LA EMPRESA QUE LO EXPLOTA DESDE 1977 RESPETA AL PIE DE LA LETRA LOS OBJETIVOS DE SU CREADOR, FRANCISCO PIRIA

El Argentino Hotel: emblema de Piriápolis que cumple 75 años

Según lo escrito por Luis Martínez Cherro en el libro «Por los Tiempos de Francisco Piria» (octubre de 1990), la construcción y posterior inauguración del Argentino Hotel en 1930, fue el triunfo total de aquel comerciante y rematador inigualable.

Aunque la piedra fundamental de ese coloso edificio, hoy uno de los más visibles emblemas de la ciudad balnearia fue colocada en 1920, con la presencia del entonces presidente de la República Baltasar Brum, ya desde 1912 rondaba en la cabeza de Piria la idea de concretar algo monumental en la naciente ciudad balnearia; serían 15.000 metros cuadrados de obra, en la que trabajaron más de 1.000 personas.

Aquel hotel, sin dudas único para la época, preveía contar con capacidad para 600 personas, 80 cuartos de baño calientes y fríos de agua dulce y de mar, comedores, secciones ortopédicas, de teatro y salón de baile, además de jardines de invierno. Los planos fueron realizados por el arquitecto Jones Brown y finalmente el majestuoso hotel contó con muchos más servicios de los previstos inicialmente.

La inauguración del Argentino Hotel se produjo el 24 de diciembre de 1930, aunque al público realmente fue habilitado el último día de aquel año, el 31 de diciembre. Narra Martínez Cherro en su libro, que aquel día flameaban «las banderas de todas las naciones del mundo -porque no faltaba una sola, como lo hacía Don Francisco en todas sus cosas (…) aquella mañana, cerca del mediodía (…) un verano que se descolgó con una tremenda tormenta, que hasta cortó la energía de la Usina de Piria». Francisco Piria lucía en la ocasión, traje y chaleco oscuro, y un reloj con cadena en uno de sus bolsillos. El doctor Baltasar Brum, levitón y pantalón de fantasía a rayitas finas grises y negras, y media galera.

De aquel día a este 2005, han pasado 75 años, y a pesar de todos los pesares, a pesar de los grandes temporales que ha soportado esa monolítica estructura, nadie niega intramuros que la obra de Piria no dejó nada librado al azar y que los sorprendentes hallazgos se producen hasta estos días. Así lo reconoce la señora Renée Pereira de Méndez Requena, principal de la firma «Méndez y Pereira» que explota desde el año 1977 en calidad de usufructo el establecimiento que es propiedad del Ministerio de Turismo de nuestro país.

La empresa ha ido acompasando los cambios que impone el paso del tiempo, pero la estructura sigue siendo la misma; la misma que atrapa a turistas uruguayos y de todas partes del mundo que suelen llegar a este apacible balneario. Los servicios se han incrementado, porque desde el año 1984 se incorporaron modernas baterías de piscinas climatizadas cerradas y en 1991 nació Piria Vital, un centro inspirado en las terapias rumanas de rejuvenecimiento. Pero en los responsables del hotel, se palpa una indisimulada «veneración» por el creador de aquel hotel-ciudad, a quien procuran no cambiarle nada de todo lo que previó para muchísimo tiempo.

-Señora Renée, ¿cual es el sentimiento frente a estos 75 años del Argentino Hotel, para ustedes que hace 28 años que están al frente de un emblemático edificio que hace a la fundación de la propia ciudad?

– Que puedo decir… nosotros estamos festejando los 75 años del hotel, es una realidad. Pero como yo lo he comentado en algún momento, festejar una fecha no significa festejar en este caso el nacimiento de un edificio, cuando fue inaugurado. Acá nosotros lo que estamos haciendo es homenajeando en realidad al que hizo este hotel, Piria. Que no solamente hizo el hotel, hizo un balneario. Los 75 años del hotel es un buen momento como para recordarlo no solamente en su fecha de nacimiento y en la fecha de su muerte, sino por su obra, por las cosas que hizo lo que para nosotros es muy valioso.

