El nuevo rostro de las escuelas uruguayas: diversidad en aumento y más nacionalidades compartiendo
El descenso en la natalidad y la llegada de inmigrantes de América Latina transforman el paisaje escolar en Uruguay, generando un nuevo entorno de diversidad pero con desafíos para llevarlos hacia la igualdad de oportunidades.
Los salones escolares en Uruguay reflejan cambios significativos en la composición demográfica del país. A medida que las tasas de natalidad descienden y el ausentismo aumenta, la diversidad en las aulas también cambia. Ha crecido la cantidad de estudiantes que provienen de países como Venezuela y Cuba, a expensas de un descenso en la matrícula de hijos de compatriotas que retornan de lugares como España y Estados Unidos.
El informe del Monitor Educativo de Primaria del año 2023 revela que niños matriculados en la escuela pública uruguaya provienen de 64 naciones distintas. Sin embargo, esta diversidad presenta una realidad más compleja. La creciente presencia de inmigrantes latinoamericanos contrasta con la drástica disminución de alumnos de origen español y norteamericano, que ahora representan menos del 5% del total de estudiantes extranjeros.
Cambio en el flujo migratorio
Este fenómeno es indicativo de un cambio en el paradigma migratorio. Se ha notado una reducción significativa en el retorno de uruguayos que habían buscado oportunidades en el extranjero. “Se observa una disminución importante de la participación de los orígenes de retorno”, indican los datos, señalando que el flujo de repatriados ha disminuido notablemente y que los alumnos venidos de otros países han ido en aumento.
La representación de nuevos orígenes en las aulas es notable: en 2018, el 31% de los escolares inmigrantes eran de América Latina, cifra que ha escalado al 64% en la actualidad. Sin embargo, al desglosar el informe, se concluye que solo el 2% de los nuevos ingresos proviene de orígenes de retorno. Esto demuestra un frío panorama, donde la movilidad migratoria ha tomado nuevos rumbos.
Acentos y culturas en las aulas
En Montevideo, el fenómeno de la diversidad cultural es palpable. La avenida 18 de Julio se ha convertido en una representación de la multiculturalidad, donde un notable porcentaje de estudiantes han incorporado giros del habla con alguno de los tantos acentos caribeños en su comunicación cotidiana. En este sentido, se observan variaciones en el dialecto y en el vocabulario que los niños utilizan, como el uso de términos como «buseta» y «guagua».
El último censo ha proporcionado datos sobre la concentración de inmigrantes en diferentes áreas. En el Municipio B de Montevideo, uno de cada diez habitantes es extranjero, y más del 70% de estos inmigrantes se han asentado en la última década. Las zonas de la ciudad, como Ciudad Vieja y Cordón, presentan una alta concentración de estas nuevas comunidades, impactando en la dinámica educativa y social.
Un aspecto clave del informe es entender cómo la educación se ve afectada por estos cambios demográficos. Aunque el número de estudiantes originarios de otros países ha aumentado, la matrícula general en el sistema escolar ha disminuido. Esto se traduce en que, a pesar de una mayor diversidad, hay menos niños en total que inscribirse en las aulas.
Según explica Diego Aboal, director del Instituto Nacional de Estadística, «Todo indica que la inmigración en Uruguay sirvió para compensar a la gente que se fue.» La caída de la natalidad y el aumento de la ausentismo son factores que podrían estar influyendo en esta situación, reflejando las transformaciones permanentes del entorno educativo.
Desigualdades en el rendimiento académico
El informe muestra que los estudiantes inmigrantes suelen presentar mayores niveles de extraedad que sus compañeros nativos. Lo que se traduce en un estancamiento en su progreso educativo. En 2023, el índice de repetición en esta población fue más del doble que el de nativos, generando un fenómeno donde ciertos grupos, como los provenientes de países como Venezuela y Cuba, enfrentan mayores desafíos académicos.
No obstante, después de un año de adaptación, los escolares inmigrantes tienden a mejorar su rendimiento, superando el impacto inicial de la transición. Finalmente, datos sugieren que aquellos con orígenes en América Latina experimentan una situación más complicada en comparación con los de Argentina y Brasil, lo que denota desigualdades en el acceso y calidad de la educación.
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