“El mayor problema que sufren los habitantes de los asentamientos es la falta de alimentos”
Entrevista de LARED21 al economista Sebastián Moreno, director de Tierras y Hábitat de la Intendencia de Montevideo. El jerarca coincidió con la “Organización Techo”, que en su último informe alerta sobre un incremento de la inseguridad alimentaria en los últimos dos años
Respecto al Plan Avanzar, impulsado por el Poder Ejecutivo, señaló “Son los mismos programas, no hay una novedad en ese sentido. Lo que veíamos es que hay un nivel de atención a estos asentamientos desde un punto de vista cuantitativo, que es altamente insuficiente” subrayó el director de la Intendencia de Montevideo
Sebastián Moreno es Licenciado por la Facultad de Artes y Ciencias- Universidad de Quebec en Montreal- Canadá
2018 – 2020: coordinador del Programa de Mejora Urbana. Intendencia de Montevideo
2014 – 2018: director del Plan Juntos- Ministerio de Vivienda, Ordenamiento Territorial y Medio Ambiente (MVOTMA)
2011 – 2014: asesor de la Dirección Nacional de Vivienda (MVOTMA).
2005 – 2011: Área de Evaluación y Monitoreo del Programa de Mejoramiento de Barrios (MVOTMA).
El Poder Ejecutivo presentó El Plan Avanzar, que busca erradicar 120 asentamientos en todo el país. Montevideo es uno de los departamentos con más asentamientos ¿Cuán involucrado está Montevideo en ese plan?
Lo que se está haciendo, lo que se va a hacer con el Plan Avanzar, no estamos hablando puramente de realojo de asentamientos o construcción de viviendas, sino que son intervenciones que dependen de qué tipo de intervención se va a hacer, en algunos casos el planteo es de realojo total porque las familias no pueden vivir ahí, porque están en zonas inundables o contaminadas, que generan problemas de salud, en algunos lugares sí se puede vivir ahí, pero hay que mejorar las condiciones, y hay que llevar los servicios y también mejorar las viviendas. Entonces, son como varias líneas de trabajo en asentamientos, que no son siempre homogéneos. Me parece interesante poner en contexto, el Plan Avanzar se anuncia ahora en 2022, nosotros en agosto firmamos un convenio marco, se le ha llamado acuerdo estratégico entre la Intendencia y el Ministerio de Vivienda vinculado al Plan Avanzar. Acordamos trabajar en doce asentamientos, con la definición formal y oficial del asentamiento. A veces hay tres asentamientos que son uno, para nosotros o para los propios vecinos del barrio. Por ejemplo, Aquiles Lanza – Malvín Norte que es uno de los que vamos a trabajar, es Aquiles Lanza, Viviendas del Milenio y Berro, considerado como tres asentamientos, pero físicamente es el mismo. Las complejidades de los asentamientos hacen que sea difícil colocarles una etiqueta. Cuando nosotros arrancamos el gobierno departamental, ahora ya pasaron dos años, la intendenta (Carolina Cosse) tuvo una reunión con la ministra (Irene Moreira) donde le planteamos la prioridad que queríamos darle al tema asentamientos. Después, nosotros empezamos a tener reuniones con la Dirección Nacional de Vivienda, en aquel momento porque todavía no existía la nueva dirección que después se creó. El primer planteo del Ministerio (Vivienda) fue que no había plata. Teníamos convenios firmados, por qué esto funciona por convenio, Intendencia acuerda con el Ministerio de Vivienda, el Ministerio tiene la competencia de lo que es vivienda, la Intendencia tiene la competencia de lo que es ciudad o suelo. Entonces, siempre se funciona por convenio. Históricamente lo que se hacía era la Intendencia ponía la tierra, el equipo técnico del proyecto, y el Ministerio financiaba las obras de las viviendas. Había convenios firmados en este sentido, y algunos asentamientos por empezar la intervención cuando el Ministerio de Vivienda nos dice “paren no hay plata, no podemos garantizar el presupuesto de estos barrios, no los empiecen”. Uno de ellos ya había comenzado que era el Barrio Chacarita. Ahí lo que decidió la intendenta (Cosse) fue adelantar dinero, no podíamos parar la obra y seguimos adelante. Cuando el Ministerio tenga el dinero, lo devolverá.
