Exempleados de popular cocinera e influencer denuncian salarios impagos y malas condiciones de higiene y de trabajo
La quiebra del restaurante Pecana, presuntamente, dejó a decenas de empleados sin empleo ni compensación. La empresaria Sofía Muñoz enfrenta acusaciones de negligencia y faltas en el cumplimiento de derechos laborales y condiciones higiénicas.
Otro testimonio. Sigan esta cuenta de IG y ayuden a viralizar. Hoy por mi, mañana por ti. Porque nunca sabemos si nos puede tocar, o a algún familiar o amigo cercano como en mi caso. Gracias ❤️ pic.twitter.com/wZ7Qlu4MZg
— Cecilia (@veruspase) September 26, 2024
La conocida empresaria, influencer y comunicadora uruguaya, Sofía Muñoz, sorprendió meses atrás a trabajadores y clientes por igual al declarar en quiebra su popular restaurante, Pecana. Detrás de la fachada encantadora del local, se esconde una gran cantidade de denuncias por presuntos engaños y supuestos perjuicios a sus empleados. extrabajadores relatan cómo fueron despedidos de forma súbita y sin previo aviso y clientes hablan desde el anonimato sobre la dudosa calidad de la comida.
En una cuenta de Instagram llamada www.instagram.com/pecana.estafados empezaron a divulgar denuncias anónimas de exempleados y exclientes con todo tipo de historia de terror. Algunos han asegurado que no se pagaron salarios, decenas de miles de pesos en propinas no fueron repartidos y que las condiciones higiénicas del lugar y los alimentos vendidos eran sumamente malas.
“Somos un grupo de ex empleados de Pecana”, relatan quienes trabajaron en la cafetería propiedad de Sofía Muñoz y su madre. “Nos informaron verbalmente que era nuestro último día de trabajo sin previo aviso”. La promesa de un abogado que resolvería los asuntos pendientes nunca se cumplió, añaden. Días después, la empresaria solicitó un concurso de acreedores, esperando que la venta de bienes resolviera las deudas, pero las esperanzas de los empleados se desvanecieron rápidamente.
Según estos extrabajadores, el problema se agravó cuando Muñoz no gestionó las bajas necesarias en el BPS, impidiendo así que sus ex empleados pudieran cobrar el seguro de desempleo. “Pasaron meses contando mentiras sobre las fechas del pago,” relatan. Mientras tanto, Muñoz mostraba en redes sociales una vida de viajes y negocios, ignorando sus compromisos laborales.
Una empresa a concurso de acreedores y bienes que no están
Surgieron acusaciones respecto a $47.000 en propinas nunca entregadas. La situación se tornó casi desesperante cuando los meses transcurrieron sin ingresos, forzando al BPS a intervenir finalmente. Muñoz, por su parte, vació de bienes la empresa y dejó escasos objetos para rematar, insuficientes para cubrir las deudas.
Los trabajadores, desesperados, recurrieron a abogados particulares que han reconocido la gravedad del caso: a pesar de tener un juicio laboral ganado, la falta de activos significativos por parte de la empresa les deja sin dónde cobrar. Muñoz había retirado los bienes a su nombre antes del concurso, dejando sólo artículos menores en el local.
Muñoz se ha amparado en su afirmación de estar “trabajando para pagar lo que debe”. Sin embargo, los empleados desconfían de estas palabras, viendo en ellas excusas ante los graves daños ocasionados. Algunos ex empleados han conseguido nuevos empleos, pero el perjuicio económico y emocional persiste tras cuatro meses sin salario, han declarado, con el último pago recibido correspondiente al mes de marzo.
“Había cucarachas muertas en las máquinas de cortar fiambre”
Sobre las condiciones higiénicas y bromatológicas del lugar, también se han divulgado denuncias de presuntas faltas. “Yo en 2018 ingrese a trabajar en pecana, luego de que tuve 3 ‘entrevistas’ en las cuales nunca se presentó sofia, las entrevistas fueron cualquiera, me hacían gastar boletos al pedo porque eran 10 minutos y me decían bueno la próxima es con Sofía, y nunca pasó”, relata una persona que afirma haber trabajado en el cuestionado restaurante.
“Ingresé a trabajar en Maeso (Carlos María Maeso 2778 era la dirección del restaurante Pecana en Montevideo) y se suponía que me iba a encargar de la parte de repostería, cosa que nunca pasó, el ambiente laboral espantoso, la higiene una falta de respeto. Vendían productos para celíacos los cuales estaban en contacto con la harina de trigo, había cucarachas muertas en las máquinas de cortar fiambre, y ni hablar de las tortas… vendían tortas viejas, casi nada era fresco, todo congelado y en mal estado”, dice esta persona divulgada en la cuenta de Instagram.
«A los 2 días de estar trabajando con ellos, me agarre un ataque al hígado por cosas en mal estado que se consumían ahí, el local de Maeso en ese momento era tierra de nadie, ya que estaba recién inaugurado el local de punta carretas y ella prácticamente estaba solamente en el de punta carretas”, concluye.
Proveedores a los que no se les habría pagado
En otra de las decenas y decenas de publicaciones sobre lo ocurrido en Pecana, una persona publicó anónimamente para denunciar que su sobrino vende frutas y verduras, y dicho restaurante le habría hecho varios pedidos.
“Quedó debiendo $140.000 y nunca pagó. Fueron a juicio, ella cerró la empresa que tenía en ese momento, el pasó muy mal. Recién estaba comenzando con su emprendimiento. Espero que tomen medidas con esta mujer y me alegra que hagan público todo esto”, dice la persona.
“Mi peor trabajo”
Este es otro de los testimonios publicados: “Hola. Este fue el peor trabajo que tuve. Le dediqué tres años de mi vida. El maltrato que recibí fue horrible. Llegó un punto en el que me preguntaba qué haría si me iba, ya que mi autoestima estaba muy baja. Un día, por el estrés, me desmayé y estaba medio inconsciente en el piso. Lo único que escuché fue a Sofía preguntándome si estaba embarazada. Ese fue mi límite. A los pocos meses renuncié, incluso trabajé durante las fiestas para poder dejarla tirada”, dice esta persona.
“Cuando cerró Punta Carretas, pensé que estaba recibiendo poco a poco todo lo malo que había hecho. Las horas extras las pagaban cuando querían. Si te ibas antes de tu horario y el local estaba lleno, ella te miraba mal para que te quedaras, como si no tuvieras vida más allá del trabajo. La comida era asquerosa. Nunca me compraba nada afuera. Una vez nos quedamos sin café y le pedí a mi compañero que me hiciera uno. ¡Increíblemente, me cobró como si fuera un expreso! ¡Qué rata! Es muy poco.”
Nota: Ni Sofía Muñoz, ni su familia, o algún representante de sus empresas, se han expedido públicamente sobre este caso y no han dado declaraciones a la prensa o por redes sociales. Todas las afirmaciones aquí vertidas son responsabilidad de quienes las emitieron a través de la cuenta de Instagram mencionada al inicio.
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