Muñoz dijo que la memoria es el antídoto contra amenazas de retorno a la intolerancia

Este martes 15 de mayo se inauguró el Espacio Memorial Penal de Libertad en el kilómetro 52,500 de la Ruta 1, en la intersección con la Ruta 90, departamento de San José, en la bifurcación que conduce hasta el Penal de Libertad.

Es un homenaje a los miles de ciudadanos que fueron recluidos en el Penal de Libertad durante la dictadura, a quienes fallecieron en el establecimiento y muy en especial a los familiares que también fueron víctimas del terrorismo de Estado y concurrían a las visitas.

La iniciativa fue un emprendimiento conjunto de CRYSOL (Asociación de Ex presos políticos de Uruguay), un grupo de ciudadanos de la ciudad de Libertad, y de los ministerios de Educación y Cultura, de Transporte y Obras Públicas.

El diseño del Memorial fue resultado de un concurso público y el proyecto ganador corresponde a los arquitectos Raquel Lejtreger y Javier Olascoaga. Ambos, hijos de presos políticos que estuvieron recluidos en el establecimiento carcelario.

Se trata de un portal entreabierto de concreto, de 15 metros de altura, el cual lleva los nombres de los 2.872 presos políticos que pasaron por el penal y cuenta con una plaza pública.

Del acto de inauguración participaron el presidente Tabaré Vázquez, ministros, intendentes, legisladores y representantes de gobierno.

Llamado a estar atentos

Durante la parte oratoria, la ministra Muñoz dijo que el arte en este tipo de intervenciones “es una llama votiva encendida para arrojar un destello de luz que ilumine a las nuevas generaciones, sobre la insania y el horror que las tiranías traen consigo”.

“Es un llamado a estar atentos para poder detener en etapas tempranas toda predica que denigre la dignidad humana”, indicó la secretaria de Estado.

Aseguró que “aquí no hubo guerra, sino mujeres y hombres desarmados que fueron perseguidos con crueldad, prepotencia y saña por luchar por sus ideas. Hubo terrorismo de Estado, el más deleznable de los crímenes”.

La jerarca de gobierno indicó que como los sobrevivientes del Genocidio Armenio o las víctimas del Holocausto del pueblo Judío, “los sobrevivientes de esta aciaga peripecia acontecida dentro de los confines de este recinto de confinamiento tienen un doble deber: el primero es el de levantarse, andar, seguir adelante con sus vidas; y el segundo dar testimonio, trabajar sobre la memoria y transmitir un legado a las generaciones venidera sobre la paz y el rechazo a toda forma de violencia”.

Añadió que para intentar reconstruir una vida después del infierno “no se puede tener siempre presente el horror vivido, pero el extremo del olvido es condenable y peligroso”.

“Las amenazas del retorno a la intolerancia, al racismo, la xenofobia, los fundamentalismos e integrismos siempre están al acecho, y no hay otro antídoto que la memoria y una firme convicción puesta en el valor superior de los derechos humanos”, dijo Muñoz.

Prepotencia

“A partir de esta esquina, mis familiares, mi compañera y mis pequeños hijos tenían que caminar hacia el penal con las inclemencias climáticas, pero sobre todo con la prepotencia, el abuso y manoseo con que los recibían”, recordó el ministro de Trabajo, Víctor Rossi, emocionado, al referirse al Memorial.