Entre ese y otros asentamientos, el Ministerio llegó a tener unos 6 millones de dólares de deuda con la Intendencia. En ese marco, se crea en el Ministerio de Vivienda la Dirección Nacional de Integración Social Urbana, que por unos meses estuvo sin cargo asignado, y finalmente se asigna como directora a la arquitecta Florencia Arbeleche. Comenzamos a trabajar con miras, no solo a ponernos al día con lo anterior, porque no podemos anunciar barrios nuevos cuando hay una deuda de 6 millones de dólares, y además no habíamos podido arrancar con los barrios que habíamos firmado en el período anterior. En ese momento se nos da “luz verde” para arrancar con los barrios firmados en el periodo anterior. Se ponen al día con la deuda de 6 millones de dólares, y se negocia el ingreso de barrios nuevos para empezar a trabajar. Esos barrios, sobre los que hemos acordado, son doce asentamientos, algunos son realojos totales, es decir, que hay que realojar a todas las familias, y otros son regularizaciones, es decir, en el lugar donde están, con algunos realojos a veces por temas de proyecto, también por problemas de zonas inundables en un asentamiento que todo no es inundable, dentro de ese marco es lo que empezamos a trabajar. Como contaba firmamos el convenio en agosto, enseguida nos pusimos nosotros a hacer los proyectos y en eso estamos. En Montevideo tenemos 344 asentamientos, unos 34.000 hogares. Lo firmado con el Ministerio de Vivienda representa el 4% de la población de asentamientos. Está bueno como intervención, pero el problema sigue siendo enorme.
Lo que sí estamos viendo y en eso coincidimos con lo que dice el informe de (Organización) Techo es una densificación de los asentamientos, es decir, asentamientos que están creciendo en población, eso lo estamos viendo en particular con nuevos hogares jóvenes.
Un informe que hizo la “Organización Techo” señaló que los asentamientos habían aumentado ¿Cuál es la realidad de estos 344 asentamientos?
Nosotros lo que estamos viendo es, no tanto un aumento de asentamientos en número, que muchas veces el número no quiere decir mucho, un asentamiento de diez familias o de 500 familias no es lo mismo, o sea que el número de asentamientos a veces no es el indicador más relevante. Pero lo que sí estamos viendo y en eso coincidimos con lo que dice el informe de (Organización) Techo es una densificación de los asentamientos, es decir, asentamientos que están creciendo en población, eso lo estamos viendo en particular con nuevos hogares jóvenes. Las familias que llegan el momento de independizarse y no tienen como pagar un alquiler, y construyen en el fondo o en el mismo asentamiento en algún otro lugar. Se apoya muchísimo lo que son las redes familiares o de vecinos. Entonces, tampoco es alejarse mucho del barrio. Nosotros sí estamos viendo una densificación, la gente tiene problemas para poder pagar alquileres, o para poder comprar una casa, ni que hablar. Estamos viendo más gente en los asentamientos que ya existían, pocos asentamientos nuevos como tal, pero sí los que estaban se están densificando, eso lo estamos viendo claramente.
¿Qué intervenciones puede hacer la Intendencia en esos asentamientos?
