¿proceso incorrecto?

Descartado que huesos humanos hallados en la rambla sean de víctimas de la dictadura: ¿Cuál es su origen?

La extracción de los huesos fue realizada sin seguir los protocolos para este tipo de casos: fueron sacados de la fosa excavada y colocados en fila sobre la superficie del suelo.

 

El descubrimiento de restos óseos en la zona de la rambla de Montevideo, específicamente a la altura del Buceo, ha desatado una serie de investigaciones que buscan esclarecer el origen de estos huesos. Todo sucedió cuando operarios que realizaban excavaciones para un pozo cerca del museo Oceanográfico encontraron los huesos y, tras alertar a las autoridades, detuvieron inmediatamente los trabajos.

Una vez que los trabajadores notaron el hallazgo, contactaron a la Policía. El lugar fue asegurado, y minutos después llegó la Policía Científica para realizar un análisis de los restos, que se presume son humanos y serían de al menos unas cinco personas, según las informaciones vertidas a la prensa.

La Intendencia de Montevideo emitió un comunicado sobre el incidente ocurrido en el marco de trabajos de mantenimiento en la red de alcantarillado. “En la jornada de hoy y en el marco de tareas de mantenimiento de la red de alcantarillado, en el entorno del museo Oceanográfico, la empresa contratada encontró restos óseos”, indicó la Intendencia.

El área ha sido objeto de atención por parte de las autoridades competentes. El fiscal Ricardo Perciballe, encargado de investigar crímenes de lesa humanidad, se hizo presente en la escena del descubrimiento, aunque no hizo declaraciones a los medios. Perciballe aseguró que el área sería cuidadosamente resguardada en función de su interés investigativo.

Expertos evalúan el hallazgo en el Buceo

La antropóloga Alicia Lusiardo, miembro del Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) de la Universidad de la República, también observó los restos. Lusiardo mencionó que los análisis preliminares sugieren que los huesos corresponderían a al menos cinco cadáveres.

No obstante, enfatizó que la extracción de los mismos no cumplió con los protocolos establecidos, lo cual podría afectar los resultados de la investigación. 

Alicia Lusiardo, quien coordina el Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF), afirmó que los huesos descubiertos cerca del Museo Oceanográfico de Buceo no están vinculados a crímenes de lesa humanidad.

“Es muy probable que se trate de un osario antiguo relacionado con la morgue del Cementerio del Buceo”, declaró la antropóloga en conversaciones con la prensa. La experta explicó que se logró descartar cualquier conexión forense con crímenes de lesa humanidad, ya que encontraron numerosos restos óseos desarticulados que habían sido depositados en una fosa que provenía de otro lugar, como resultado de un proceso de reducción de cuerpos.

Inicialmente, se pensó que los restos podían corresponder a cinco individuos; sin embargo, tras un análisis más exhaustivo realizado el miércoles, se estima que son alrededor de ocho personas, tanto hombres como mujeres.

Confirmamos que se trata de un depósito secundario de restos, ya que no hay conexiones anatómicas entre ellos ni se hallaron cuerpos en ataúdes. Encontramos lo que parecen ser ‘paquetes de huesos’, que probablemente constituyen un osario muy antiguo”, añadió Lusiardo en una conferencia.

 

Contexto histórico del área donde se produjo el hallazgo

El museo Oceanográfico, que se encuentra al lado del agua en la rambla de Buceo, tiene una historia rica y variada. Originalmente diseñado en 1925 por los arquitectos Canale y Mazzara, el edificio se propuso en su creación como un “Café Morisco”, antes de ser destinado a funciones oceanográficas. A lo largo de los años, el sitio experimentó varias transformaciones, incluyendo el uso como bar.

En 1930, tras un cambio de propietario, el edificio pasó a ser conocido como la Estación Oceanográfica y Museo, antes de convertirse en el Museo Zoológico Dámaso Antonio Larrañaga en 1956. Este museo es un referente en el ámbito de las ciencias naturales en Montevideo y destaca por su enfoque en la fauna autóctona y la educación ambiental.

Dámaso Antonio Larrañaga, naturalista y fundador de varias instituciones educativas y científicas, dejó un legado importante en la historia de la investigación en Uruguay. Su contribución abarcó desde la botánica hasta la zoología, estableciendo bases sólidas para el estudio de la naturaleza en el país.

 

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