-¿Se consideran en estos tiempos, un poco visionarios como fue don Francisco Piria? Lo digo porque hace algunos años introdujeron nuevas cosas y muy atractivas, calidad de servicio en el hotel.

-No, no podemos hablar de personas visionarias. En todo caso lo que nos consideramos es como muy buenos intérpretes de lo que Piria pensó de este hotel que hizo como su obra póstuma, porque fue en realidad su última obra, donde puso evidentemente mucho cariño, mucho esfuerzo y realmente puso el alma acá adentro. Porque si bien vivió muy poquito después que lo inauguró, evidentemente en esto puso realmente mucho empeño.

Tratamos de interpretar y tratar de llevar adelante con lo que significa hoy en día, adaptar un confort, una forma de expresar en cuanto a marketing, folletería, o un aviso. Pero todo lo que él hizo está muy bien, usted puede leer en la galería un folleto de esa época, y usted va a ver que es totalmente actualizable, el concepto es muy claro y muy definido y muy del momento. Es dar buenos servicios, explicar cómo llegar, decir qué hay en la zona, cuáles son las bondades de un balneario o de un hotel; todo eso lo explicaba muy claro y el tema del turismo de salud era algo que él tenía también incorporado a sus servicios. Los baños de mar caliente, que siempre me quedó esa cosa de no saber en qué calentaba el agua; nunca voy a saberlo porque evidentemente no era con el sistema de hoy. Pero él ya tenía incorporado los baños de mar que hoy se sabe realmente que son una forma de terapia importante para la salud.

-Supongo que desde el punto de vista empresarial, no debe ser tarea fácil mantener la hermosura original de este edificio y mezclarla con las actualizaciones permanentes que exige el turismo del siglo XXI.

-El hotel está tal cual él lo hizo, salvo por algún detalle importante como puede ser el confort de una cama, de un dormitorio; por lo demás todo se usa, todo se puede usar. Esta mesa, esta silla, todo lo que usted ve acá es lo que hizo, es lo que él usó en su momento. El lo pensó, no pensó el hotel para unos años, lo pensó para cien años sin ninguna duda. Sí una cama que en aquella época era de resortes, con colchones de lana, capitoneados, y hoy es un somier lo que se usa normalmente. No había otra cosa, no habían los materiales sintéticos y otros tipos de materiales, eran materiales más nobles pero una sábana de hilo hoy es poco práctico usarla, por ejemplo.

-Y todo eso le gusta a la gente, al turista que viene acá valorando eso.

-Es que hoy lo valoran más que hace unos años cuando nosotros llegamos al hotel, porque lo arreglamos más o menos, porque no hay inclusive planos ni nada que nos digan en que momento se hicieron algunos arreglos en el hotel. Como la piscina fría por ejemplo, pero en ese momento, era la época del pantasote, de la luz de neón; la decoración era totalmente diferente, por ejemplo la confitería tenía todas las columnas revestidas de ladrillo, los mostradores de ladrillo a la vista, como hoy sería una pizzería de segunda porque ya ni siquiera existen más ese tipo de cosas. Eran esos ladrillos hechos de campo; y todos los muebles eran de pantasote.

Y bueno, esa época fue en la que desacomodaron mucho; cambiaron artefactos, pusieron unos globos de plástico, sacaron cristales. Pero lo peor de todo es que las arañas las desarmaron, las deshicieron, estaba todo eso en cajones. Nosotros tuvimos acá a una persona amiga que era muy sensible y de una gran capacidad para resolver cosas, tenía una manualidad muy especial. Este amigo, en invierno, porque el hotel estaba cerrado, se quedaba aquí y armó un taller, y con ello consiguió armar todas las arañas con una foto de época porque no tenía ninguna referencia, una por una, todas las que usted puede ver acá. *

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