Hay muchas maneras de trabajar en asentamientos y con barrios populares. A veces hablamos de asentamientos, también hay otras originalidades de vivienda que tiene este país, que pueden tener problemas muy similares a los de los asentimientos. Los complejos de INVE viejos, los núcleos básicos evolutivos, hay una cantidad de construcción de viviendas por parte del Estado que hoy tiene problemas, viviendas de emergencia que se hicieron en los años 60 y que todavía siguen, o sea, la emergencia duró bastante tiempo. Hay muchos problemas vinculados a los barrios populares en general. En particular con los asentamientos lo que nosotros vimos cuando estábamos preparándonos, para asumir acá (Dirección de Tierras y Hábitat) es que habían tres líneas desde el Ministerio de Vivienda para trabajar en asentamientos, que son: el plan de relocalización, que es para realojar familias, aquellos que están en terreno inundable o contaminado; el Programa de Mejoramiento de Barrios con financiamiento del BID, que es para regularizar asentamientos, que se pueden quedar en el lugar, pero hay que hacer el saneamiento, el alumbrado, las calles y algunas mejoras de vivienda o realojos; y el Plan Juntos, este plan un poco más suelto en el territorio, construye y mejora viviendas. Son los tres programas que tenía el Ministerio de Vivienda y que sigue teniendo, porque son lo mismo. Se anuncia el Plan Avanzar y son los mismos programas, no hay una novedad en ese sentido. Lo que veíamos es que hay un nivel de atención a estos asentamientos desde un punto de vista cuantitativo, que es altamente insuficiente. Es decir, hay pocos asentamientos que están siendo relevados, poquísimos, después de haber destrabado lo que se había trancado, tenemos cuatro asentamientos siendo realojados. Estamos con cuatro asentamientos siendo regularizados hoy y tenemos 344. Nosotros lo que planteamos es un programa de la Intendencia con fondos de la Intendencia para trabajar en asentamientos, una parte es el Plan ABC donde empezamos a trabajar en mejoras de caminería, de pluviales, de alumbrado, de algunas mejoras de vivienda de emergencia, aunque la competencia en vivienda, vuelvo a decir, no es de la Intendencia, pero existen algunos temas de emergencia, como ser por ejemplo que no tienen baño y ahí intervenimos. También generamos algunos espacios públicos vinculados, no solo a una plaza o a un parque necesariamente, pero si es una recuperación de espacios que de pronto antes eran un basural. Con esa línea nosotros empezamos a trabajar, y a través del Plan ABC, se está trabajado en alrededor de 50 barrios. De acá a fin de año, se están incorporando barrios nuevos, y ya a principios del año que viene, vamos a estar trabajando en 60 asentamientos. Entonces, no es el mismo tipo de intervención, pero vamos a ir mejorando estos barrios que no pueden seguir esperando.
Nosotros tenemos un estudio que se hizo en las pensiones de Ciudad Vieja, donde había una población migrante muy importante y en cuestión de un año o dos años, ese porcentaje de población migrante en pensiones bajó muchísimo, y efectivamente nos estamos empezando a encontrar con migrantes en los asentamientos.
Tú has señalado que el crecimiento está vinculado con familias que forman parejas jóvenes y que construyen junto a la vivienda de sus padres, también el crecimiento se explica por la presencia de migrantes como nueva población de asentamientos ¿Es así?
Nosotros nos acostumbramos a decir que Uruguay no crece en población, y eso es relativamente cierto. Si analizamos los datos de los asentamientos, allí la población crece. Si bien no es el mismo tipo de crecimiento, sí efectivamente hay un crecimiento poblacional en los asentamientos. Por otro lado, efectivamente sí se está viendo lo que plantea (Organización) Techo. La gente se organiza como complejos familiares, es un tema de redes, de solidaridad, aunque no llegan a ser cooperativas, pero están ahí para apoyarse. No se puede conseguir una vivienda tan fácil, o un terreno tan fácil, claramente es una situación que estamos viendo. Es una manera también que cada familia tiene para desarrollarse, y cada uno con distintas estrategias de supervivencia. Nosotros los intentamos apoyar en la medida de lo posible, mejorando las condiciones, favoreciendo y apoyando la organización, porque la organización barrial y la voz colectiva, cuando se logra es muy potente y se logran cosas muy buenas para los barrios, en la medida que sus habitantes se organizan. Esa es la línea de trabajo que tenemos nosotros. Nosotros tenemos un estudio que se hizo en las pensiones de Ciudad Vieja, donde había una población migrante muy importante y en cuestión de un año o dos años, ese porcentaje de población migrante en pensiones bajó muchísimo, y efectivamente nos estamos empezando a encontrar con migrantes en los asentamientos. Es un fenómeno nuevo de migrantes en asentamientos. Nosotros estamos por firmar un convenio con la Facultad de Ciencias Sociales, para empezar a estudiar el fenómeno migrante en asentamientos y trayectorias habitacionales, estudiaremos temas vinculados a ingresos, problemas de acceso a la vivienda, cuáles son los obstáculos que tienen, cuáles son las redes, porque se vienen, por cuánto tiempo estarán y si vienen a quedarse, o se irán para otro lado. Hay muchas cosas que necesitamos conocer, para poder después diseñar políticas públicas que se correspondan con la realidad.
