Amela Sanjurjo fue despedida 46 años después de haber sido asesinada por la dictadura
Casi cincuenta años después de su desaparición, Amelia Sanjurjo ha recibido finalmente el entierro digno que su memoria merece. Este jueves, en su ciudad natal de Montevideo, se rindió homenaje a una mujer cuya vida fue truncada por la dictadura militar uruguaya.
Amelia Sanjurjo, empleada de una editorial y miembro del Partido Comunista de Uruguay, fue detenida y desaparecida por las fuerzas de seguridad en 1977.
En aquel momento, Amelia estaba embarazada y su detención se convirtió en uno de los muchos casos de desaparición forzada durante la dictadura militar en Uruguay.
Los restos de Amelia fueron exhumados hace un año de una base militar en el sur de Uruguay. Tras un laborioso proceso de identificación que incluyó la toma de muestras de ADN de su tía materna y sus sobrinos en Uruguay, España e Italia, finalmente se logró confirmar su identidad la semana pasada.
La noticia, aunque dolorosa, trae consigo un rayo de esperanza. Desde que comenzaron las excavaciones en 2005, solo se han recuperado los restos de otras cinco personas desaparecidas. La mayoría de las cerca de 200 personas secuestradas y asesinadas durante la dictadura siguen sin ser identificadas.
La búsqueda de fragmentos de huesos y otros restos es una tarea ardua, complicada por los esfuerzos deliberados de la dictadura para destruir el ADN y ocultar sus crímenes.
El recuerdo de Amelia, ahora más PRESENTE
La Asociación de Madres y Familiares de Uruguayos Detenidos Desaparecidos organizó una ceremonia en la Universidad de la República (UdelaR) para despedir a Amelia. Rodeados por miles de personas, los asistentes rindieron homenaje con aplausos, silencios profundos y palabras llenas de amor y respeto.
«Hoy la tía Pocha vuelve a nosotras y nosotros, a su familia, a sus compañeros y compañeras de lucha, a sus seres queridos y las personas que se sumaron a su búsqueda, a todas aquellas personas que la buscaron siempre. No podemos hoy despedirla sin nombrar a quienes fueron parte también de esta lucha: Francisco, su padre, y Carmen, su hermana, quienes dieron hasta el último segundo de sus vidas en su búsqueda, golpeando las puertas de cada cuartel, preguntando dónde está Amelia», se leyó en el emotivo discurso. «Se fueron sin poder tener una respuesta, sin poder conocer la verdad. Hoy aquí también les recordamos».
Más tarde, en el Cementerio de La Teja, se llevó a cabo otro acto de despedida organizado por Madres y Familiares, con la presencia de una multitud que acompañó este último adiós a Amelia Sanjurjo.
Ignacio Errandonea, uno de los referentes históricos de la asociación, expresó la importancia de este homenaje: “Hoy le rendimos homenaje a Amelia, que se lo merece. Es poco lo que hacemos con respecto a lo que le tocó vivir, pero es una reafirmación de que no estamos solos, que la familia de Amelia somos toda la ciudadanía”.
Errandonea destacó el compromiso de la sociedad uruguaya en la búsqueda de los detenidos desaparecidos, comparándolo con las manifestaciones del 20 de mayo. “El compromiso de la sociedad en la búsqueda de los detenidos desaparecidos se reafirma hoy”, afirmó. Sin embargo, también mostró sentimientos encontrados, mezclando la tranquilidad de haber encontrado y dado reposo a Amelia con la indignación por la demora en identificar sus restos. “Hace un año que se hallaron los restos y recién ahora tenemos el nombre de ella”, lamentó.
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