PROPUESTA ALTERNATIVA A LEY DE REPRODUCCION ASISTIDA RECOGE PREDICA DEL PAPA

La Iglesia admite inseminación artificial sólo para parejas casadas

El doctor Gustavo Ordoqui Castilla, presidente del Comité de Etica del Círculo Católico y miembro del consejo superior de la Facultad de Teología del Uruguay, disertó ayer sobre inseminación artificial a pedido del arzobispo de Montevideo, monseñor Nicolás Cotugno.

La exposición se enmarca en la discrepancia que mantiene la Iglesia con el proyecto de ley sobre reproducción asistida del senador encuentrista Alberto Cid, que, tras ser analizado por el plenario del Senado, regresó a la Comisión de Salud para ser retocada.

El vocero del Círculo Católico oficializó anoche una propuesta alternativa del nosocomio a la iniciativa del legislador encuentrista, a fin de evitar «un mal grueso y mayor».

Ante ello, presentaron un proyecto considerado como «un mal menor», aunque se advirtió que cualquier técnica artificial quiebra el principio ético fundamental de la unidad, a través del natural acto sexual.

Ordoqui, parafraseando a Juan Pablo II, afirmó que «cuando no sea posible evitar la aprobación de una ley abortista o de inseminación artificial», pueden los católicos lícitamente ofrecer su apoyo con propuestas destinadas a limitar los daños de esa norma y disminuir los efectos negativos en el ámbito de la cultura y la moralidad. «Es en función de este criterio que vamos a llevar (Círculo Católico) como alternativa la posibilidad de admitir una técnica de reproducción artificial, que es la homóloga e intrauterina», manifestó el presidente de Comité de Etica.

En el primero de los casos, se utilizan los gametos de la propia pareja y en el segundo, la procreación se realiza dentro del útero de la mujer.

La propuesta que permitió la aprobación de monseñor Cotugno, lleva implícita aceptar estas técnicas cuando sólo se utilicen los gametos de la pareja constituida en matrimonio, y exclusivamente vía intrauterina. Por lo tanto, el Círculo Católico, se opone frontalmente a las prácticas heteorólogas y extrauterinas, argumentando que, a través de estos métodos, se corren serios riesgos de provocar la pérdida de vidas humanas.

Según Ordoqui, el proyecto de ley que estudia el Parlamento no pone límites y maneja todas las posibilidades científicas. Al mismo tiempo, deja el campo libre para la comercialización de embriones, cuya técnica en nuestro país cuesta unos U$S 7 mil.

Afirmó que en otros países se pagan entre U$S 10 a 12 mil por gametos de modelos y unos U$S 3 mil por atletas o personas con alto coeficiente mental. Estos son enviados a las «fábricas» donde, mediante una técnica de calidad, se toman varias muestras por si existen errores en el tratamiento.

Según el vocero católico, el proyecto de ley radicado en el Parlamento utiliza técnicas abortivas, las que eliminan embriones propiciando el nacimiento de niños huérfanos de padres fantasmas.

Sentenció que es seguro que los médicos que vendan embriones no utilicen los embriones congelados sino que usarán los frescos, por la sencilla razón de que son más eficaces para la procreación.

«Los médicos no se perderán U$S 7 mil sirviéndose de los embriones congelados que posiblemente resulten dañados por las bajas temperaturas», sentenció el exponente.

Una de las diferencias establecidas con el proyecto del senador Cid es en el tiempo establecido para definir a la persona humana. Según el legislador, la concepción no termina sino hasta el día 14, mientras que para Ordoqui, la vida comienza en el primer día.

Afirmó que el código de ética médica del Sindicato Médico del Uruguay, prohíbe a los médicos comercializar embriones y si fabrican alguno, éstos deben ser implantados en el útero de la mujer.

Cuestionó que mientras en Uruguay se pretende no poner límites a estas técnicas, en Italia no es posible producir más de 3 embriones, no es permitida la inseminación heteróloga (donde se utiliza los gametos de un tercero) ni utilizar la crioconservación de los embriones.

En Suiza, «ya están de vuelta», acotó el presidente del Comité de Etica. En este país no se autoriza producir más embriones de los que se implantarán. De aprobarse el actual proyecto presentado al Parlamento, «se estaría legalizando el delito con la implantación de técnicas nefastas.»

Criticó a las familias que pretenden comprar todo con plata, incluso un hijo y al liberalismo salvaje por atacar principalmente a la juventud y sustentar la libertad de reproducción.

Fustigó a las diputadas integrantes de la Comisión de Equidad y Género por reivindicar la libertad femenina y a quienes defienden que la mujer, prescindiendo del hombre, pueda tener un hijo.

Puntualizó que ningún diputado ni senador tiene facultad para limitar la vida en ninguna de las expresiones. *

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