Hallan restos humanos en el Batallón 14 cerca de donde apareció Amelia Sanjurjo

La tarde de este martes se produjo un significativo avance en la búsqueda de personas desaparecidas en el Batallón 14 de Infantería en Canelones.

Los antropólogos forenses encontraron restos humanos a 170 metros de donde se ubicaron anteriormente los de Amelia Sanjurjo. La alerta llegó a las 13:30, y el área ya había sido previamente cautelada para la búsqueda, según confirmó a El País Ignacio Errandonea, miembro de Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos.

El descubrimiento provocó una inmediata reacción en el ámbito político. La vicepresidenta Beatriz Argimón, en una sesión del Senado, afirmó: “Quiero comentarles, yo hacía un rato que tenía la noticia, que ha habido un nuevo hallazgo en el Batallón 14, me parece importante”.

Ricardo Perciballe, fiscal especializado en delitos de Lesa Humanidad, se personó en el sitio y ofreció detalles a la prensa. Anticipó que “se va a trabajar toda la noche, la coordinadora del Grupo de Antropología Forense Alicia Lusiardo está llegando al país”. Perciballe también precisó que “se encontraron restos con cal y una losa”, describiendo el hallazgo como similar al de Amelia Sanjurjo en cuanto a las características.

El proceso de recuperación de los restos se llevará a cabo el miércoles o el jueves, esperando obtener más muestras debido a la presencia de tejido, según Perciballe. El lugar del hallazgo se sitúa a 200 metros de donde fueron encontrados los restos del maestro Julio Castro en 2011 y de Ricardo Blanco Valiente en 2012.

Wilder Tayler, director de la Institución Nacional de Derechos Humanos, confirmó que se trata de un esqueleto y destacó que es prematuro determinar el sexo del individuo en este momento. Todo ocurrió en el contexto de los trabajos diarios con una retroexcavadora.

Inmediatamente después del hallazgo, se activó el protocolo correspondiente. Se detuvieron todas las actividades en el área y se comenzó con el análisis exhaustivo y sistemático de las piezas halladas. fuentes afirmaron que “aparecieron restos esparcidos y mucha cal”, lo que será crucial en la investigación para establecer si corresponden a una sola persona o a varias.

Durante este operativo, están presentes el ministro de Defensa, Armando Castaingdebat, y el comandante en jefe del Ejército. A fin de facilitar la investigación, se instalaron reflectores en el área para que los trabajos puedan prolongarse durante la noche.

El descubrimiento de los restos de Amelia Sanjurjo en el Batallón 14 fue el sexto de este tipo en Uruguay desde que comenzaron las excavaciones en 2005, bajo la responsabilidad del Grupo de Investigación en Antropología Forense (GIAF) de la Universidad de la República. Estos esfuerzos forman parte del esfuerzo por localizar a las 197 personas detenidas-desaparecidas por la acción o aquiescencia del Estado, según el registro de la Secretaría de Derechos Humanos para el Pasado Reciente.

Historia de hallazgos anteriores

El primer cuerpo identificado fue el de Ubagésner Cháves Sosa, hallado el 29 de noviembre de 2005 en la Chacra de Pando. Cháves Sosa fue un obrero metalúrgico y militante del Partido Comunista del Uruguay, secuestrado y asesinado en 1976. La aparición de sus restos representó un hito al ser los primeros de un detenido desaparecido en ser recuperados.

Fernando Miranda fue el siguiente, hallado el 2 de diciembre de 2005 en el Batallón 13. Miranda, escribano y militante del PCU, fue secuestrado y trasladado al centro de torturas “300 Carlos,” donde murió.

En 2011, se encontraron los restos del maestro Julio Castro en el Batallón 14. Castro, un educador respetado, fue secuestrado en 1977 y ejecutado. El lugar del hallazgo se situó a solo 200 metros de donde se hallaron sus restos.

Ricardo Blanco Valiente, comerciante y militante del Partido Comunista Revolucionario, fue hallado en el Batallón 14 en marzo de 2012. Blanco Valiente fue secuestrado en 1978, torturado y desaparecido.

Por último, en 2019, se hallaron los restos de Eduardo Bleier en el Batallón 13. Bleier, odontólogo y encargado de finanzas del PCU, fue secuestrado en 1975 y llevado a varios centros de detención clandestina, donde fue torturado hasta su muerte.