¿Le consta a la Intendencia que esa población en un número muy significativo sufre inseguridad alimentaria?
Sí, eso es claro, es muy simple, es recorrer los asentamientos a las siete de la tarde, cuando las ollas están prendidas y cuando la gente aparece con el tupper y hace la cola para poder alimentar a la familia, eso es clarísimo. Hay muchísima gente sin trabajo, mucha gente con trabajo informal, lo que se llaman “changas”, de repente los llaman dos días, y después no los llaman más. Hay mucha gente que tiene trabajo y que la plata no le da, y que, para poder llegar a fin de mes, a la quincena y para poder alimentar a la familia, está dependiendo de las ollas. Es caminar a las siete de la tarde, recorrer con la gente que está haciendo las ollas, recorrer con la gente de los barrios y es muy claro, el tema de la alimentación hoy por hoy es el principal problema planteado por los vecinos. Es el más básico y es el primero.
Nosotros hablamos de integración, respetando los diferentes modelos que existen de organización familiar, de organización barrial, etcétera, reconocer que en Montevideo no hay una centralidad y una periferia, hay muchas centralidades, y queremos generar acciones de calidad en las periferias y en las diferentes centralidades.
¿Cuál es la idea de la Intendencia con esta población que está distribuida en 344 asentamientos, regularizar o sacarlas de ese lugar?
Termina siendo caso a caso, porque depende de la situación, pero la base, las líneas generales, es la integración a la ciudad. La inclusión lo que hace es tener un modelo predefinido de cómo debería ser la familia, la casa, y que todos tiendan a ese modelo. Nosotros hablamos de integración, respetando los diferentes modelos que existen de organización familiar, de organización barrial, etcétera, reconocer que en Montevideo no hay una centralidad y una periferia, hay muchas centralidades, y queremos generar acciones de calidad en las periferias y en las diferentes centralidades. En ese sentido, hay un respeto muy importante por lo que son las centralidades, es decir, generar un equipamiento cultural o deportivo lo que sea, en algún lugar de la periferia, tiene que ser exactamente con la misma calidad que lo harías en el centro de la ciudad. Reconocer para poder integrar y respetar lo que son las diferentes opciones. Entonces, ahí entramos en tema más concreto de ciudad, pero vinculados a ejercer los derechos, derechos de salud en particular, y derechos de vivienda. Hay gente que está viviendo en lugares donde no se puede vivir. Hay que lograr en algún momento, poder generar una mejora de esas condiciones. Se habla desde el lado de la política de vivienda y eso es acertado, pero acá hay que hablar de política de trabajo, hay que hablar de política económica, porque no hay mejor prevención de la generación de asentamientos, que la gente tenga trabajo para pagar un alquiler o una cuota para una casa, eso es lo básico, a veces hay mucho énfasis en lo que es la policía territorial y no permitir que se ocupe tierras y eso es verdad, pero hay que preguntarse de dónde vienen y a dónde van. Hay un tema vinculado con lo económico, se habla mucho de política integral, incluso se ha hablado tanto de política integral que hasta a veces pierde sentido, esto pasa con los términos cuando se usan mucho y en particular cuando son medio vacíos. En realidad, tiene necesariamente que tener una mirada que sea de diferentes ejes, está el tema de política de vivienda y de suelo, que son fundamentales, nosotros hemos trabajado muchísimo con la cartera de tierras, está el tema de la salud, el trabajo, la seguridad, y la convivencia. Todos los temas hay que trabajarlos a la vez, para poder generar políticas eficientes y para poder mejorar las condiciones de vida en la práctica, y en la realidad y no solo en el discurso.
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