Vecinos de Canelones en Pie de Guerra: Defienden la Naturaleza y la Calma ante la amenaza de una autopista

La inédita autopista que el gobierno de Lacalle Pou pretende realizar con una inversión multimillonaria privada, abarcaría alrededor de 23 kilómetros de extensión, cruzando zonas rurales y áreas protegidas con medidas cautelares, según resolución 2805/2015 de la Junta Departamental de Canelones la cual salvaguarda su valiosa biodiversidad y el abastecimiento de agua potable para la usina de OSE, que suministra a más de 22.800 conexiones.

Aunque las autoridades aún no han revelado el trazado definitivo, los vecinos organizados temen que el proceso se realice sin una consulta adecuada y sin derecho a réplica, ya que se planea comenzar las obras rápidamente en 2024. Además, «la financiación de la autopista y la participación del Estado uruguayo en el proyecto serían inciertas», ya que la rendición de cuentas de 2023 ha sido aprobada por el parlamento y no habrá más rendición de cuentas el próximo año debido a las elecciones, expresó una de las vecinas afectadas.

Los vecinos de la zona se han unido y han enviado una carta con más de 300 firmas a las autoridades ministeriales y de la Intendencia de Canelones, solicitando una reunión urgente para obtener información detallada sobre el proyecto. En la carta, explican por qué se oponen a la construcción de la autopista y cómo les afectaría.

En sus propias palabras, los vecinos expresan su «enorme preocupación respecto a las repercusiones y afectación que este proyecto implicaría tanto a nivel ambiental como social. Es una zona donde se da una convivencia pacífica entre vecinos y vecinas, se aprecia y disfruta la tranquilidad así como la riqueza de ecosistemas con una gran biodiversidad de especies de flora y fauna que debemos preservar. Somos vecinas y vecinos que hace mucho tiempo vivimos en la zona y otros tantos que hemos llegado optando por las características del lugar.»

Además, señalan que la construcción de la autopista tendría un impacto profundamente negativo en los emprendimientos con sistemas de producción sostenible que han sido posibles a lo largo del tiempo tras muchos años de cuidados e inversión y que abastecen con sus productos de agricultura familiar y orgánica al país. La zona productiva pertenece a la Red Nacional de Agroecología y la Red Nacional de Semillas Nativas y Criollas, con una diversa y variopinta oferta de viñedos, plantaciones frutales, viveros, proyectos apícolas, ganaderos, educativos, culturales, terapéuticos, entre otras propuestas. La autopista amenazaría la paz de la zona, generando contaminación sonora y polución con combustibles y metales pesados, además de la desintegración de los barrios y la exposición a accidentes de tránsito.

Por otro lado, la preservación de las cuencas y bañados del Arroyo Pando y la Laguna del Cisne, áreas protegidas por la Junta Departamental de Canelones, es una preocupación central para los vecinos. Estas zonas albergan una valiosa biodiversidad y proporcionan agua potable a miles de personas a través de la usina de OSE.

Los vecinos consideran incongruente autorizar la construcción de una autopista que atravesaría estas áreas protegidas, y que no respeta los valores de conservación y protección del medio ambiente. «La propuesta del gobierno cuestiona la coherencia de las políticas públicas y la necesidad de equilibrar la conservación ecológica con las necesidades de la comunidad a largo plazo, la autopista no es una solución, es un problema que solo beneficiará a los inversores y mega capitales privados», reflexionan los vecinos.

En conversación con LARED21 varios vecinos se preguntaron «cómo es posible que el gobierno quiera construir una autopista de 23 kilómetros para ahorrar tan solo 15 minutos en el viaje desde el aeropuerto hasta la intersección de la Ruta 8 y 11 en Atlántida, a costa de dañar los bañados del Arroyo Pando, la cuenca de la Laguna del Cisne, y la paz de una zona rural de pequeños productores y una biodiversidad única, cuando el problema del tránsito sucede en los cuellos de botella (arroyo y peaje, ingreso a Montevideo, donde hay espacio suficiente para hacer el ensanche».

El Ministro Falero ha recibido la carta de los vecinos y ha designado al Ingeniero Carlos Oribe González como su interlocutor. A la espera de concretar dicha reunión para obtener información precisa sobre el diseño y los trazados de la eventual futura autopista los Vecinos Organizados afirman que son «Guardianes de las Cuencas del Arroyo Pando y la Laguna del Cisne» y que irán hasta las últimas consecuencias para evitar la destrucción del medioambiente, defender su trabajo y la paz social que se vive allí. Asimismo manifiestan que están dispuestos a colaborar en la búsqueda de alternativas que mejoren el tránsito en la zona, como la construcción de más banquinas, ciclovías, alumbrado público, entre otros.

Los guardianes de las Cuencas del Arroyo Pando y la Laguna del Cisne manifiestan estar “dispuestos a ejercer nuestros derechos y deberes amparados por la Constitución y las Convenciones Internacionales que Uruguay ha firmado. Como miembros de esta comunidad, tenemos la responsabilidad de ejercer el control ciudadano, informar y luchar sin rendirnos por lo que consideramos coherente con nuestros valores de vida y el bienestar de la comunidad.”

En un momento en que la conciencia ambiental y la preservación de la naturaleza son esenciales, una vez más los megaproyectos inmobiliarios privados para un supuesto bien público se intentan realizar sin la debida normativa y consulta ciudadana, y son los vecinos organizados los que finalmente luchan por un futuro más sostenible y en armonía con la naturaleza del lugar donde viven.