Sociedad de Arquitectos del Uruguay se opone al proyecto de la isla artificial: “plantea un modelo de ciudad segregada”
Para el organismo, este proyecto arquitectónico “puede empeorar los problemas de Montevideo”.
La Sociedad de Arquitectos del Uruguay (SAU) se manifestó contra el proyecto de la isla artificial MVD 360, que una empresa quiere crear frente a la costa de Punta Gorda, en Montevideo.
La SAU cree que esta idea “no representaría una innovación” y más bien “refiere a la copia de un modelo que se transfiere desde otros países con realidades muy diferentes, tanto sociales como económicas que lejos de aportar al mejoramiento de los problemas de Montevideo, más bien puede empeorarlos y generar otros”.
“El decreto presidencial, al argumento del beneficio de la inversión privada y la generación de empleo, solo agrega -sin especificar mayores fundamentos o fuentes especializadas- que el emprendimiento será de beneficio para Montevideo y su paseo costero, lo cual resulta al menos dudoso”, agrega el organismo.
Para la SAU, la población de Montevideo no está creciendo, como sucede en todo el país, y temen que más bien “puede registrar en un futuro inmediato tasas negativas”.
“Salvo que se piense en importar población, un emprendimiento radicado en un solo punto de la ciudad determinaría un corrimiento de población que hoy habita en otros lugares, con el consiguiente perjuicio en la calidad de vida y sostenibilidad económica para las zonas que se abandonan”, agregan.
Ideas importadas que fracasaron
Otros proyectos semejantes han fracasado estrepitosamente en el mundo, como el caso de las islas Palm Jumeirah, Palm Jebel Ali y Palm Deira, así como los archipiélago falsos El Mundo y El Universo, en la costa de Dubái que tienen 20 años en desarrollo y se han enfrentado a vicisitudes económicas y ambientales. Puedes leer la historia de este proyecto haciendo click acá.
El Aeropuerto Internacional de Kansai, que da servicio a la ciudad japonesa de Osaka y ocupa dos islas artificiales en la Bahía de Osaka, también está siendo reclamado por el océano: desde su apertura en 1994 no ha parado de hundirse a pesar de que el gobierno local ha gastado inmensas sumas de dinero para evitar el desastre. La revista online de The Smithsonian tiene un completo artículo al respecto.
En 2020, se abrió una pista en un estuario del río Brisbane, en Australia, sobre un suelo que, según los ingenieros, no es más estable que la pasta de dientes. Al igual que docenas de aeropuertos ya construidos en terrenos ganados al agua, esos aeropuertos se hundirán. La única pregunta es qué tan rápido.
Compartí tu opinión con toda la comunidad