Ahorro y eficiencia: Chilenos promueven Eco-Alfabetización Energética a Uruguay
El Programa “Eco-Alfabetización Energética Comunitaria”, es una iniciativa chilena del Instituto de Ecología Política (IEP), organización ambiental con 30 años de experiencia en materia ambiental, que unido al Centro de Tecnologías Apropiadas CEUTA y Cooperativa Comunidad del Sur de Uruguay, desarrollaron este 2017 un trabajo de participación ciudadana a 40 familias y diez monitores en Montevideo, Municipio F, Zona 9, Uruguay.
El programa buscó priorizar el “ahorro y la eficiencia energética, el uso de energías renovables y la lucha del cambio climático”.
La iniciativa fue financiada como parte del Plan de Cooperación Internacional del Fondo Chile, en un mecanismo conjunto del gobierno chileno -a través de la Agencia de Cooperación Internacional de Chile (AGCID)- y con el apoyo del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, (PNUD-Chile) organismos que hicieron factible impulsar el proyecto eco educativo y compartir experiencias con las comunidades en Uruguay.
La Fundación Instituto de Ecología Política (IEP) de Chile, trabaja desde 1987 en el área de medio ambiente, impulsando iniciativas vinculadas a la educación para la sustentabilidad, la investigación, el fortalecimiento de la sociedad civil y campañas de educación a nivel nacional y regional; destacándose entre sus ejes transversales la “construcción de una ciudadanía ambiental”.
Profesionales del Instituto de Ecología Política IEP, del Centro de Tecnologías Apropiadas, CEUTA y de la Cooperativa Comunidad del Sur de Uruguay, trabajaron durante un año, acompañando a las familias para consolidar las diferentes etapas del Programa Eco Alfabetización Energética.
El proyecto culminó con la entrega de diplomas y la satisfacción plena de todos los participantes por lo aprendido.
A través de la iniciativa se buscó concientizar en la conservación, uso y gestión eficiente de la energía a modo de contribuir a la disminución de los consumos energéticos y emisiones de gases de efecto invernadero en el sector residencial.
Para ello se utilizó una innovadora propuesta metodológica, se realizaron cursos y talleres de capacitación, y se incorporó la medición de los consumos eléctricos de aparatos y dispositivos a través de la utilización de un contador instantáneo de electricidad.
El proyecto Eco-Alfabetizador apuesta por un “nuevo modelo energético”, y para ello su propuesta es “hacer las cosas de una manera distinta, incorporando a la ciudadanía de una forma activa, para que pueda jugar un rol importante en el presente y en los años venideros”.
Para ello los ciudadanos han debido formarse en educación ambiental y energética, para tener un lugar en los debates y en la toma de decisiones.
“Existen algunos temas que afectan a comunidades de cualquier país, tales como: las alzas en las facturas de luz, agua y gas. Me referiré a reducir el gasto energético del hogar, lo que en estos tiempos cobra gran protagonismo en la ciudadanía. Por ello este proyecto ha trabajado en la identificación de los consumos energéticos y en la manera de como disminuirlos, fue un gran desafío”, dijo la directora del IEP, Daniela Zamorano.
Tras un año de trabajo en Uruguay, resaltó: “La Eco-Alfabetización Energética en Uruguay no sólo contribuyó a que las familias participantes tomaran conciencia sobre el uso eficiente de la energía, sino que además facilitó el acceso a la información sobre los distintos tipos de tarifas eléctricas, lo que trajo como consecuencia que varias de ellas optaran por cambiarse de tarifa a la más conveniente según su nivel de consumo y potencia contratada”.
De esta manera “la Eco-Alfabetización Energética ha sido un aporte a la economía familiar en el país con la tarifa eléctrica más cara de Latinoamérica, lo que podría ser también un gran aporte para luchar contra la pobreza energética”.
