajadores. La filmación es del año 1895:
Seguirían de la mano las luchas obreras cineastas como Eisenstein , con La huelga, de 1924. Se trata de su primer largometraje como director, completamente innovador para la época por el uso de montaje, los picados, las metáforas visuales, entre otros recursos. El centro de la película son los obreros de una importante empresa, que deciden ir a la huelga.
Otro mojón de la historia del cine fue Tiempos modernos, de Charles Chaplin, filmada hacia 1936, centrada en las peripecias de un obrero, una crítica demoledora a través del humor y el cinismo a la producción en cadena, el taylorismo, la vida en las fábricas, la organización del tiempo, la explotación laboral, etcétera. Una de las películas más celebres de Chaplin, en una trayectoria cinematográfica en la que volvió una y otra vez al mundo de la clase trabajadora
El fin de la Segunda Guerra Mundial sacudiría también al cine italiano, a través del movimiento neorrealista, con películas emblemáticas e inolvidables entre las que destaca El Ladrón de Bicicletas de Vittorio de Sica. La historia de un hombre en paro, sin futuro y sin empleo, que va acompañado siempre por su hijo, cuya máximo deseo es conseguir una bicicleta para ir a trabajar.
John Ford, el maestro absoluto del western, también se dedicó a abordar los problemas, deseos, y cotidianeidades de los trabajadores, en películas duras como Las uvas de la ira (el peregrinaje de una familia campesina que viaja a California desesperada por un encontrar un humilde trabajo), o Qué verde era mi valle, acerca de una comunidad de mineros que asiste al despertar de su conciencia sobre la opresión que sufren.
El cine debe continuar
Dentro de los distintos retratos de la clase obrera, tanto desde el humor, como desde el realismo más crudo, son incontables las películas que podríamos mencionar. Entre ellas, destacan:
La sal de la Tierra, de Herbert J. Biberman, un conmovedor retrato de personajes en una huelga de mineros en Nuevo México; Sábado noche, domingo mañana, de Karel Reisz, estrenada hacia 1960, la historia de un protagonista enfrentado al deseo de no convertirse en otra “Oveja del rebaño”. La clase obrera va al paraíso, de 1972, dirigida por Elio Petri, también La Patagonia Rebelde, el clásico de Héctor Olivera, de 1974, o, en otro orden, Novecento de Bernardo Bertolucci.
Más cerca de nuestros días, el excelso cineasta Aki Kaurismäki , realiza una “trilogía proletaria”. En ella destaca, por ejemplo La chica de la fábrica de cerillas de 1990.
Quizá en menor medida de lo que cabría esperar, pero siempre recorriendo la historia del cine, la clase obrera ha estado de un lado y del otro de la pantalla, desde los mismísimos comienzos del séptimo arte.
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