Cuádruple homicidio en barrio Maracaná: los detenidos no tendrían nexo con el caso

La Fiscalía de Homicidios de 3° Turno, a cargo de la fiscal Adriana Edelman, continúa con la investigación del cuádruple homicidio en el barrio Maracaná, ocurrido la semana pasada. En este trágico suceso perdieron la vida un niño de 11 años, dos adolescentes de 17 y 18 años, y un hombre de 40 años. A través del vocero de Fiscalía, Javier Benech, se informó que hasta el momento no se ha encontrado una relación directa entre el hecho y las cinco personas detenidas durante los allanamientos realizados.

Benech explicó que, a pesar de que no se ha establecido un vínculo entre los detenidos y el homicidio, «es probable que a alguna de esas personas se le realice una audiencia de formalización».

Durante los allanamientos se encontraron cartuchos en situación irregular, lo que ha derivado en la intervención de la Fiscalía de Flagrancia de 11° Turno, bajo la fiscal Cecilia Bonsignore. Más tarde, se informó que uno de los detenidos, un joven de 19 años, fue imputado por tráfico de municiones y deberá cumplir seis meses de libertad a prueba por haber adquirido municiones sin autorización.

A pesar de estos hallazgos, el vocero reiteró que no se ha comprobado una relación entre estos cartuchos y los homicidios perpetrados días atrás. «La investigación continúa», añadió Benech, destacando que la búsqueda de los autores materiales del crimen sigue en curso.

La violencia en el barrio Maracaná

El cuádruple homicidio en el barrio Maracaná ha dejado al vecindario en estado de shock. Este evento, uno de los más sangrientos en la historia reciente de Uruguay, revela una realidad de violencia y problemas sociales profundos en la zona.

Maikel, un vecino del lugar, estaba por tomarse un vino en la peatonal El Ombú cuando decidió quedarse en casa debido al frío. Este pequeño cambio de planes le salvó la vida.

La casa donde ocurrieron los asesinatos es descrita por las autoridades como un «lugar de acopio de drogas». En un barrio donde la presencia policial es intermitente y la infraestructura básica es deficiente, la violencia se ha normalizado.

Testigos del barrio, como Daniel y Bruno, recuerdan esa noche como un episodio más de la constante inseguridad que los rodea. La rutina se interrumpió solo momentáneamente: Maikel cerró las cortinas, Daniel pensó que se trataba de una moto y Juan, un niño que dormía en una cama con sus padres, se cubrió los oídos con las manos.

Hipótesis y contexto

Las investigaciones apuntan a una posible represalia relacionada con el tráfico de drogas y armas en la zona. Dos meses antes del cuádruple homicidio, un supuesto traficante fue baleado en el barrio, lo que sugiere un posible ajuste de cuentas.

El director nacional de la Policía, José Azambuya, cuestionó la presencia del niño de 11 años en la escena del crimen a esa hora de la noche, un enigma que aún no se resuelve.

La violencia en Maracaná es un reflejo de un problema mayor en Montevideo. La presencia de armas y drogas en los barrios más vulnerables alimenta una espiral de violencia que afecta a los más inocentes.

Las autoridades continúan investigando, con la esperanza de detener a los responsables y devolver algo de tranquilidad a una comunidad marcada por la tragedia.