“Hay que concientizar, como propone el método de Paulo Freire. Si ahorramos energía en casa, no sólo estaremos ayudando a proteger y mejorar el medio ambiente, si reducimos gastos colaboramos en la economía doméstica, si ahorramos podemos disminuir el consumo de combustibles en la generación de electricidad, evitando con ello la emisión de gases de efecto invernadero y también frenar las consecuencias del cambio climático”, dijo.
Eco alfabetización Energética en Uruguay
El pilar de Eco alfabetización Energética Comunitaria, se basa en “una propuesta educativa vivencial que impacta los hábitos de familias y comunidades, los contenidos teóricos y prácticos aprendidos en los cursos lograron hacer reflexionar a las familias, generando la toma de consciencia en relación al buen o mal uso que se le da a la energía, muchas veces por indiferencia o por desconocimiento, como así también por consumismo”.
De este modo, los participantes del proyecto descubrieron que “varios de los aparatos que poseen en los hogares muchas veces, le están dando un mal uso, que genera un gasto innecesario”.
Las familias aprendieron a manejar el contador eléctrico y a hacer lectura del aparato, en relación a los consumos, a reconocer los aparatos que gastan mucha electricidad, a tener conciencia de las opciones que tienen para abaratar sus gastos sin tener que dejar sus comodidades, a reconocer cuánto es su consumo y si concuerda con los contratos que tienen con las eléctricas.
Tras la finalización del proyecto, hubo varias observaciones sobre el comportamiento de ciertos aparatos como así también del descubrimiento de fugas eléctricas.
Si bien en los últimos diez años Uruguay logró diversificar su matriz energética, transformándose en el país de América Latina con mayor porcentaje de electricidad generada por fuentes renovables, “estos datos no se reflejan satisfactoriamente en la economía de las facturas de la luz, el sistema energético Uruguayo, es uno de los más caros de la región”.
El promedio de consumo residencial es de unos 230 Kilovatios, para contratar el servicio hay que saber estimativamente el consumo tipo en el hogar. Si alguien tiene contratado 230 de potencia y su consumo es de 170, hay que cambiar el contrato y tendrá una rebaja sustancial en la factura de la electricidad, “pero no todos saben que su consumo es menor de lo contratado y por eso pagan más caro”.
En este tema es donde el proyecto ha trabajado, en talleres y lo han visto reflejado en sus registros con el contador automático, manejar estos antecedentes es una alternativa para reducir los costos de las tarifas eléctricas y la mayor de todas es la “eficiencia energética”.
En Uruguay no hay una sola tarifa, los ciudadanos tienen varias opciones para elegir la potencia que desean contratar, hay dos grandes bloques: las residenciales y las de los medianos y grandes consumidores.
“La energía a nivel domiciliario resulta cara para muchos. En la actualidad no existe aún una estrategia de ahorro energético aplicable en el común de los hogares, para que este sea significativo, por lo cual si se desea disminuir o cambiar de potencia, para tener ahorro en energía y menos gasto en sus cuentas, los ciudadanos tienen opciones: pueden modificar los hábitos de consumo, adquirir un contador inteligente, monitorear todo lo que tiene conectado en su hogar, revisar si tiene fugas eléctricas, o adaptarse al consumo energético de las nuevas tarifas eléctricas y/o eliminar el consumo fantasma”, indicó el organismo.
La tarea del IEP, es sensibilizar a la ciudadanía sobre la urgencia de un consumo responsable de la energía.
“Si no se crea una conciencia de conservación, la que tenemos disponible a nuestro alcance no nos alcanzará, lo peor que podemos dejar en este siglo es la indiferencia, el momento de actuar es ahora, aprendamos a vivir mejor con menos energía. Solo después de aprender a dar un buen uso a la energía, a darle un uso eficiente, transitaremos a una cultura sostenible y podremos dar un nuevo paso, incorporar una energía limpia como la solar como fuente generadora para nuestro autoconsumo”, indicó la institución.
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